Arquitectura ciberpunk en Akira
En 1988, la película Akira de Katsuhiro Otomo golpeó como una bomba cultural en los cines y lo sigue haciendo hasta ahora para un nuevo público que se anima a verla. Su trama es, para muchos, la expresión sincera del ciberpunk japonés, con el lema “high tech, low life” que se fagocita en un Tokio postapocalíptico, plagado de pandillas de motociclistas y un gobierno misterioso. Por esa razón, te invito a hacer memoria sobre este clásico y, de pasada, a reparar en su encomiable manga para analizar su arquitectura y relacionarla con temas como la rebeldía, opresión del sistema y búsqueda espiritual.
«Llegará en día en el que nosotros también seremos. Ese día no ha llegado».
Akira (1988)
Neo-Tokio: ciudad metabólica
Como sabrás, Neo-tokio es una ciudad ciberpunk. Lo interesante es que su desarrollo urbano está condicionado por la verticalidad. Proliferan los rascacielos y estos grandes bloques arquitectónicos se conectan a través de puentes, pasadizos elevados y estructuras aterrazadas. Es, en su conjunto, símbolo de progreso, el capitalismo y las corporaciones, o como diría Cho (2011) una “arquitectura moderna de triunfo”.Este tipo de arquitectura se relaciona con el Movimiento Metabolista, una corriente arquitectónica que imagina una ciudad horizontal en expansión, compuesta de estructuras gigantes y verticales. Se puede decir que la arquitectura metabólica presenta a la ciudad como una corporeidad que se extiende a la par del capitalismo. La visión crítica del ciberpunk precisamente es criticar esa expansión y los personajes de Akira participan de eso a través de su rebeldía.
Opresión vertical
En la distopía de la ciudad, las jerarquías sociales y la marginalidad conviven bajo una idea de falsa igualdad. Pensemos en las grandes autopistas que conectan la ciudad de Neo-tokio: dan la impresión democrática de que conecta lugares y personas, dan la impresión de modernidad para una ciudad. Y en medio de ese torrente de progreso vemos jóvenes como Tetsuo y Kaneda que, con su pandilla “Las cápsulas”, exhiben su poder a la velocidad de las motocicletas. Son los rebeldes sin causa, los James Dean japoneses que retan a la autoridad con procacidad. Y sin embargo, la pregunta cae por sí sola, ¿en realidad tienen tal poder? En realidad, no. Las pandillas como «Las cápsulas» o «Los payasos» se empoderan gracias a su rebeldía, pero eso no impide que sean absorbidas por la megalópolis. Si observamos el manga nos daremos cuenta de que lo minúsculo que llegan a ser los motociclistas frente a los rascacielos. Sobre esa diferencia abismal es que se construye una opresión vertical de la infraestructura sobre el individuo. En la figura 1, los paneles dan cuenta de la ciudad como inmensa y devoradora de la invidualidad.
La arquitectura de Neo-Tokio no es una estructura de liberación, sino una estructura de opresión ejercida por el capitalismo (Scavnicky, 2021). Pensemos en otro ejemplo.En la figura 2, Tetsuo se yergue sobre un edificio derruido y su postura demuestra control sobre la ciudad. Su poder es concluyente, pues al desarrollar poderes psíquicos se convierte en una “amenaza de violencia física” como reacción contra la acción policial (Riessland, 2013, 202-203). Dicho de otro modo, Tetsuo logra subvertir su marginalidad de pandillero gracias a su poder y con eso se apropia de la ciudad. Esto lo diferencia de Kaneda, quien camina sobre la ciudad destruida con apariencia inestable, caótica y completamente asustadiza. Hay una diferencia notorio en la composición de cada uno, pero sobre ambos se plasma un posicionamiento sobre la ciudad. Una conquista posterior a la opresión.
Opresión geométrica
No solo la verticalidad, la opresión de la ciudad futurística de Neo-Tokio se expresa en la geometría de los espacios interiores. Proliferan los pisos de losetas cuadradas como en la figura 3, así como los muebles simétricos y techos cuadriculados en otros panles. Estos elementos transmiten, en su conjunto, la sensación de asfixia y limitación para el individuo. Pero los espacios geométricos alcanzan no solo a las estructuras laicas, sino también a las religiosas. El templo sintoísta regido por Miyako sama tiene una estructura alejada del entorno natural, desprovista de jardines y espacios naturales. Mientras que en la figura 4 podemos observar sus pisos anquilosados de cuadros, en la figura 5 vemos un contraste fatal: un templo tradicional en ruinas detrás de una templo contemporáneo de estructuras geométricas que ponen enfásis nuevamente a la verticalidad. La sociedad distópica de Neo-Tokio exhibe debajo de sus pomposas estructuras la pérdida de la espiritualidad, del sentido de la vida. La opresión del capitalismo corporativo termina por aniquilar la existencia.
La arquitectura de Akira refleja los códigos de una sociedad alejada de lo espiritual. Santiago Beruete señala: “La geometría brinda un refugio perdurable a las personas que se sienten olvidadas de los dioses y de los hombres, desengañadas del mundo y en conflicto consigo mismas, al mismo tiempo exiliadas de un pasado glorioso” (2016, 35). Pensemos otra vez en las referencias religiosas de Akira. Un ejemplo bastante sutil es la figura 6: una estructura arquitectónica que refleja los rayos del sol propios de la diosa Amateratsu, rayos que además iluminan a Kaneda de forma particular, muy similar a la figura 7. En cambio, la sede de Naciones Unidas tiene una estructura de hexágonos que en el budismo indica equilibrio y unión de contrarios. Recordemos que es el lugar desde donde se estudia el problema, aunque sin una resolución favorable.
Podemos decir que los ciudadanos de Neo-Tokio, debido a las circunstancias que viven en la ciudad distópica, poseen un vacío espiritual que intentan llenar sin éxito con el progreso. El resultado es infructuoso y ni la religión puede salvarlos, pues se retrata lo religioso como un artilugio más del capitalismo. La religión se ve contaminada por el sistema neoliberal y su destrucción es igual de inevitable.
Destrucción diagonal
Frente a la opresión sucede la destrucción y así nos encontramos igualmente con la destrucción diagonal. Cuando Neo-Tokio colapsa a manos de Akira, la arquitectura lo hace de formas interesantes. En la figura 8 observamos cómo los rascacielos se derrumban en inclinación diagonal. Dicha destrucción representa la más grande catástrofe de la ciudad y, cual apocalipsis mileniarista, conjuga la destrucción con la inundación del mar y la presencia de grandes nubes. La destrucción de los edificios se convierte así en los mejores paneles del manga.
Parece ser que lo diagonal cobra relevancia y nuevamente tintes espirituales. En el sintoísmo lo diagonal significa ascender a lo divino. Por ejemplo, en la arquitectura sintoísta, para acceder al templo que era el centro, el camino no debía ser lineal sino diagonal o sinuoso, representa una peripecia para el hombre en su camino a la espiritualidad.
Podemos decir finalmente que la destrucción de Neo-Tokio tiene así matices religiosos porque combina la purificación del agua y la orientación diagonal de la luz que marcan, sin duda, el ascenso divino. En esa línea, nótese la luz circular en la figura 9. En el budismo zen, el círculo simboliza lo infinito contenido en la perfección de la armonía. La destrucción ha sucedido ya en Neo-Tokio y ahora se espera de ella su renacimiento.
Bibliografía
Beruete, Santiago. (2016). Jardinosofía. Historia filosófica de los jardines, 1ª edición.Turner: Madrid.
Cho, Hyunjung (2011). Competing Futures: War Narratives in Postwar Japanese Architecture 1945-1970.
Johnson, Craig y Tulloch, Rowan (2017). “Videogames and dystopia: total cities, post-cities and the political unconscious”, Journal of Gaming & Virtual Worlds, 9(3), pp. 243-256.
Riessland, Andreas (2013).The Public Perception of the Bōsōzoku in Japan. 『人類学研究所 研究論集』
Santos, Antonio (2019). Tierras de ningún lugar. Distopía y cine, Cátedra.
Scavnicky, Ryan (2021).Cyberpunk 2077 es una crítica de arquitectura sin nada que decir.The Architect’s Newspaper. https://www.archpaper.com/2021/01/cyberpunk-2077-is-an-architecture-critique-with-nothing-to-say/