Recordando a Candy Candy de Keiko Nagita (Parte II)
- Artículos Novela ligera Shōjo
- Natalia Jaira
- 14 marzo, 2021
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¿Qué aventuras le ocurrieron en su camino de vida?¿Por qué la obra tuvo tanto éxito en América Latina? ¿Cuál es el dilema de “Anohito”? En la segunda parte, seguimos el desarrollo de vida Candy a través de la novela ligera. Además, nos aproximaremos a los referentes de la literatura occidental que influyeron a la obra, así como la larga y activa trayectoria de su fandom. Y tú ¿ya leíste la novela ligera de Candy Candy?
Advertencia:
- Este ensayo fue dividido en dos partes. En este link puedes leer la primera parte publicada el pasado 21 de febrero.
- Si no estás familiarizado con las obra en ninguno de sus formatos, este artículo puede resultar un adelanto de contenido. Alerta de spoilers.
- Las imágenes y videos han sido empleados como apoyo visual al desarrollo del contenido. Todas tienen sus respectivas citas y fuentes de origen descritas en las leyendas, y se ha contemplado una sección de bibliografía y de referencias web al final del ensayo.
La segunda parte de la novela ligera Candy Candy. La historia Definitiva (CCHD) corresponde al arco más famoso y recordado en toda la obra, incluyendo el manga y el anime. Me refiero a la historia de Candy en el internado del Royal Saint-Paul en Londres, y su interacción con Terence Granchester: Terry, el melancólico galán inglés que se convirtió, quizá sin querer, en un personaje importante dentro del “Candy mundo” y que marcó un estereotipo masculino en las historias shōjo clásicas de corte romántico. Toda esta segunda sección está escrita desde la perspectiva de un narrador omnisciente, que intercala sus diálogos con lecturas de cartas y diarios personales, donde Candy presenta sus decisiones y pensamientos en primera persona, recurso que ayuda a situar al lector en la temporalidad de sus acciones durante su estadía en el Reino Unido.
Aquí Candy es ya una adolescente entre 14 y 15 años, quien tiene diálogos muy interesantes con los demás personajes. Sin embargo, los momentos más memorables están presentes durante los encuentros entre ella y Terry. Toda la carga emocional del amor adolescente y apasionado, una interesante descripción de la tensión sexual construida a través del contacto físico y visual entre ambos personajes, así como los diálogos que van de lo sarcástico o lúdico hasta lo melancólico y tierno, se enmarcan en un descripción atmosférica donde prevalece la naturaleza con flores y sensaciones de frescura:
“En el cielo se fundían distintas tonalidades de rosa, naranja y púrpura. Los árboles brillaban bajo los rayos del sol, igual que columnas de oro alargándose hacia las nubes. De vez en cuando, las hojas caían de forma lenta hacia el suelo, como pequeños suspiros. Candy se hizo con una de esas hojas al vuelo. Era de color verde intenso y la muchacha se preguntó cómo podía ser que en el mundo hubiera hojas que, a pesar de no haberse secado, estuvieran destinadas a caer…” (CCHD, 2020: 239-240).
Hay una clara referencia al romance shakesperiano visto desde códigos estéticos contemporáneos a la autora, cuya juventud y formación se desarrolló en Japón de la segunda mitad del XX. El lector puede seguir el pensamiento de los personajes, así como la motivación de sus acciones en capítulos muy intensos como aquel que narra el Festival de Mayo donde Terry besa a Candy en un arranque de celos por los recuerdos que esta tiene sobre su pasado amor:
“¡Eso es!¡Grita! Llama a Anthony todo lo que quieras. ¡No vendrá!-exclamó Terry sin detener al caballo-¡Olvídalo, Candy! ¡Debes hacerlo! Los muertos no pueden volver. ¡Anthony ya no siente dolor, ya no siente nada! ¡Abre los ojos! ¡Abre los ojos y mira bien a tu alrededor, Candy!-La voz de Terry, llena de un dolor agonizante, consiguió abrir una puerta que llevaba mucho tiempo cerrada. Candy abrió los ojos de golpe-¡Mira bien! En mayo, todo el bosque vuelve a la vida…” (CCHD, 2020: 227).
Pero, siguiendo la línea del melodrama, luego del proceso de enamoramiento de la pareja adolescente vendría la separación. Es interesante ver los diálogos de Candy dando batalla contra los prejuicios clasistas recibidos de los hermanos Lagan y secuaces, sus retos ante la disciplina normativa del internado, un espacio que representa el modelo de control social a través de las instituciones educativas tradicionales. La valoración que Candy tiene sobre la amistad y la lealtad, así como la liberación de sentimientos sin rencor al pasado sobre todo en interacción con sus amigas Annie y Patty, además de su rol en la reconciliación de Terry con su madre son abordados en está sección de la novela. Esa normalización de los sentimientos expresados en la corporalidad y el deseo por el contacto físico es narrado por la autora de forma sutil y elegante, y genera en el lector emociones empáticas:
“-Acércate aquí-dijo Terry. Aunque en realidad quería decir: ‘acércate a mí’. Siempre se ponía nervioso cuando pensaba en la cercanía de la joven… Candy esbozó una sonrisa y él se la devolvió con el corazón en un puño. A veces, los gestos valen más que mil palabras. La calidez inundaba el pecho de la muchacha poco a poco. Terry le gustaba. Pensarlo le resultaba doloroso, pero se preguntó si él sentiría lo mismo por ella…” (CCHD, 2020: 258).
La tercera y última parte de libro cambia completamente de formula narrativa, pues serán a través de cartas y noticias, intercaladas con recuerdos narrados en primera persona, que la historia de Candy llegue a su resolución. Aquí, el lector seguirá la narración de la heroína a través del intercambio de correspondencia con otros personajes: se cuentan los hechos sobre su retorno a EEUU; donde sabremos cómo huyó del colegio y cruzó el Atlántico sin dinero, impulsada por la esperanza de seguir a su amor adolescente, su decisión por buscar una profesión moderna y vinculada al servicio como la enfermería, su mudanza e independencia en Chicago, etc. El esperado reencuentro con Terry, quien también ha seguido su derrotero profesional como actor en Nueva York, termina trágicamente, con la escena icónica de la separación entre ambos enamorados por el dilema moral/triángulo amoroso con Susanna Marlowe.
Lo que sigue de allí es conocido, en parte, por aquellos que hemos leído el manga y no nos quedamos con los rellenos innecesarios y faltos de lógica argumental que presentó el anime a partir de los episodios que van del 102 hasta el 110. Y es que los temas principales como la depresión de Candy tras la separación con Terry, unido al desarrollo del personaje Albert, quien empezó a convivir con Candy tras haber perdido la memoria, son abordados por la novela. En CCHD hay importantes novedades para esta última sección, donde se nos devela detalles de los personajes principales, sus misterios y la resolución de sus arcos dentro de la trayectoria de la historia.
«He aprendido a convivir con el destino, con sus luces y sombras. El destino no siempre es oscuro. A veces, es capaz de emanar una luz deslumbrante. Como dice la señorita Pony, ninguno de nosotros podemos saber qué nos espera a la vuelta de la esquina. Aunque tengas que soportar un dolor tan grande como para desgarrarte el corazón, si lo afrontamos sin temor, encontrarás algo maravilloso en la siguiente esquina, esperando para abrazarte. Yo la creo…»(CCHD, 2020: 392)
Entonces, recapitulando: Si eres de los que solo siguió la historia propuesta por el anime en sus 115 capítulos, repetidos hasta el infinito en señal abierta, creo que esta novela aportará una nueva visión de todo aquello que no fue resuelto por el anime. Si eres de los que ha revisado el manga, esta novela será como tener la fuente original que inspiró a la obra gráfica, con diálogos interesantes y situaciones bellamente narradas que acompañarán y/o contrastarán muchos de los pasajes de la publicación gráfica de los setenta. Además, de acuerdo a tu comprensión lectora e identificación con uno u otro interés amoroso (el que tú quieras), le podrás poner un nombre al esposo de Candy, y resolver el famoso dilema de Anohito o “esa persona” あの人. Y si eres como yo, un/una Candyfan de larga data y que sabe a detalle todo este royo, te sigo recomendando leer la novela. No solo porque le da un cierre definitivo a una historia que quedó en nuestros recuerdos de infancia, sino también porque, a través de la lectura, podrás experimentar la nostalgia de toda una generación que conoció a Candy, esta vez de la mano de su creadora original.
Los referentes occidentales en Candy Candy
Esta obra ciertamente ha tenido claras influencias en la narrativa anglosajona de finales del s. XIX e inicios del s. XX, sobre todo obras que fueron bien conocidas en Japón durante los años de posguerra, como el caso de Anne of Green Gables (1908) novela de la escritora canadiense Lucy Maud Montgomery, traducida al japonés por Hanako Muraoka como Akage no An (1952). La historia de Anne Shirley simbolizó para los japoneses de esta generación el espíritu de resiliencia frente a la adversidad de ser una niña huérfana y pobre, cuyo único capital social era su gran capacidad inventiva e inocencia (López, 2016: 160-161). Asimismo, otra obra que sirvió de inspiración fue Daddy Long Legs (1912) de la escritora estadounidense Jean Webster tanto en su fórmula epistolar así como en la temática sobre el empoderamiento femenino a través de la educación, además del tema sobre el enamoramiento en la etapa de maduración personal. Estas obras fueron un referente recurrente en la construcción de la narrativa del shōjo, cuya base literaria está precisamente en la reapropiación de estos clásicos occidentales de la literatura juvenil hecha por escritoras y cuyo correlato japonés se convertirán en un agente cultural significativo en la historia del Japón del siglo XX (Dollase, 2019: 127-128).
Es en el periodo de posguerra donde se produce una fuerte occidentalización e hibridación cultural, además de cambios sociales (democratización y mejoras de la educación pública con acceso masivo para las niñas y adolescentes) y económicos (crecimiento adquisitivo, alta taza de empleabilidad, industrialización y tecnificación, etc.) acontecidos tras el “milagro japonés” de las décadas de los cincuenta hasta los años setenta (Gordon ed., 1993: 247-251). La mirada de Oriente hacia Occidente y la reapropiación de los bienes culturales en un periodo de crecimiento, son un marco de acción interesante a considerar. Asimismo, la incursión de las escritoras y artistas a un medio tan competitivo y masculino como el de las editoriales de manga y las productoras de animación en Japón, industrias que estaban en constante crecimiento y proyección internacional, significó retos y cambios en las propuestas narrativas vistas hasta ese momento. Tanto Nagita como Igarashi son parte de estos cambios generacionales, y ciertamente sus propuestas creativas y artísticas nacen en este contexto. Asimismo, junto a ellas, la década de los setenta significó una época de renovación en el panorama de publicaciones y se amplió la participación de escritoras mujeres en un mundo editorial dominado por hombres.
El fandom de Candy y la reapropiación de su imagen
A pesar de la larga ausencia de material oficial de la obra y los problemas legales, ello no ha impedido que se deje de recordarla y consumirla. Existe un interesante mercado de coleccionismo de objetos clásicos vinculados al merchadising que generó la franquicia de la obra, así como el interés por el manga original, traducido a múltiples idiomas y que circula por las redes no necesariamente en canales formales. Quizá lo más interesante cuando se indaga sobre el impacto de una obra de tan larga data como esta es la reapropiada hecha por los fans. Candy, al tener una gran base de seguidores en el mundo, tiene un sin número de fanarts y fanfics construidos a partir de la ambigüedad de su final abierto visto en el anime. Sobre la continuación de la historia y una posible elección romántica hecha por Candy, ha sido visto incluso desde los ochenta. Por ejemplo, en Italia, a parte del famoso «final italiano» para el anime, se llegó a publicar novelas con una continuación alternativa, como la serie de publicaciones tituladas il Romanzo di Candy del Grupo editorial Fabbri o las historias que imitaban el estilo gráfico del manga original para la serie de revistas semanales Candy Candy también de editorial Fabbri (Romanello, 2009: 52-53). Asimismo, hay artistas visuales y gráficos, tanto profesionales como aficionados, que han tomado de inspiración el material gráfico de Candy, creando interesantes propuestas visuales y performáticas (cosplay) promocionadas en redes sociales como Deviantart o Instagram, o en galerías de arte entre Europa y Asia.
La youtuber y cosplayer italiana Monica Pachetti muestra detalladamente su colección de revistas semanales italianas Candy Candy de la editorial Fabbri con 326 números en casi 6 años de publicación (1980-1986). Es interesante observar todo el material editorial y merchandising derivado hecho en Italia a partir de las publicaciones originales y la distribución que tuvo en ese país a inicios de la década de los ochenta.
En redes sociales y plataformas de libre acceso como wattpad, las fans escritoras han subido sus propias versiones usando de base la obra escrita, algunas con argumentos interesantes y material gráfico adicional, hecho también por ellas mismas o en colaboración con otras fans artistas, como el caso de la escritora Alexa Kang con su fanfic The One I Love Belongs to Somebody Else, del cual se hizo un corto proponiendo su interpretación sobre el final de CCFS. Otra propuesta interesante sobre una posible relación entre Candy y Albert lo ha publicado la escritora AmyGiz bajo el título Siempre te esperé también en wattpad.
Corto basado en el fanfic The One I Love Belongs to Somebody Else de Alexa Kang realizado por Altabe Studio.
La apuesta editorial de Arechi Manga
Es interesante ver que hay editoriales en español que apuestan por licenciar estos títulos clásicos, incluyendo los formatos literarios. Todo ello apunta a satisfacer un mercado de consumidores que durante las décadas de los ochenta y noventa crecieron viendo adaptaciones de anime, donde se presentaron distintas obras originales de mangakas y/o escritores japoneses. Esta son las generaciones que en Latinoamérica empezaron a conocer el potencial cultural del anime y el manga sin saber que así se les denominaban. Como lo ha constatado el editor de Arechi Manga, Carles Miralles, tener un fandom de base de larga data y con una actividad constante en redes sociales ha ayudado a la difusión de la obra. El éxito de ventas de la novela CCHD, que ya va por su segunda edición a menos de 1 año de su lanzamiento, puede entenderse a la magnitud de la obra en el recuerdo de estas generaciones que crecieron consumiendo anime, su impacto mediático y visual, el arraigo a las formulas audiovisuales y narrativas que en su momento fueron novedosas, formando grupos de interés como el fandom latino de Candy Candy, que es uno de los más antiguos y activos en las redes, que valdría la pena investigar más al respecto. Además, la editorial está planeando sacar para el mercado hispanoparlante otras obras de Nagita e Igarashi, quienes por su larga trayectoria, tienen un importante número de publicaciones, las cuales se podrán conocer a partir de estas nuevas ediciones oficiales al español a partir de este año.
Creo que el mundo de Candy, guste o no, está inevitablemente asociado a su materialidad audiovisual y la construcción de una imagen de heroína como representación de una mujer joven del s. XX, que tiene capacidad de decisión e independencia, es resiliente y positiva, y evoluciona personal y emocionalmente en su vida. La reapropiación de esta imagen y su circulación intergeneracional es algo interesante por evaluar y que creo merece un estudio interpretativo a futuro. Por lo pronto, de manera oficial se tiene la novela editada al español y la promesa de la editorial de tener en el futuro más obras parecidas circulando en nuestro idioma. De allí que sienta que la experiencia lectora de esta novela es más que gratificante, muy recomendable para los que sentimos nostalgia de nuestra infancia y para las nuevas generaciones que pueden conocer la historia de Candy a través de una novela ligera. En palabras de Keiko Nagita:
“A pesar de que me encantó ver a lectores jóvenes, fueron los adultos, quienes habían visto la serie de animación ‘Candy’ en su infancia, los que colmaron mi pecho de una calidez que casi me dejó sin respiración. En cada uno de ellos pude ver su rostro de cuando eran niños.” (CCHD, 2020: 5).
Bibliografía consultada:
Dollase, Hirumi Tsuchiya. 2019. Age of Shojo: Emergence, Evolution and Power of Girls’ Magazine Fiction in Japan. SUNY Press, Nueva York.
Igarashi, Yumiko. 2020. Los mejores cuentos de hadas. Textos de Reni Suzuka. Yermo Editorial, Barcelona.
Igarashi, Yumiko y Kyoko Mizuki. 1977-1978. Candy Candy Ilustration. Nakayoshi Deluxe Album. Tomo 1 y 2. Kodansha editorial, Tokio.
Ivy, Marilyn. 1993. “Formations of Mass Culture” en Postwar Japan as History. Andrew Gordon, ed. University of California Press, Berkeley and Los Angeles, California, pp. 239-258.
López, Álvaro. 2016. “Ana de las Tejas Verdes. Lección de vida” en Antes de mi vecino Miyazaki. Los orígenes de Studio Ghibli. Álvaro López y Marta García. Diabolo Ediciones, Madrid, pp. 160-187.
Nagita, Keiko. 2020a Candy Candy. La Historia definitiva. 1er y 2da edición. Yermo Editorial, Barcelona.
—————- 2020b Candy Candy. Il Romanzo Completo. Kappalab, Bologna.
Romanello, Elena. 2009. Candy Candy. ‘eravamo tutte innmorate di Terence…’” Iacobelli Editore, Roma.
Páginas web, blog, entrevistas y resúmenes sobre Candy Candy:
Arechi Manga, 2021, web side official: http://arechimanga.com/
Alexa Kang, ca. 2017, The One I Love Belongs to Somebody Else fanfic en Wattpad: https://www.wattpad.com/story/16695590-the-one-i-love-belongs-to-somebody-else
Alix West, “A Highly Scientific Analysis Of Daddy-Long-Legs Adaptations” artículo web, 8 de enero de 2013: http://foreveryoungadult.com/2013/01/08/a-highly-scientific-analysis-of-daddy-long-legs-adaptations/
AmiGiz, ca. 2020, Siempre te esperé en Wattpad: https://www.wattpad.com/912831020-siempre-te-esper%C3%A9-introducci%C3%B3n
Coyote Mag. La griffe manga. 2019, «Interview de Keiko Nagita, scénariste de Candy», entrevista de Olivia Tripault, 15 de mayo de 2019: https://www.coyotemag.fr/interview-de-keiko-nagita-scenariste-de-candy/
Falketta, 2010. “Stop Candy, stop”, cosplay de Candy Candy en Deviantart: https://www.deviantart.com/falketta/art/Stop-Candy-stop-253030069
Ramen Para Dos, canal oficial de Youtube, entrevista a Carles Miralles editor de Arechi Manga sobre la novela Candy Candy, 23 de abril de 2020: https://www.youtube.com/watch?v=50J1F3TY8VE
Ramen Para Dos. “Arechi Manga se plantea traer a Yumiko Igarashi y Keiko Nagita”, noticia web, 21 de febrero 2021: https://ramenparados.com/arechi-manga-se-plantea-traer-a-yumiko-igarashi-y-keiko-nagita/
Rayo Confuso, canal oficial, Candy Candy/RESUMEN + Diferencias Manga & Anime (4 partes), 5 de julio de 2018: https://www.youtube.com/watch?v=HgodEd30dlo&t=245s
Tiffany Marsou, 2013. “Manga coloring-Candy and Albert”, fanart de inspirado en los diseño original de Yumiko Igarashi para el manga Candy Candy (1975-1979), en Deviantart:
https://www.deviantart.com/tiffanymarsou/art/Manga-coloring-Candy-and-Albert-353718161
Coleccionistas y fandom hispanoparlante de Candy Candy:
Albert y Candy Manga Color: https://www.facebook.com/candycandymangacolor
Candymania: https://www.facebook.com/candymaniaclasicshoujo
Keikonagitafans: https://www.facebook.com/Nagitafan