Noticias de Japón: el amor en los tiempos de las marionetas
Reza la frase: para el amor no hay edad, sexo, religión, raza, credo, etc., y eso lo saben muy bien los japoneses. Un ejemplo es la historia de amor de Masayuki Ozaki, un esposo que confesó haberse enamorado profundamente de una muñeca de silicona luego de perder todo afecto hacia su esposa.
Como él, hay varios varones nipones que decidieron depositar su amor y su confianza a muñecas de ojos vacíos, pero que, para ellos, son tan iguales como las féminas. Le colocan nombres, van de paseo e incluso tienen intimidades.
Senji Nakajima, de 62 años, no tiene reparos en confesar todo su afecto a “Saori”, su fiel acompañante. ‘Mi corazón late a mil por hora cuando vuelvo a casa con Saori. Nunca me pasaría por la cabeza engañarla, ni con una prostituta, porque para mí ella es humana”, declaró el sexagenario hombre.
En Japón, unas 2.000 muñecas de siliconas son vendidas cada año, según profesionales dedicados a este negocio. Estas marionetas, incluso vienen equipadas con una cabeza y una vagina desmontable. Estas acompañantes valen unos 5.300 euros (cerca de 6.000 dólares).
Como se sabe, Japón afronta una crisis de natalidad. Su último censo arrojó resultados que preocuparon a sus líderes: en los últimos cinco años, la población nipona se redujo a casi un millón de personas. A esto se le suma el poco interés de sus ciudadanos con respecto al sexo, tanto así que los medios de comunicación acuñaron el término de “síndrome del celibato” para referirse a personas con nula actividad sexual.
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