Fruits Basket
(Canasta de Frutas)
Primera historia
En el camino hacia su escuela, Toru Honda encuentra accidentalmente en medio del bosque la casa de Shigure Souma, primo de un compañero muy popular en su escuela llamado Yuki Souma. Claro que tanto Shigure como Yuki no tienen idea de que ella vive en una tienda de campaña en medio del bosque, un bosque que es propiedad Souma. Situación incomoda para Toru. Mientras ellos conversan acerca de esto, un temblor provoca un derrumbe que sepulta la tienda de campaña, y con ella la foto de su madre. De esta manera, Yuki y Shigure se enteran de la muerte de la madre de aquella, acaecida hace poco tiempo. Al día siguiente, Yuki le devuelve la foto de su madre, pues él y unos «amigos» la desenterraron. La escena cambia al aparecer Kyo Souma, quien reta a Yuki a una pelea. Toru, tratando de detener la gresca, abraza a Kyo y consecutivamente a Yuki y a Shigure. Los tres se convierten al instante en animales del Zodiaco chino: el Gato, la Rata y el Perro, respectivamente.
Segunda historia
La cabeza de Toru da vueltas de la impresión. De boca de Shigure se entera de la maldición de los Souma, los cuales, si son abrazados por el sexo opuesto, se convierten en animales del zodiaco. Kyo Souma, ya como humano, vuelve a retar a Yuki, y éste acepta. La pelea no dura mucho, pues Yuki lo vence con facilidad. Pero hay un problema: es una regla de los Souma borrar la memoria de todos aquellos que se enteran de su secreto. Sin embargo, extrañamente Akito Souma, líder del clan, permite que Toru conserve sus recuerdos. A continuación, Shigure engaña a Kyo para que asista a la misma escuela de Yuki y Toru, noticia que no pone de buenas a Yuki. Después, ante la falta de vivienda de Toru, deciden que viva con ellos a cambio de que se encargue de la limpieza del hogar.
Tercera historia
La relación entre Kyo y Toru no empezó muy bien. Esto entristece un poco a la joven, ya que su símbolo favorito es justamente el Gato. Aunque la personalidad de Kyo no permite que se le acerquen, Toru trata de ser su amiga. Una vez en la escuela, se ve la diferencia entre los dos primos Souma: Yuki es frio y no muy sociable, Kyo, aunque no lo quiera, atrae a la gente por su personalidad. Estas diferencias distancian aún más al gato y a la rata. Más adelante, Yuki cuenta a Toru lo claustrofóbico que es ser un Souma, de estar pegado a sus reglas y cuidarse constantemente de no ser abrazado, por lo cual se rebeló de la familia y ya no vive en la casa principal cerca de Akito. Toru va comprendiendo poco a poco lo que es ser un Souma.
Cuarta historia
A la casa de Shigure llega otro integrante de esta extraña familia, la bella Kagura Souma. Al ver esto, Kyo huye espantado; pero no llega muy lejos, ya que Kagura los visita exclusivamente por él. La fobia que le profesa Kyo es comprensible, pues la estabilidad emocional de Kagura es fácilmente alterada. De niños Kyo le prometió casarse con ella, claro que Kagura lo estaba amenazando con aplastarlo con una piedra. Kagura lleva dentro de sí el espíritu del jabalí, y por más que quiera comportarse como la esposa perfecta para Kyo, no lo logra. Al principio, decide quedarse a vivir a la casa de Shigure, pero después cambia de parecer. Con la ayuda de Toru arregla todo el revoltijo que provocó y se retira, no sin antes pedirle un beso de despedida a Kyo.
Quinta historia
Ante el aviso de que la remodelación de la casa de su tío ya estaba terminada, Toru cree conveniente regresar a vivir con él. La nueva familia que la acoge, la familia de su tío, no se esfuerza en ocultar su incomodidad ante la presencia de la pobre chica. La razón de este trato radica en que el hijo mayor de la familia quiere postular a la policía, pero hay un inconveniente: la madre de Toru tuvo algunos problemas con la ley cuando joven. Por su parte, Kyo y Yuki se presentan en la nueva casa de Toru para convencerla de que regrese, pues en verdad la extrañan. El tío de Toru abofetea al hijo mayor, ya que este insinuó que Toru podría haber hecho algo indebido con los chicos con quienes antes vivía. Yuki y Kyo llegan para llevarse a Toru, quien se va con el consentimiento de su tío.
Sexta historia
Toru cuenta a sus dos mejores amigas que vive en la casa de Shigure, con Kyo y Yuki. Esto provoca desconfianza en ellas, así que deciden visitarla para verificar que esté segura entre tantos hombres. No obstante, su visita no anima a los chicos Souma, pues no están acostumbrados a las visitas femeninas. Esta falta de costumbre motiva que se den varias transformaciones, casi en la nariz de las jóvenes; de esto no se escapa ni Shigure, el más viejo y, se supone, experimentado del grupo. Este día no podía llegar al su final sin que las dos se inviten a pasar la noche en la alborotada casa. Después de pasar una noche completa con Toru y de verificar que es muy feliz viviendo allí, se retiran deseándole mucha suerte.
Séptima historia
En la clase de Toru, en la que se encuentran también Kyo y Yuki, ponen a votación el producto que se va a vender en el festival escolar. Como siempre la propuesta de Yuki es escuchada, lo que provoca la furia de Kyo, quien sin proponérselo, hace que los gatos de la zona se le peguen como chicle. Luego, conversando más a fondo con el rudo muchacho, después de haberlo hecho con Yuki, Toru descubre que ambos se envidian el uno al otro. Durante el festival se encargan de vender bolas de arroz. Sin presagiarlo se presentan dos miembros del clan Souma: Hatori y Momiji. El primero es el dragón de mar y el segundo, el conejo. A Toru le está advertida de que por ningún motivo se quede a solas con Hatori, pues es el encargado de borrar todas las memorias. Sin embargo, Hatori invita a Toru a visitarlo a la casa principal, lo que desconcierta a la chica.
Octava historia
Toru ha decidido acercarse a la casa principal de los Souma. Una vez ahí, Hatori le pide de buena manera que abandone la casa de Shigure mientras pueda; a continuación, Momiji le cuenta el porqué de la preocupación de Hatori: cuando Hatori le pidió permiso a Akito para casarse con su prometida Kana, éste reaccionó con furia, hiriendo el ojo de Hatori, conque Kana nunca se pudo perdonar ser la causante de semejante herida. Claro que sólo Akito la culpó de esto. Luego, el mismo Hatori tuvo que borrarle la memoria a Kana por encargo de Akito. Esa tarde de invierno charlando con Toru, le recuerda el día que conoció a Kana, entonces deja de insistir, ya que Toru le recuerda mucho a ella. Shigure llega de improviso y lleva a Toru a casa.
Novena historia
Es víspera de año nuevo, y los Souma se van congregando de a pocos en la casa principal para celebrar este evento, que tiene mucho que ver con los doce animales chinos. Como es costumbre, uno de los doce debe bailar en medio de la reunión, este año le toca a Momiji. Yuki no quiere ni acercarse a la casa principal; Kyo tampoco está muy animado de ir. Por su parte, Toru se va haciendo la idea de pasarla sola, ya que su madre, como bien se sabe, murió hace un tiempo. Al final, los dos chicos van de mala gana, y pasan por alto los sentimientos de Toru. A última hora, de camino a la fiesta, se arrepienten, y encuentran a Toru llorando frente a la foto de su madre. Los tres pasan el año nuevo sobre el techo de la casa.
Décima historia
La escuela a organizado una maratón, por lo que Kyo aprovecha para retar una vez más a Yuki. Yuki, a pesar de no sentirse muy bien, acepta el reto. Ambos convierten al maratón en una carrera de velocidad. Toru, que también participa, encuentra en el camino a una persona con cabello blanco, y creyéndolo un anciano, se desvía para ayudarlo. Mas su sorpresa fue grande al ver que no era ningún viejo, sino un joven llamado Hatsuharu Souma, el cual había estado buscando la casa de Shigure por tres días. De una manera no muy grata se encuentra con los dos chicos. Debido al esfuerzo, Yuki cae afiebrado. Hatsuharu detiene la pelea que había iniciado con Kyo para ayudar a su amigo, para lo cual abraza a Toru y se convierte en una vaca. Ya en casa, cuenta a Toru que él antes odiaba a Yuki, pero ahora lo estima y admira. Él fue su primer amor.
Undécima historia
Es el día más peligroso para los chicos Souma: es el día de San Valentín. Kyo se da cuenta de la fecha cuando una chica le regala un chocolate. Entonces Kyo intenta huir de la escuela para evitar ser abrazado, pero en la salida se topa con Kagura. En casa, Kagura le ofrece a Kyo chocolate por San Valentín, que obviamente éste rechaza. Debido a esto es condenado a no recibir el chocolate que Toru tiene para todos los Souma. Para aceptarlo sin suspicacias de los demás, se come primero el corazón de chocolate de Kagura. De regreso del trabajo, Momiji invita a Toru, Yuki y Kyo a un baño termal. Un comentario de Shigure hace que los Souma se den cuenta de que Toru no ha pagado la cuota de su viaje de promoción por comprar todos los chocolates. Toru ha vuelto a ser tan desprendida como siempre. Momiji cuenta la historia de un viajero estúpido al que todo el mundo engañaba. Momiji quiso decir con esto que no juzguen a Toru por ser así, sino que se alegren de tener cerca de una persona como ella.
Duodécima historia
A pasado un mes y, visiblemente emocionada, Toru conoce el ofuro de los Souma. Menshou, miembro de la familia, es la encargada de administrar el lugar. Menshou es madre de Juunishi, poseído por el espíritu del mono. En sus habitaciones, Momiji le propone bañarse juntos en el ofuro, lo que espanta a Kyo y a Yuki. Luego, Yuki trata de convencerlo de desistir, pero él aún quiere dormir al lado de la joven. Momiji casi en su elemento está muy inquieto en el ofuro, así que le propone cantar a Toru, pero ésta se desmaya por el intenso calor del agua. Menshou le ofrece exageradas disculpas por ello. Luego del baño llega la copiosa cena. Un gran festín. Desde que llegaron, Yuki ha querido darle un regalo a Toru y no es hasta después de un partido de ping-pong que le da un lazo amarillo. De regreso, Toru recién se entera de que Momiji entrara al primero de preparatoria en su misma escuela, que tiene la misma edad que Hatsuharo y que lo ha tratado todo el tiempo como un niño. Y hasta durmió a su lado.
Décima tercera historia
Es el inicio de la primavera, y los chicos están ahora en segundo año. Hatsu y Momiji han ingresado al primer año. En el camino, Kyo espanta a algunos que intentan pasarse con Toru. Luego, Momiji los encuentra, pero Kyo lo recibe con un coscorrón, pues éste se ha vestido con el uniforme femenino. El presidente del consejo estudiantil se las hace ver negras, ya que su vestimenta va contra las reglas del colegio. En medio de tanto griterio, Hatsuharu Black despierta y pone en su lugar al pedante chico, probándole de la única manera posible de que el blanco y negro es su color natural. Toru se adelanta a clases y se topa con Akito. Éste, muy amable y algo galante, se presenta y le pregunta por Yuki y los demás, pero Yuki los encuentra conversando y piensa lo peor. Akito le reprocha no haber ido a la ceremonia, y le hace recordar viejos castigos. Toru los separa salvaguardando a su amigo. Akito se retira con la falsa idea de que Toru no influencia en nada a Yuki y los demás Souma y que aún tiene todo el control.
Décima cuarta historia
En el camino de regreso del jardín de Yuki, Toru encuentra ropa tirada en el suelo. Inmediatamente después, Yuki oye sus gritos: una pequeña serpiente había encontrado buen cobijo dentro de las ropas de Toru, salvaguardándose del frío. Esta serpiente resulta ser Ayame, hermano mayor de Yuki. Ayame había tenido la mala suerte de transformarse de camino a la casa de Shigure. Ambos, Ayame y Shigure, son contemporáneos e «íntimos» amigos, además, junto con Hatori, formaban en el colegio «el trío de guapos en flor». A continuación, Ayame invita a comer a Toru ante la sorpresa de todos. Aya le cuenta que vino para hacer las paces con Yuki, a quien a descuidado por años. En la mañana, Aya despierta al lado de Kyo. Ante el descontento de éste, Aya frescamente decide dormir en la noche con Toru. Cuando todo ya se estaba saliendo de control, aparece Hatori, quien sólo con una palabra se lleva a Ayame, ya que éste siempre le ha hecho caso a Hatori.
Décima quinta historia
Ha pasado un año desde la muerte de la madre de Toru, Yuki y Kyo se ofrecen a acompañarla. Además de ellos, se suman sus dos amigas. Outani llama a Kyoko por su apodo de pandillera: «mariposa roja». De esta manera, Kyo y Yuki se enteran algo del pasado de la madre de Toru. Comen y hacen algarabía frente al altar destinado a Kyoko. En su trabajo de limpieza, Toru encuentra un poco extraño a Momiji, quien le dice que ese edificio le pertenece a su padre. Además, le cuenta que tiene una hermana menor y que su madre «no sabe de él». La memoria de su madre fue borrada para evitar que sufriera, pues la idea de que su hijo se transformara en un conejo cada vez que lo abrazaba la estaba matando. Ella le dijo a Hatori que se arrepentía de haber tenido a ese monstruo. Y Momiji la escuchó. Su padre le pidió que si quería a su madre, debería tratar de olvidarla. Toru llora. Momiji llora. Ambos se identifican con el otro.
Décima sexta historia
A Shigure se le ocurre repentinamente ir de paseo a la casa veraniega de los Souma, a simple vista para huir de su editora. Y se lleva a Toru, Yuki y Kyo. Algo que ni el mismo Shigure se imaginaba ni Hatori, que conducía, es que se iba a aparecer por allí Ayame. Esto no fue bien recibido por Yuki y Kyo, lo que puso más tenso el ambiente. Desde el principio del viaje las cosas se pusieron tensas entre Yuki y Kyo. Entre otras cosas, Ayame apareció para enseñarle fotos de la boda de Kana a Hatori. Tanto Ayame como Shigure se sienten muy tristes por la situación de su amigo. El recuerdo de Kana hace que Hatori replantee la situación de los chicos y Toru. ¿Estará bien que se encariñen tanto con la dulce chica? Ayame sigue obstinado por mejorar la relación con su hermano. Hatori le aconseja algo que Ayame mal entiende, lo que provoca que Yuki lo golpee, lanzándolo al lago.
Décima séptima historia
Kisa es la Souma con la maldicion del tigre, la cual había escapado de la residencia Souma, por lo que Hatsuharu sale a buscarla. Al conocerla, Toru comprende el peso de la carga y los sentimientos de su madre. El que la comprendan hace que Kisa se encariñe con ella y se quede un tiempo en la casa de los Souma. Resulta que se burlaban de Kisa en el colegio, y empezó a retraerse y dejar de hablar. Yuki y Hatsuharu hablan con Kisa y le dicen que es importante perdonarse para empezar a amarse, y que ellos la aman de verdad.
Décima octava historia
Las admiradoras de Yuki creen ciegamente que Toru es su enemiga mortal, entonces para detenerla primero deben vencer a una de sus protectoras, Hanajima. La chica con la «onda». Por ello, se internan en su casa para descubrir su punto débil, pero Hanajima descubre sus intenciones. La discusión sobre quién tiene más derechos sobre el príncipe se pone más acalorada, hasta que Megumi, hermano menor de Hanajima, les lanza una maldición, pues ya había escuchado sus nombres. Al ponerse a recapacitar, Hanajima llega a la conclusion de que su punto débil siempre ha sido la misma Toru.
Décima novena historia
Toru jala un curso, así que tiene que dar un «suplicatorio». El stress le provoca a la joven una repentina fiebre que la obliga a quedarse en cama. A pesar de su asco por la cebolla china, Kyo le hace una sopa a Toru para el resfrío. Toru se siente patética por haber reprobado un curso. Siente que no podrá cumplir la promesa que le hizo a su madre. Kyo, además de alimentarla, la reconforta; pero Yuki no está muy contento con Kyo por el robo de la cebolla china de su huerto. Ya recuperada, pudo aprobar el sustitutorio sin mayores problemas.
Vigésima historia
Ayame está muy emocionado no sólo porque su tienda es cada vez más famosa, sino también por que Yuki está interesado en conocerla, entonces le pide a Toru que lo acompañe. Pero Ayame no puede dejar sus extravagancias ni en su propio trabajo. La tienda de Ayame se especializa en vestimentas adecuadas para el juego erótico de pareja. Por supuesto, Yuki no lo ve con buenos ojos. Mina Kuramae, empleada de Ayame, tiene planes personales para Toru. El fin de esa reunión es pretender disculparse por todo lo que le hizo a su hermano menor. Por un momento, por primera vez, ocurre un conexión entre hermanos. Más adelante, Toru se presenta vistiendo un hermoso traje que deja impresionado a Yuki.
Vigésima primera historia
Toru, de camino a su «cachuelo», se topa con un extraño niño que desde el inicio siente antipatía por ella. Este niño es malcriado, egocéntrico y arrogante, típico de un nacido en el año de la oveja. Hiro Souma está enamorada de Hisa, por lo que siente muchos celos de la atención que ésta le da a Toru. Los problemas empezaron cuando Hiro cometió el error de comunicarle a Akito que amaba a Hisa. Éste centró su ira en la pequeña para dañarlo. Al ver que ella había sido golpeada por su culpa, se distanció de ella. Esto lo hizo sentirse aún más impotente, pues casi al mismo tiempo empezaron a burlarse de Hisa en la escuela. El no poder hacer nada contra ellos y contra Akito, lo llenaba de rabia. Descargándola toda contra Toru. Toru quiso congraciarse con él, no fue fácil, pero llegaron a una tregua.
Vigésima segunda historia
Minagawa Motoko es la presidenta del club de Fans del príncipe Yuki. Ella está profundamente enamorada de Yuki, por lo que haría cualquier cosa por él. Todo el club está preocupado por quiénes serán los próximos integrantes femeninos del consejo que presidirá Yuki como futuro presidente. Ante la negativa del actual presidente de darles tal información decide irrumpir en el salón del concejo. Pero dentro de éste encuentra a Yuki. Miles de pensamientos pululan en la cabeza de la presidenta. Ve en todas las chicas a una rival engañosa y arribista que quiere quitarle el amor de su vida. Y en cada una, se ve también a sí misma. Entonces, concluye que sus pensamientos egoístas la hacen impura y no merecedora del amor del príncipe. Más aun cuando ella está a punto de graduarse y dejar de verlo para siempre. Pero decide que, a pesar de todo, aún no se dará por vencida.
Vigésima tercera historia
Cuando se pensaba que ningún Juniishi podía tener la autoestima más baja que la misma Hisa, Toru conoce al miembro más extravagante de todos: Ritsu Souma, el mono. Al principio, Toru pensó que era una mujer por el kimono que vestía, pero al abrazarlo por accidente éste se transforma. Desde niño Ritsu siempre ha sentido que él no es especial, más aun, que es incompetente. Escuchaba todo el tiempo a sus padres disculparse con todos por él; por lo cual empezó a vestirse de mujer para poder ser alguien que no era. Ritsu siempre está disculpándose por todo, aun de las cosas más tontas. Ritsuo le pregunta a Toru si su madre le dijo algo vergonzoso acerca de ella. Toru le explica que debe relajarse y vivir sin preocuparse tanto. De esta manera, Ritsu se queda un tiempo en la casa de Shigure.
Vigésima cuarta historia
Llega el cambio de estación, y las lluvias debilitan a Kyo. Kagura llega de forma inesperada, y a Kyo no le queda otra alternativa que ir con ella de compras. Mientras tanto, Kazuma -maestro de artes marciales de la familia Souma y padre adoptivo de Kyo- llega a la ciudad, se entrevista con Akito y ambos concluyen que lo mejor es liberar al Bakeneko. Kazuma se presenta y Kyo se alegra de verlo. Por la noche, y ante la expectativa de todos, Kazuma le quita el brazalete que sirve de sello para evitar que Kyo cambie a una forma monstruosa y maloliente: el Bakeneko. El mayor temor de Kyo se hace realidad, y su forma es expuesta a Toru.
Vigésima quinta historia
Toru se interna en el bosque y siente los efectos del hedor que despide Kyo. Akito le da el alcance y no pierde la oportunidad de hacerla sentir mal recordándole lo dolorosa que es la maldición; por suerte, es interrumpido por la llegada de Kazuma. Éste, que quiere mucho a Kyo y lleva un complejo de culpa a raíz que su abuelo tenia la misma maldición que Kyo, se encuentra triste; y aunque su intención fue hacer que Kyo se acepte y deje de huir, sabe que le ha ocasionado gran dolor. Kyo llega a un descampado, entonces recuerda cómo ha sido discriminado y cómo Kazuma se ha comportado como su padre. Las amigas de Toru la encuentran en un cementerio, y la chica Onda se percata que debe regresar cuanto antes, así que la anima a hacerlo.
Vigésima sexta historia
Toru parte tras Kyo y se encuentran ella, Yuki y Kyo. Kyo nunca ha sido aceptado, por lo que le da miedo que Toru lo rechace, entonces cuando la ve quiere huir, pero ambos, Toru y Yuki, lo sujetan, y Toru le explica que quiere que estén juntos. La mañana llega y las cosas regresan a su curso normal y Kazuma se despide de Kyo. Toru pide hablar con Kyo, y acompañada de Shigure, Hatori y Yuki van a verlo. La frustración de Akito se destapa y Toru reacciona teniéndole pena, esta actitud conmueve al jefe del clan Souma.