I like your face: La esencia del yuri
La ‘magia’ del yuri, al igual que el propio género, es complicada de poner en papel. Su naturaleza es ambigua, y las características de su audiencia son muy variadas. No obstante, entre los cientos de one shots que he podido leer, hay uno en particular que me ilustró mejor que cualquier definición académica: I like your face, una obra que plasma el purismo del yuri en su sutil expresión.
Creado por Hanimi y publicado en la revista Comic Yuri Hime de Octubre 2018, I like your face trata de Suzuno y Kanami, dos amigas de colegio que se encuentran regresando en tren. El primer diálogo es justamente un title drop de Suzuno hacia Kanami, quien le confiesa espontáneamente que le gusta su cara. Aunque esto normalmente implicaría que hay sentimientos románticos de la primera hacia la segunda, el final se encarga de subvertir las expectativas.
¿Qué tiene de especial este one shot en específico? Yendo a un terreno más subjetivo –y de gusto personal-, destaco el uso de las expresiones faciales para comunicar sin necesidad de emplear diálogos. La mezcla entre inocencia, lo platónico y la verosimilitud que transmite la interacción entre ambas chicas deja al lector con la sensación de haber leído algo wholesome, pero no del tipo de Gochuumon wa Usagi Desu ka? o de Sakura Trick.
Una definición del yuri
Precisar una definición del género es justamente uno de las cuestiones más discutidas en el campo académico. Todas las definiciones coinciden en que el núcleo de los textos considerados yuri son las relaciones entre mujeres, pero de ahí las posturas son diversas. Hay una propuesta por la académica Verena Masser que resulta muy interesante, pues habla del yuri en términos de intimidad.
Es partir de lo anterior que utiliza la expresión “intimidad del mismo sexo entre mujeres” para describir al género. Esto busca principalmente evitar hablar de “identidades sexuales”, dado que términos como “lesbiana” y “homosexual” hacen referencia a categorías de identidad que nunca son meramente descriptivas. Se argumenta, en ese sentido, que no son descripciones neutrales ni estables a lo largo del tiempo.
Para poner lo anterior en cristiano, lo principal es entender que no es lo más preciso referirse al yuri como “animes y mangas de lesbianas”. La obra de Nobuko Yoshiya –considerada la madre de las narrativas shōjo– utiliza y subvierte los parámetros sexológicos, de manera que ofrece diferentes posibilidades para entender el amor entre mujeres y chicas. Vale destacar que estas historias fueron las que pusieron la primera piedra para los cánones del género.
La esencia de lo ambiguo
Siguiendo esa misma línea, resulta complicado definir la naturaleza de las relaciones en los textos yuri con términos como “amor”, “amistad” o “romance”. Estos terminan siendo muy limitados para el amplio espectro de posibilidades que podemos encontrar. No quiere decir que estos nunca estén presentes, pero en la mayoría de casos no basta con una palabra para hacer una descripción consistente.
Volviendo a I like your face, Kanami sí menciona que existe una amistad entre ella y Suzuno. Sin embargo, no alcanzaría con firmar en piedra que su relación es únicamente que son amigas de la misma escuela. El hecho que Suzuno le insista inocentemente –porque evidentemente no es un tease– que le gusta su cara, y que esto desencadene en una conversación cómoda y de importante cercanía, deja en claro que hay algo más ahí.
No obstante, es justamente aquella ambigüedad la que captura la esencia más pura del yuri. ¿A Suzuno le gusta Kanami? ¿Se trata de una especie de amor o admiración platónica? ¿Será que realmente solo quería decirle que le gusta su cara? Se sabe por el final que Kanami pone aquella fachada seria y calmada, pero que en realidad quiere que Suzuno este enamorada de ella. Y, a pesar de ello, nunca se menciona textualmente qué clase de sentimiento alberga Kanami hacia su amiga.
Más allá de la fórmula
Es interesante también cómo I like your face ilustra de cierto modo cómo han evolucionado las narrativas yuri en los últimos tiempos. Ya no es únicamente el encuentro entre chica A y chica B, tras el cual una de las dos se interesa en la otra. Kanami rememora cómo se conocieron, y a pesar de lo significativo que resulta este evento, ella misma lo pasa a segundo plano con un “bueno, es todo del pasado”. La conversación es en función a la trivialidad del hecho que a Suzuno le gusta su cara, tanto hasta el punto que Kanami pensó que le tenía miedo porque no la miraba a los ojos.
No se discute en ningún momento cómo se identifica cada personaje, ni estos hablan directamente del estado de su relación. La situación luego de que Kanami le dice a Suzuno que puede mirarla si desea connota muchas posibilidades. La ‘magia’ de esta corta historia está en tratar de leer las expresiones faciales y lo que puede haber detrás de un dialogo cotidiano, pero son –en mi opinión- las páginas sin texto aquellas que brillan más.
Es también una posibilidad argumentar que este one shot es mucho más simple de lo que se ha hecho parecer en este texto, y es perfectamente válido. Pero considero que es justamente la mística que transmite esta simpleza la que da para hacerle una apreciación a un manga que es desconocido incluso para el lector promedio del género. En cualquier caso, tómese como una invitación a purificar su día en apenas 16 páginas.
Maser, V. (2015). Beautiful and Innocent Female Same-Sex Intimacy in the Japanese Yuri Genre.
Suzuki, M. (2006). Writing Same-Sex Love: Sexology and Literary Representation in Yoshiya Nobuko’s Early Fiction. The Journal of Asian Studies; Ann Arbor Tomo 65, N.º 3, pp. 575-599.