El Niño y la Garza: una película sobre las heridas y las grandezas humanas

 El Niño y la Garza: una película sobre las heridas y las grandezas humanas

Hoy jueves 11 de enero se estrena en Perú El Niño y la Garza y este artículo (con spoilers) es un análisis de la película, que pretende explicar algunos pequeños detalles. La obra, como darás cuenta, es una obra de arte y cuenta con el prestigio de toda película de Studio Ghibli. Además, vendría bien mencionar que ha sido la reciente ganadora de la Mejor Película Animada en los Globos de Oro. Para quienes han visto la película y para quiénes no, solo te comento brevemente que la trama gira al estilo de La tumba de las luciérnagas (1988). Japón está en medio de una guerra y, de repente, es atacado por un incendio a gran escala que se asemeja a un ataque aéreo. El protagonista, Mahito, corre buscando a su madre y esto augura la esencia de la película entre el trauma y la superación del duelo.

«El viento se levanta, hay que intentar vivir«

El Niño y la Garza

Mahito y dos referencias literarias[El spoiler comienza ahora]

Lo primero que se comenta mucho en redes sociales es el título original: ¿Cómo vives? [君たちはどう生きるか], título que es un directo (y muy sutil) homenaje a la novela de Genzaburo Yoshino de 1937. Aún así lo que marca huella es el hermoso viaje a la fantasía que remite al Libro de las cosas perdidas de John Connolly, libro favorito de Miyazaki y publicado en el 2018. Y es que quizás influenciado por la conmoción y la tristeza de perder a su madre, el mundo «real» que rodea a Mahito gradualmente se ve erosionado por la «irrealidad».

El niño y la garza

La Garza, aosagibi y yokai

En el viaje a la fantasía, la Garza desempeña un papel importante como puente entre ambos mundos. Quiero empezar comentando sobre este ser, un personaje misterioso e interruptivo que asocio al Aosagibi o garza azul. En el folclor japonés, la tonalidad azul de las garzas es parte de las creencias de que estas, al adquirir una mayor edad, se transforman en ese color y volverse yokai. Se las suele observar y su presencia, se dice, es peligrosa para el humano. Su aliento contenido de bolas de fuego ha sido objeto de miedo y de aseveraciones desde el período Edo hasta el Meiji. Incluso su representación más conocida es el retrato Garza Nocturna de Ohara Koson en 1910. La curiosidad por este mágico ser o yokai, no es novedad en Japón y justifica su prensencia como entidad del otro mundo. Por esa razón, la garza de la película de Miyazaki tiene que ver tanto con la invitación al otro mundo como con la representación de los deseos de Mahito. La Garza o Aosagibi le tienta a Mahito contándole sus deseos secretos y lo invita al infierno. Ese, se podría, decir es el truco del diablo. Hay una escena en la que, efectivamente, se dice que estas aves son mentirosas.

Garza Nocturna de Ohara Koson (1910)

Una garza real me dijo una vez que todas las garzas reales son mentirosas. Entonces, ¿es eso verdad o mentira?

El Niño y la Garza

El travesía de Mahito por la fantasía

En El Niño y la Garza, la garza azul desempeña el papel del pájaro de fuego o aosagibi. Ahora bien, el viaje fantástico que realiza junto a Mahito es el siguiente:

«Realidad» → «El mundo de los pelícanos y los periquitos» → «Paraíso» → «El mundo del tío abuelo» → «Realidad» →

La garza azul o aosagibi, como dije antes, capta los deseos internos de Mahito y hace declaraciones sobre su madre en base a eso. También ve a través de sus mentiras, sus malicia internas y lo acusa. Por eso, el viaje que emprende Mahito con la Garza implica no solo reconciliarse con la vida y volver a la realidad, sino expiar la malicia que yace interiormente de él. La garza real es una existencia que no está sujeta a las reglas de ningún mundo y puede interpretarse como un narrador que conecta todos los mundos que existen.

La malicia de Mahito

Detengámonos ahora en la herida de Mahito. La autolesión de Mahito intenta mostrarle a quienes le rodean las cicatrices emocionales que siente, en especial, a su padre y a Natsuko. Su padre no se da cuenta de nada, pero Natsuko se da cuenta y termina culpándose a sí misma, diciendo: «Es mi culpa». Es un acto de malicia lo que hace Mahito porque busca culpar al resto de su dolor. Debido a esto, Natsuko es expulsada de su casa y se va a otro mundo. La aventura de Mahito es, por tanto , una aventura en la que repara la malicia que ha esparcido.

El mundo real está «arriba» y el otro mundo fantástico está «abajo». Mientras Mahito continúa cayendo, llega al mundo del mar que se convierte en su primera parada. Por su descenso y surrealismo, «el mundo del mar» recuerda el mundo de los sueños de Alicia. Este mundo se describe como «un mundo de vida y muerte», un lugar donde la muerte termina y la vida comienza y un mundo donde la vida y la muerte se integran armoniosamente. Si la Garza representa sus deseos, el mundo del mar sigue esa línea y responde a la metáfora de ser la conciencia de Mahito. Determinada por el descenso, ese mundo alberga su psicología profunda.

“Fecemi la divina potestate”: el descenso al infierno

El viaje de Mahito es la oportunidad para viajar por su conciencia, pero este mundo representado que pretende castigar su malicia es el infierno también. Pensemos en la escena en la que él se aproxima a la torre. Hay una hermosa puerta a la entrada de la torre por donde atraviesa Mahito y en ella dice:“«Giustizia mosse il mio alto Fattore / fecemi la divina potestate / la somma sapïenza e l’primo amore» (La justicia movió a mi alto Hacedor / me hizo la divina potestad / la suma sabiduría y el primer amor).” Esta pertenece a la Divina Comedia, la cual refiere cómo Dante es guiado por el antiguo poeta romano Virgilio a las profundidades del infierno. Si lo comparamos, el mundo del mar no tiene parangón con el infierno de la Divina Comedia, pero así como Dante fue en búsqueda de Beatriz asimismo Mahito va en búsqueda de Natsuko. Los pelícanos y periquitos pueden ser crueles, pero oscilan en lo tierno o gracioso, por tanto, mantiene la belleza de la fantasía sin descuidar la moraleja.

En este mundo donde se mezclan la vida y la muerte, las referencias y las citas no se acaban. El lugar especialmente fuerte es el cementerio. En la puerta hay una inscripción que dice : «La muerte son de los que aprenden».「ワレヲ學ブ者ハ死ス」Se señala así la necesidad de aprender y de morir al hacerlo. Esta frase asimismo se basa en una frase de Qi Baishi, un pintor y calígrafo chino nacido en 1864 y dice así: «Aprende mientras vivo, como yo mismo mientras muero «. Aosagibi, muchas veces comparado con un ave fénix tal vez sea el síntoma de la transformación del protagonista. El niño literalmente también está ardiendo en llamas. Su obsesión por la muerte de su madre lo ha llenado de sombras, por lo que morir es una acción inminente y una lección. Morir para vivir o aprender a morir…siempre para nacer de nuevo.

Para Mahito la «muerte» es inseparable de la «guerra» en esta época. Las imágenes de su madre ardiendo en fuego es una constante de la muerte, así como de la guerra que vive Japón. No hay imágenes de soldados en la lucha ni de aviones bombardeando, pero sí de una sirena que aturde los oídos de Mahito hasta llegar a su alma. El mundo del mar, la fantasía y conciencia de Mahito también no escapa a la guerra. Se puede decir que en ese mundo la guerra está simbolizada por la tumba de piedra. Esta representa la «malicia» y una «maldición» para aquellos que se sumerjan en ella como Mahito. Parece decirnos que adentranse en la muerte no trae nada bueno. En ese sentido, la idea es no intentar aprender sobre la muerte por ser catastrófico. Sin embargo, la visión de Miyazaki sobre la muerte es aferrarse a la vida. Pongamos un contraste: los pelícanos se aproximan a la muerte; los walla walla, en cambio, mueren y renacen. Son dos visiones de vivir, también dos pensamientos filosóficos o espirituales. No existen ni buenos ni malos, solo diferentes. La forma en que vuelan los pelícanos es concreta y racional. La forma en que vuela el walla walla es, en cambio, misteriosa; además de que pueden renacer. Cristianismo y budismo se ejemplifican como religiones, pero ¿Qué tipo de vida es la que busca Mahito? Al final, Mahito solo busca vivir. Y es suficiente.

Los pelícanos y walla walla: dos visiones distintas del mundo

Mahito, que ha sufrido una pérdida en el mundo real y es incapaz de reconciliarse con su familia , deambula hacia otro mundo, emprende una misteriosa aventura y regresa. El tiene que aprender a vivir y a expiar su malicia. También tiene que aprender a amar a su familia. Recordemos que, incluso después de ir a ese mundo fantástico, todavía se refiere a Natsuko como «la persona que le gusta a mi padre» y no se refiere a ella como parte de su familia. Mahito tiene que curar sus heridas y curar sus heridas significa regresar a la sociedad, desde lo más simple que es regresar a la escuela a lo más complejo que es aceptar a Natsuko. En el momento que él dijo: «¡mamá Natsuko!», reconoció a Natsuko y a su nuevo hijo como familia por primera vez. Y así, se puede decir que aprendió a vivir.

Como dice al final de la película: «¡Hay que intentar vivir!» 

Daisy Saravia

Hola :) Soy peruana, de ascendencia china y vivo actualmente en México. Enseño Manga y Anime en el Centro de Estudios Orientales de la PUCP; Literatura japonesa en la UNMSM y K-pop en el Scholarship 2023 de la Korea Foundation. Escribo reseñas y análisis de anime en @pandanimanga de instagram. 🐼

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