Amor, destino y memoria en Kimi no Na wa (o Your name)

 Amor, destino y memoria en Kimi no Na wa (o Your name)

Algunos días me despierto llorando sin saber por qué…

Y lo que haya estado soñando nunca lo recuerdo…

Es un sentimiento de pérdida que perdura durante mucho tiempo…

Ese sentimiento me consume desde ese día…

Taki y Mitsuha
Imagen promocional de la película

Kimi no Na wa (君の名は。, ‘Your name’ o ‘Tu nombre’) nos presenta la historia de Mitsuha Miyamizu y Taki Tachibana. La primera es una estudiante de instituto que vive en una pequeña ciudad rural en las montañas de la prefectura de Gifu, llamada también «pueblo de Itomori» (en honor al lago homónimo alrededor del cual se originó). Su padre es el alcalde de su localidad, y no pasa mucho tiempo en casa. Vive junto a su hermana pequeña y su abuela. Es una persona honesta, pero no le gustan las costumbres religiosas de su familia ni que su padre participe en la campaña electoral. Asimismo, lamenta que su vida se vea confinada en el pueblo y sueña con el estilo de vida de un joven Tokiota. Por su parte, Taki es un estudiante de instituto que vive en la capital nipona. Pasa el tiempo con sus amigos y trabaja en un restaurante italiano. Además, parece que le interesa la arquitectura y el dibujo. Un día, Mitsuha tiene un sueño en el que se convierte en Taki. Por su parte, el muchacho también tiene un sueño en el que se convierte en Mitsuha. Ambos viven la experiencia de estudiar y aprender la rutina del otro. ¿Cuál es el secreto que se esconde tras estos (aparentes) sueños? Intentaremos desvelar este misterio a medida que vayamos desarrollando este artículo.

Kimi no Na wa empieza con retazos de escenas (o hilos temporales) entrecortados y desordenados sobre la historia que ha de contarnos. Algunos de esos retazos nos muestran a Mitsuha y Taki ya adultos (en el 2021) en sus respectivas rutinas por la capital japonesa. Es en ese transcurrir cotidiano donde conocemos los pensamientos de los protagonistas que (seleccionados de un monólogo entrecortado y montado como un diálogo indirecto entre ambos personajes) fueron transcritos al inicio de este artículo, a través de los cuales conocemos la sensación que tienen en torno a una falta existencial en sus vidas. En ese contexto meditativo comienza el primer opening (o canción llamada así debido a su formato anime) de la película: «Yumetourou», de la banda japonesa RADWIMPS.

Fotograma que aparece en el primer opening de la película

LA HORA MÁGICA

La escena comienza con Mitsuha (de 17 años) repitiendo el nombre de Taki (en ese momento de 14 años), a quien le confiesa su nombre mientras le extiende el lazo rojo con que sujeta las trenzas de su cabellera. Luego despierta y nos damos cuenta de que Taki está en su cuerpo (quien asombrado por este hecho se toca los senos). A los pocos minutos, misteriosamente Mitsuha vuelve a su cuerpo. Mientras mira la televisión, aparece en las noticias un pronóstico astronómico sobre el cometa Tiamat, que pasará por Japón el 4 de octubre de ese año (2013). Mitsuha apaga la tele, desayuna con su abuela (Hitoha) y su hermana (Yotsuha), y luego va con ella a la escuela del pueblo. 

En una de las clases de Mitsuha, una profesora está enseñando a los alumnos qué significa ‘crepúsculo’ o Kataware doki : “…es cuando no es de día ni de noche. La frontera entre los mundos se desvanece y podemos encontrarnos con algo no humano”. En ese contexto linguístico, otra forma similar de conceptualizar el ocaso nipón la propone Japonismo, blog español especializado en turismo y cultura en el país del sol naciente: Es en este momento donde el día se encuentra con la noche y las fronteras entre lo real y lo ficticio se confunden”.

Durante dicha clase, la protagonista parece no prestar atención a la explicación del concepto mencionado porque se distrae cuando ve una nota en su cuaderno que dice: «¿quién eres?», frase que contrasta de forma graciosa y extraña con lo que le dice la profesora cuando la llama para hacerle una pregunta sobre la lección del día: “Veo que hoy si te acuerdas de tu nombre”. Como espectadores, intuimos que esta escena podría ser una prueba más de la extraña conducta que habría tenido la protagonista días atrás, según el testimonio de su familia y sus amigos (Teshigawara y Sayaka), actitudes que no parece recordar; sin embargo, sí declara recordar que siente “como si soñara con la vida de alguien más”, lo que nos lleva a pensar que quizás no recuerda lo sucedido porque en ese momento ella dormía (o “soñaba”) mientras otra persona (Taki) se introducía y tomaba posesión de su cuerpo.

SINTOÍSMO Y LOS MIYAMIZU

Como sostiene Aníval Pinto, especialista en la cultura nipona en la Pontificia Universidad Católica del Perú:

Sintoísmo quiere decir “el camino de los dioses” y esta filosofía existe en el Japón desde el siglo VI a.C. No existe una doctrina fija, ni reglas de oración, ni un fundador de la misma, sino que es un conjunto de creencias de adoración y culto a los dioses de la naturaleza y a los ancestros, en donde los creyentes les hacen ritos y altares a los espíritus. Se le podría denominar la religión oficial y nativa de Japón.

[audiograbación de M.J. Campos (Tesis PUCP, 2017)]

El sintoísmo es, entonces, la filosofía y/o doctrina de vida que ha heredado Mitsuha como una Miyamizu, es decir, como descendiente de una familia de sacerdotes y sacedotisas sinto. Aunque ella no está interesada en este culto, prepara junto a la abuela los hilos a usar en la ceremonia (sintoísta) del pueblo. En ese momento, la anciana aprovecha para seguir transmitiendo su sabiduría mística y ancestral: “Escucha la voz de los hilos. Cuando los trenzas así, una y otra vez, comienzan a fluir sentimientos entre tú y el hilo. Entre los hilos entrelazados se cuentan miles de historias de Itomori, escuchen…». En efecto, la abuela le cuenta a su nieta la historia que generó un gran impacto en la memoria del pueblo de Itomori:

El baño del zapatero Mayugoro Yamazaki se incendió y toda esta área se quemó. El altar y viejos documentos se quemaron. El significado de nuestros festivales se perdió, por eso solo quedó la superficie. Pero aunque esas palabras se borraron, la tradición debe seguir. Esa es nuestra labor Miyamizu. Nuestra importante tarea.

A partir de esta cita referente al relato de la abuela de Mitsuha, entendemos porqué el pueblo de Itomori ha olvidado el significado de sus rituales tradicionales. No obstante, como guardianes sintoístas de los mismos, la familia Miyamizu, si bien ha perdido también esa memoria conceptual ancestral, aún conserva el modo como realizar dichos rituales.

Los hilos y el relato de Mayugoro

KUCHIKAMISAKE: LA BEBIDA DE LOS DIOSES

Kagura es una antigua ceremonia teatral japonesa en honor a los dioses de la religión sintoísta. Se celebraba habitualmente en el palacio imperial, y consistía en pasos lentos interpretados por sacerdotes, conjuros y danzas culturales y mitológicas. Mitsuha y su hermana menor asumen el papel de mikos (es decir, de sirvientas de un templo sinto) para ejecutar la danza ceremonial y así proceder también con la preparación del Kuchikamisake, un tipo de alcohol a base de arroz producido por un proceso que involucra saliva humana como iniciador de fermentación. En efecto, las chicas producen la bebida sacra con sus salivas y concluyen la ceremonia.

Mitsuha se siente avergonzada de que los chicos que la molestan en la escuela la hayan visto realizando el ritual del Kuchikamisake. Es por esto que antes de volver a casa, la muchacha se para justo debajo del portal del templo Sinto del pueblo y grita con todas sus fuerzas: «odio este pueblo, odio esta vida, quiero ser un chico guapo de Tokio en mi siguiente vida» (una alusión a la idea de «reencarnación» en la que se basa el budismo, otra doctrina oriental emparentada con el sintoísmo). Como fondo musical que culmina esta escena, aparece el segundo opening de la serie: «ZEN ZEN ZENSE», nuevamente de RADWIMPS.

RELATO DE MUSUBI (O UNIÓN EN EL TIEMPO)

Mitsuha amanece dentro de Taki, suceso que ella considera un extraño e increíble sueño, pues será su oportunidad para descubrir —entre días de escuela, deliciosos dulces y arduo trabajo de medio tiempo— cómo es la vida de un joven japonés en la ciudad tokiota. Por su parte, Taki está en el cuerpo de Mitsuha (también cree que está soñando), y así tiene la oportunidad de ir al Goshintai, un cráter —ubicado cerca de Itomori— considerado un santuario sagrado (de la familia Miyamizu) que alberga al Kakuriyo (‘mundo oculto’) y donde reposaría el cuerpo de Musubi. En ese contexto, la anciana le cuenta al protagonista la historia del dios de dicho santuario:

¿Sabes quién es Musubi? es como llamaban al dios local hace mucho tiempo. Significaba unión. Conectar con las personas es una unión, y el pasar del tiempo es una unión. Todo esto es parte del poder del dios, los hilos que trenzamos son un lazo con él, con una parte de él, representan el paso del tiempo mismo, se acomodan y toman forma, se enredan y se retuercen, a veces se desenredan se rompen y se vuelven a conectar. Eso es una unión.

A partir de lo anterior, se nos revela que Musubi es el kami (o dios sinto) del santuario Miyamizu que representa la unión en el tiempo. Al respecto, Brian Bocking, investigador sobre religiones de la Universidad de Lancaster, sostiene que “el sintoísmo moderno interpreta el concepto de musubi como el espíritu del nacimiento, de la armonía, del llegar a ser, del crecimiento”. Por consiguiente, todo lo que hay en la naturaleza sería (o formaría parte de) Musubi: fuerza vital, proceso orgánico de desarrollo, renovación y ocaso. Todo lo que nos llevaría a comprender de forma espiritual el mundo y el universo.

Antes de cruzar el río que antecede a la cueva donde está el altar de Musubi, la abuela dice que luego de cruzarlo entrararán en el mundo oculto donde residen los kami, y que para salir de él se debe dejar algo atrás. Es por esto que Mitsuha (ahora reemplazada por Taki) deja el Kuchikamikase (donde ha dejado una parte de sí misma) como ofrenda al dios sinto.

BUSCANDO EL HILO PERDIDO

Taki relata que los sueños de intercambio de cuerpo con la protagonista se van perdiendo, hasta llegar a un punto en el que siente que «le falta algo». En ese contexto, le surge una nostalgia por los recuerdos que tiene de un pueblo en las montañas Hida, a partir de la cual empieza a dibujar todo lo relacionado con ese lugar. No obstante, al no poder más con esa sensación decide buscar el susodicho pueblo. Finalmente lo encuentra, aunque no de la forma que esperaba: hace tres años, Itomori desapareció a causa del impacto de un meteorito. Este evento fue catalogado y registrado como “El accidente de Itomori».

De acuerdo al reporte del incidente, el cometa Tiamat que pasaba por Japón se fragmentó en meteoritos y cayó en Itomori. Esto habría ocurrido el 4 de octubre del 2013 a las 8:42 p.m, justo en la zona donde el pueblo se reunía para el festival de otoño. Como resultado, fallecieron más de quinientas personas. En el registro de víctimas figura la abuela, la hermana y Mitsuha (de 17 años en ese momento). A partir de este descubrimiento,Taki se pregunta si todo lo que pasó fue un sueño y si quizás estuvo hablando con un fantasma.

DESENREDANDO LOS HILOS

Poco tiempo después de descubrir el incidente de Itomori, Taki empieza a olvidar todo lo relacionado a este. En ese ir y venir de recuerdos, resuena en su mente la voz de la abuela sintoísta hablando sobre los hilos y su conexión con Musubi, lo que a su vez reaviva el recuerdo de Mitsuha. Es por esto que decide volver al Goshintai, para hablar con el kami de la cueva-altar Miyamizu a fin de que le permita volver a conectarse/encontrarse con la protagonista: “Si es verdad que el tiempo se puede desenredar, dame una oportunidad”.

Ya en el interior del reciento sacro, Taki bebe el Kuchikamisake que contiene «la otra mitad de Mitsuha», se resbala, y con su celular alumbra una pared de la cueva donde aparece la pintura rupestre de un cometa (al parecer dividiéndose). Luego de esto es introducido en el hilo de vida de Mitsuha: vislumbra su nascimiento, infancia, hasta el día del incidente del cometa. Entre esas memorias, puede ver cómo ella fue a buscarlo a Tokio en el 2013, escena que a su vez nos conecta con otra donde ella lo encuentra en un tren de la capital y le dice que su nombre era Mitsuha, a la par que le daba el lazo de hilo rojo que Taki conserva desde ese día en una de sus muñecas (que simboliza a su vez el hilo rojo del destino que los une).

HILO ROJO Y COMETA: NUEVAS REVELACIONES

Taki ha vuelvo a ser Mitsuha justo la misma mañana en que ocurrirá el incidente del cometa Tiamat. La abuela sospecha que él no es su nieta. Lo invita a tomar té y le hace una confesión/revelación importante para la trama: “Cuando era pequeña, también tenía sueños muy extraños. […] los sueños eventualmente desaparecen […] yo pase por situaciones similares, al igual que tu madre”.

A partir de lo anterior se establece una doble conexión entre una memoria individual y una memoria colectiva enraizadas en Mitsuha (a la que ahora tiene acceso Taki ya que está dentro de ella).

La memoria individual es la que corresponde al hilo rojo del destino. En ese contexto, todos los miembros de la familia Miyamizu han tenido el privilegio (dado quizá por el kami Musubi) de poder no solo conocer a su otra mitad destinada, sino de poder intercambiar cuerpos con ellos a través del sueño. Lo que explica, a su vez, porqué Mitsuha (aun si es un fantasma) puede intercambiar su línea de vida cronológica con Taki.

La memoria colectiva es la que corresponde a la heredada a la familia Miyamizu como guardiana/protectora del culto sintoísta. Desde tiempos ancestrales los “brujos” o “chamanes” del antiguos Japón han precedido y visto suceder terribles desgracias. Es posible que alguno de los ancestros más arcaicos de Mitsuha haya vislumbrado el paso del cometa Tiamat hace 1200 años (y la amenaza de que este incidente se repita denuevo, como parte de un ciclo vital), dejando constancia de ello en la cueva (como un registro de memoria “documental”). Asimismo, dicha predicción habría sido transmitida de generación en generación entre los descendientes Miyamizu, hasta llegar finalmente a la protagonista junto con la llegada de su otra mitad destinada. De hecho, es a esta predicción catastrófica a la que llega Taki luego de escuchar a la anciana: “¿Qué pasa si todos los sueños que han tenido los Miyamizu están relacionados con lo que pasara hoy?” Sin embargo, la abuela no le cree (justamente porque ha perdido la memoria sobre la predición del impacto meteorológico), y el protagonista decide ir con los amigos de Mitsuha para junto a ellos prevenir la desgracia.

Fotografías de los ancestros Miyamizu

EL ORIGEN DE ITOMORI

Como se sostiene en la entrada titulada Cometa Tiamat, del blog de Amino, red social favorita de los fanáticos del anime y manga (en su versión en español):

“La principal formación del lago Itomori, fue el resultado de un fragmento del cometa Tiamat que se estrelló en la ciudad 1200 años antes de los eventos de la película Kimi No Na Wa […] Como se indica en la película, Tiamat posee un período orbital de 1200 años, y el cometa ha golpeado la ciudad al menos dos veces (una durante la formación del lago Itomori, otra durante la película el 4 de octubre de 2013). También está implícito, debido al tamaño y la estructura de Goshintai, un gran cráter, cuyo sitio se formó a través de otro fragmento del Tiamat que se estrelló contra el suelo”.

Lo anterior es revelado también por Teshigawara a Taki (en el cuerpo de Mitsuha), gracias a lo cual el protagonista confirma su teoría de que el impacto de hace 1200 años está por repetirse, y ahora deben evitarlo, pues de ello depende la vida del pueblo de Itomori.

Vista panorámica del lago Itomori que da origen a la ciudad rural homónima

(RE) ENCUENTRO MÁGICO

Taki y Mitsuha cruzan sus caminos en el Goshintai, pero no pueden verse ni entrar en contacto, hasta que llega la hora mágica, ya que, como se mencionó anteriormente, esta permite el contacto entre lo humano y lo no humano.  

El académico japonés Shinjiro Kitasawa, quien —citando a Hirata, un importante personaje en el sinto— sostiene que “los espíritus de los muertos continúan existiendo en el mundo invisible, que está en todos lados, alrededor nuestro; y luego estos se convierten en dioses de distintas personalidades y niveles de influencia…continuando en brindar servicio a las personas”. A partir de lo anterior, es posible pensar que Mitsuha pudo haberse convertido en un kami (es decir, un espíritu cercano a la divinidad y de origen humano) que estaría encargado de proteger el santuario de Musubi, a fin de no perder lo que queda de su culto. Por consiguiente, y dado que su existencia está anclada al mundo invisible (kakuriyo), Taki solo es capaz de verla cuando la frontera entre el mundo humano y el mundo de los kamis se rompe con la hora mágica. Asimismo, esto explicaría porqué si bien Mitsuha pudo intercambiar cuerpo con Taki gracias al Kuchikamisake, una vez pasado el tiempo de intercambio no tendría un cuerpo propio «vivo» al que volver, razón por la que seguiría siendo un espíritu a menos que esa misma noche cambie el destino de Itomori.

Taki le devuelve a Mitsuha el lazo rojo que le dio tres años atrás, y le propone escribir sus nombres mutuamente en la mano del otro para no olvidarlos. No obstante, cuando la muchacha esta por escribir el suyo desaparece, pues ha desaparecido también la hora mágica. Triste pero decidido, Taki le promete: “Solo quería decirte que donde sea que estés en el mundo, te voy a volver a encontrar, pase lo que pase”. No obstante, pocos segundos después empieza a olvidar el nombre de su amada, ante lo cual termina con la desesperada pregunta ¿Cuál es tu nombre?, momento en el que empieza, a su vez, a resonar la lírica del opening número tres: «Sparkle», de Radwimps.

El INEVITABLE IMPACTO DEL COMETA

Mitsuha ha vuelto (a su cuerpo) tres años atrás en Itomori, pero poco a poco va olvidando a Taki. No obstante, la caída que tuvo mientras corría por la carretera le permite ver su mano, donde el joven escribió “te amo”, frase que es inútil para que Mitsuha recuerde su nombre, pero que le ayuda a mantener el recuerdo de un amor perenne que la motive a buscarlo (pues muchas veces un nombre propio no queda en la memoria, a diferencia de un sentimiento con mucho significado simbólico como el amor). No obstante, parece que a pesar de sus esfuerzos la protagonista no pudo evitar el impacto del cometa.

¿FIN DEL AMOR? ¿QUÉ PASÓ CON ITOMORI?

un cometa destruyó un pueblo en ese desastre, pero milagrosamente la mayoría de los que vivían ahí salieron ilesos. El pueblo estaba teniendo un simulacro ese día, y la mayoría de la gente estuvo fuera de la zona del impacto. No hubo muertos…

A partir de la cita anterior, extraída de un monólogo que hace un Taki adulto, descubrimos que valió la pena que el protagonista volviera a conectarse con Mitsuha, puesto que, si bien con ello no pudo evitar que el cometa Tiamat vuelva a destruir Itomori, los pobladores de dicha localidad lograron salir sanos y salvos del terrible incidente (lo que incluye, por supuesto, a la protagonista).

En este punto de la trama empieza a sonar «Nandemonaiya», de RADWIMPS (canción que será reutilizada como ending de la película), como acompañamiento musical de las escenas que aluden al transcurrir de las estaciones en la ciudad de Tokio: desde la primavera, representada por las flores de Cerezo (o Sakuras), hasta el invierno, representado por los copos de nieve (o Yuki) que caen sobre los grandes edificios de la urbe capitalina. En ese contexto, vemos a un taki de 22 años que acude a diversas entrevistas de trabajo, a la par que lo acompaña un mismo sentimiento de vacío existencial similar al que lo aqueja al inicio de la película, pero esta vez relacionado al recuerdo de Itomori: “el paisaje de un pueblo que ya no existe, ¿por qué siento una opresión en el pecho solo de verlo?”

Finalmente, aparece la escena más conmovedora y suscitante del clímax final de esta historia: Taki y Mitsuha reconocen sus rostros a través de las ventanas de sus respectivos trenes, pero no pueden evitar ser separados por la velocidad de los vehículos que van en direcciones opuestas. Apenas llegan a sus destinos, aceleran en mutua búsqueda y se encuentran en una escalera con barandillas rojas (curioso color que nos recuerda al hilo rojo del destino) que (en el Tokio real) desembocan en el santuario de Suga. Ambos son tímidos y parece que seguirán de largo. No obstante, Taki inicia el diálogo, y al unísono ambos hacen la pregunta que da origen a la trama de la película: «¿PUEDO SABER TU NOMBRE?«

CONCLUSIÓN

Como buena película sobre amor, destino y memoria, Kimi no Na wa contempla una narrativa verbal, visual y sonora que se articula bellamente en un universo místico, único y original. En ese sentido, si bien algunas escenas cronológicas quedaron inconclusas o inexplicadas, resolverlas no sería lo más importante, dado que quizás el mismo director (Makoto Shinkai) pudo haber dejado esos vacíos a propósito para acentuar la metáfora de los hilos de tiempo que se pierden y articulan contínuamente, hilos que además nosotros como lectores podríamos completar mentalmente a partir de las sugerencias místicas que nos ha dejado esta peculiar e inolvidable trama.

Imagen icónica y favorita de los fans de Kimi no Na wa

ANÁLISIS EXTRA

TRES GRANDES DESASTRES EN LA HISTORIA DE JAPÓN

En la película se narran algunos desastres naturales o artificiales que a su vez hacen referencia a eventos trágicos reales en la historia de Japón. Uno de estos es, por ejemplo, el Gran incendio de Mayugoro, el cual sería una alusión ficticia al Gran incendio de Meireki, que destruyó entre el 60 y el 70 % de la capital japonesa de Edo (hoy Tokio) el 2 de marzo de 1657. Por otro lado, los meteoritos (derivados del cometa Tiamat) que caen sobre el pueblo de Itomori representarían la caída de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki durante la segunda guerra mundial. Asimismo, podrían representar el terremoto y Tsunami que sufrió el país nipón en el 2011, dada la cercanía cronológica con el estreno de la película (en 2016), el tipo de impacto (movieron la zona terrestre y acuática) y el uso de un pronóstico meteorológico con el cual los desastres naturales reales aludidos pueden ser captados y, en teoría, evitados o reducidos en su impacto.

KIMI NO NA WA Y LA MEMORIA EN LA PERCEPCIÓN JAPONESA

En una entrevista publicada en el diario Los Angeles Times en 1991, el famoso director tokiota Akira Kurosawa le comenta al escritor colombiano García Márquez que los japoneses de la posguerra han olvidado o no están interesados en hablar directamente de eventos traumáticos de su historia nacional como, por ejemplo, la caída de las bombas atómicas durante la segunda guerra mundial. Como resultado, existe una larga cronología animada en el país del sol naciente (especialmente la referida a la ciencia-ficción) cuya base es el tópico de la constante amenaza de un “tercer impacto” que destruye el mundo (empezando, en muchos casos, por la destrucción de Japón). En ese contexto, Kimi no Na wa es una película propicia para que la sociedad nipona contemporánea se anime a reencontrarse y reconciliarse con los hilos de su propia memoria histórica y colectiva, a través de una conmovedora y admirable historia de amor que, no obstante, está vinculada a su propia herencia mística oriunda, así como a todas las fracturas sufridas por diversas tragedias naturales o artificiales que no han podido acabar con su espíritu de lucha por seguir viviendo unidos en ese interface aún conflictuado entre la tradición y la modernidad; unidos, por qué no, más allá de los límites del tiempo y el espacio.

Barrio de Shibuya en Tokio, Japón
Fuente: Taiken Japan

NOTAS

  • Mitsuha (三葉) significa ‘tres hojas’. El nombre de la abuela de la protagonista significa ‘una hoja’; la madre, ‘dos hojas’; y la hermana menor, ‘cuatro hojas’. El apellido Miyamizu (宮水) significa ‘agua del santuario’.
  • Si quieren revisar con lujo de detalle todos los escenarios urbanos y naturales aludidos en la película, visiten la página de Japonismo que dejaré en las fuentes bibliográficas.
  • Las 4 canciones u openings/endings de Kimi no Na wa cuentan la historia en un lenguaje musical muy bien vinculado/unido a la trama audiovisual. Para revisar un análisis muy bueno al respecto, acceder al siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=WYkT_5jT0yU&t=179s

¿TE GUSTÓ ESTE ARTÍCULO? PUEDES CONSULTAR LAS FUENTES AQUÍ:

AMINO

Cometa Tiamat. Consulta: 11 de junio de 2020

https://aminoapps.com/c/anime-es/page/item/cometa tiamat/G5qf_VILD8DJDz271xxwwdPkvQzMBDguB

Bower

2017     Kimi No Nawa | Análisis y Explicación | Your Name Película explicada. Consulta: 7 de
              junio de 2020.

https://www.youtube.com/watch?v=QQ9ymN4fjSM

Campos Runcie, María-José Carmen. «El símbolo en la animación: el árbol en las películas de Hayao Miyazaki (Tesis de licenciatura).» Recuperada de http://tesis. pucp. edu. pe/repositorio/handle/123456789/8525 (2017).

DESINFORMEMONOS

La entrevista de Gabriel García Márquez a Akira Kurosawa. Consulta: 11 de junio de 2020.

https://desinformemonos.org/la-entrevista-de-gabriel-garcia-marquez-a-akira-kurosawa/

JAPONISMO

Kimi no Na wa o Your Name, análisis, significado y localizaciones de la película. Consulta: 11 de Junio de 2020.

https://japonismo.com/blog/kimi-no-na-wa-your-name-significado-anime

MUHIMU

La leyenda del hilo rojo. Consulta: 11 de junio de 2020.

https://muhimu.es/inspiracional/la-leyenda-del-hilo-rojo/

PINTO, Iván Entrevista a Iván Pinto, por Maria José Campos
2013 [audiograbación]. Lima. 30 de setiembre de 2013.

Elizabeth Pelaez

Literata amante del misticismo, la tradición y la cultura popular japonesa. Sus intereses son el shojo, el seinen y cualquier anime o manga que lleve a alguna reflexión de vida.

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