Fire Emblem: la mecánica y humanización del «enemigo»
🎮 “¿Qué sucede cuando el ajedrez… te pone horny?” (Gilbert 2019). Esta frase tan auténtica y tan precisa quizás es la mejor forma de introducir una de las franquicias de juegos de estrategia que más reconocimiento ha obtenido Nintendo en los últimos años. #GISugoi te presenta: Fire Emblem.
⚔️ Quienes hemos tenido el privilegio de crecer con esta franquicia desde que fue introducida a Latinoamérica el 2003 con Fire Emblem: The Blazing Blade, y el 2004 con Fire Emblem: The Sacred Stones, no solo sabemos de los desafíos que trae cada partida, sino también las posibilidades que tiene cada personaje de ser waifu material (o husbando, porque somos conscientes de la diversidad y somos así de inclusivos). Y entre la variedad de este cofcofguapocofcof cast, podemos distinguir dos elementos que llaman la atención: su mecánica y la complejización de la figura del “enemigo”.
En cada una de sus entregas, Fire Emblem nos presenta una misma trama: un protagonista, quien suele ser un Lord o una figura heroica, que debe escapar y derrotar al gobernante que está provocando el caos y la guerra en la región. Una vez se presenta la trama, se introduce rápidamente al jugador en la mecánica. Por lo general, el juego comienza por introducir el principio fundamental de Fire Emblem: el héroe o Lord es la unidad más importante que debe sobrevivir a toda costa; y este suele ir acompañado de una unidad más fuerte. Luego, hay una progresión en la presentación de las unidades y en la complejidad del mapa. Primero, se presentan aquellas unidades contrapuestas en rango o movilidad (los cavalier -unidades montadas a caballo con un alto rango de movimiento- y los knights -unidad de lanza con alta defensa pero baja movilidad-). Después, el mapa presenta obstáculos como montañas y bosques, para lo cual es ideal el uso de unidades aladas (pegasus knight); junto con ellos, surge la figura de los clérigos, support ideal ya que las unidades aladas pueden ser vulnerables a los ataques. Le siguen otras unidades melee, como el fighter, la clase trainee (que puedes promover más adelante), el ladrón y arquero (ambas, unidades ideales para el saqueo). Finalmente, una vez el jugador interactúa con un mundo que le resulta cercano y “verosímil”, se añade el componente sobrenatural y las unidades mágicas: el mago y el monje.
Finalmente, la franquicia llama la atención por la humanización de la figura del enemigo. A diferencia de los monstruos y la mayoría de las criaturas mágicas, las cuales son retratadas como el epítome del mal, ellos suelen tener un rostro y razones que los conduce a creer en la validez de la guerra: el patriotismo, el “cumplir un destino” -el cual creen no tiene otra forma de resolverse-, la reforma de la estructura social aún a costa de muchas vidas, o el mantener de manera irreflexiva el status quo. Fire Emblem ha podido complejizar en los últimos años la narrativa sobre el privilegio de la nobleza, el uso de la violencia y las secuelas de la guerra: el trauma por la pérdida y el abandono de los seres amados.
NOTA: Algunos datos, como la mecánica o el nombre de las unidades, son extraídos a partir de un análisis de Sacred Stones, por lo que pueden haber variaciones con las demás entregas. Asimismo, hay clases que son presentadas en determinadas entregas y luego son omitidas, como el villager (equivalente al trainee) en Shadows of Valentia, o el tactician, clase que aparece en The Blazing Blade y retorna en Awakening como el avatar con el que el jugador se puede identificar y que es una unidad de pelea.
Una introducción a la franquicia de Fire Emblem (AKA: Fire Emblem 101):
¿Cómo distinguir a los 596 personajes de Fire Emblem? (O de dónde rayos se obtuvo la cita de introducción):