Midori, la niña de las camelias: el simbolismo de la flor

 Midori, la niña de las camelias: el simbolismo de la flor

La película de anime que viste y no querías recordar: Midori, la niña de las camelias. Tan controversial que el director nunca encontró financiamiento y tuvo que rodarla él mismo (por eso le demoró 5 años). Tan controversial que la prohibieron en Japón (qué tan perturbadora y trasgresora tiene que ser?)

¿Por qué algo tan grotesco tiene el nombre de una flor en el título? Pero si es una niña que vende flores, ¿qué puede salir TAN mal? Pues, créannos que las cosas salen MUY mal. Este texto tiene una que otra imagen perturbadora. Seguir leyendo bajo su propia salud mental uwu.

«Midori, la niña de las camelias» o «Shojo Tsubaki» es una película de 1992 dirigida por Hiroshi Harada. Entra en el género «eroguro» (erótico y grotesco) y está basada en el manga del maestro del terror Suehiro Maruo. El film está dividido en cuatro partes: «Prólogo», «Canción Primera», «Canción Segunda» y «Canción final». En todas ellas, está la presencia de dos flores: el sakura (o flor del cerezo) y las camelias, por supuesto. Lo interesante es que sus apariciones no son gratuitas y siempre están ligadas a un solo personaje: Midori-chan :3

Esas dos imágenes de arriba pertenecen a la corta escena previa al «Prólogo» la cual es un compilado de tomas fijas de escenas de terror tradicional del antiguo Japón donde aparecen los famosos yokai y yurei. También se muestran a algunos de los futuros personajes del circo en poses -algo- sangrientas (ya en verdad se ve una niña mordiendo el ojo de un pollo). Todo este desfile de misterio de unos cuantos segundos acaba con ese par de imágenes. La imagen de la izquierda muestra las primeras flores de sakura y la imagen de la derecha es por fin el título de la obra con el fondo de sakuras (aunque uno esperaría camelias, pero no).

Ese dibujo de las flores de la derecha son realmente sakuras o camelias? Para evitar futuras confusiones hay que tener presente el siguiente gráfico:

Sakura (cerezo), Ume (ciruelo) y Momo (durazno)

Inclusive dentro de una animación, la flor de sakura puede tener una forma más de dibujito y es como la del título. La flor de la camelia es más esponjosa como se verá luego. Entonces desde el primer minuto el director ya está marcando su estilo el cual es el de contraste. Harada lo busca entre un intercalado de imágenes sangrientas y las que tienen la presencia de las flores como símbolo de la inocencia perdida (esta es el típico significado de una flor junto con el de fragilidad, pero acá no es SOLO eso) y la muerte en dentro de un mundo hostil. Estas flores también funcionan como augurio en varias escenas (vinculadas por supuesto a sucesos trágicos que tendrá la protagonista). Para ello, hay que rescatar el lenguaje de las flores, pues tanto la camelia como el sakura tienen significados bastante antiguos que han perdurado en el tiempo y la sociedad japonesa.

SAKURA: la flor del cerezo y uno de los símbolos más conocidos de Japón. Solo florecen una vez al año al comenzar la primavera durante un mes. Se le asocia con lo efímero y la mortalidad por su corta duración. La expresión «mono no aware» que significa «conciencia de la impermanencia» está simbolizada con el sakura. Además, la cultura samurái también está ligada a ella, pues la vida de ambos son breves y los pétalos al caer representaban las gotas de sangre derramada (Midori habrá sabido esto?)

CAMELIA O TSUBAKI: flor tradicional japonesa menos conocida, pero con un mito muy interesante detrás. Cuenta la leyenda (en el Kojiki, el primer libro escrito) que el dios Susanoo luego de vencer a una serpiente de 8 cabezas, se acercó a una princesa que estaba en cautiverio y, pidiéndole matrimonio, apoyó su espada en la hierba que por la sangre de la serpiente comenzó a ponerse roja. De esa mancha apareció un arbusto con unas flores que fueron llamadas Tsubaki (camelias) y su característica es que no pierde los pétalos, sino se desprende completamente de la planta al marchitarse. Se le asocia con humildad, «amor perfecto» y… sangre.

Entonces ahora sí podemos pasar a ver todas las imágenes en donde salen flores dentro de la película. Se darán cuenta que solo están vinculados con Midori-chan, pues ella representa la inocencia y fragilidad (por su condición de niña, la pobreza/desamparo en la que está sumida y su mente soñadora). Pero que también la mención de las camelias tanto en el título y dentro del film no es casualidad: hay una leyenda tan antigua que la asocia con la muerte y lo sangriento que definitivamente Suehiro Maruo (el mangaka) lo tuvo presente al hacer esta perturbadora obra.

Oh un circo yei

Las primeras imágenes son de un escenario nocturno: unas calles desoladas, pero también otras con ciertos personajes como prostitutas y jóvenes que venden caramelos. Mientras eso ven nuestros ojos, se oye una dulce voz que narra lo siguiente: «sueños de magnolia en el primer trimestre. Girasoles y princesas en el segundo trimestre. Jazmines en el tercer trimestre. Sauces en el cuarto trimestre».

Esta es una lista de flores que crea un contraste con la hostilidad de la imagen. No se volverá a hacer una mención expresa sobre flores hasta los créditos finales. Finalmente la cámara (son puras imágenes fijas. Es una edición particular, pero recordemos que nadie quería financiarle la película xD) se posa sobre un puente y esta voz dice «mis flores se han marchitado».

Aquí aparece por fin la niña a la que le pertenece la voz. Hay antecedentes de historias tristes de niños que venden en la calle para subsistir como el capítulo «La niña de los cerillos» en «Me lo contaron en Japón», el programa de las marionetas japonesas. El peligro de la presente historia cobra la forma de un señor dueño de un circo con sombrero que aparece ahí al fondo a la izquierda. Esta es la primera vez que vemos las camelias del título y no podrían venir acompañadas de un peor augurio como lo que le espera a Midori en el circo ambulante.

«Este es un lugar muy triste para venderlas. Ve a un sitio más bello” le comenta el dueño del circo quien ha aparecido sutilmente en el panorama. Además pregunta primero: «¿tu madre?» «Enferma» «¿Tu padre?» «Se ha ido». Pero por qué hace esas preguntas! Definitivamente su verdadera naturaleza está camuflada. Midori, reacciona! Pero el punto de esta historia es justo la crueldad vista desde el punto de vista de una niña que no puede anticipar los motivos egoístas de humanos como él. “Ve a casa que este lugar está lleno de hombres repugnantes”, le dice para colmo. ¿Y quién le compra todas las flores? ¿Quién compra su inocencia? Este señor que se la robará a continuación.

La siguiente escena muestra a una convaleciente madre en cama. Midori está yendo a contarle emocionada que un buen hombre le compró todas sus camelias, pero la madre parece no reaccionar. Sí, está muerta. No pondré la imagen de las ratas saliendo de la vagina, pero vale la pena recordarlo por el contraste que supone con la madre muerta echada entre las floras que vendía su hija. Aquí vale la pena recordar la leyenda del dios Susanoo.

Esta imagen se volverá a repetir, recuérdenla!

Esta toma engloba todo lo que es Midori: una niña que solo quiere ir al colegio. Repetidas veces ella lo menciona, es más, el dueño del circo le comenta que él podría ayudarla aunque luego se da cuenta que es mentira porque al ser un circo ambulante, ella no puede estudiar en un lugar fijo. Aquí resalta la importancia de esta característica del circo.

En la canasta de flores se pueden observar las pomposas camelias o tsubaki. Esta imagen aparece mientras las vecinas chismosas comentan sobre las ratas encontradas sobre el cadáver. Una vez más, muerte y camelias en una misma imagen.

Una vez que Midori va en búsqueda del dueño del circo, pues él le ofreció ayuda, ella descubre que todo era un engaño. Es forzada a unirse a él y además es abusada sexualmente. Llama la atención que aparece en esa fuerte escena un manto con estampado de sakuras. Ahí termina el prólogo y ahora comienza la «Canción primera: Paciencia y sumisión»

En este lapso de tiempo, Midori ha sido abusada de formas inimaginables para ser una niña. Entre las maldades a las que fue forzada es a ser espectadora de una pelea de una serpiente y un pollo. Por ello, vomita encima de su kimono que casualmente tiene estampado de sakura. Por ejemplo, los otros personajes no tienen estampados similiares, solo la otra mujer que tiene un kimono con mariposas.

En un instante se observa un sakura en flor, pero que está ya muriendo y luego de un par de escenas devastadoras, aparecen los pétalos volando al viento.

En la película no se muestran otros niños aparte de Midori y los que se encuentran a continuación. Ellos se presentan como niños poco amables que contrastan con Midori. Entonces no se trata que ella sea soñadora y buena solo por ser niña: es una cuestión de su personalidad también.

Antes que termine «la primera canción» aparece una almohada en forma de camelia al fondo de donde descansa Midori-chan. Ella acaba de ser obligada a lavar cuerpos mutilados y ver a otras personas tener sexo mientras duerme. Es justo después de los puntos críticos donde aparece la flor. Además, en la colcha que lleva (está con fiebre) en la imagen arriba a la derecha, tiene un estampado de una flor de otoño que recuerda a la colcha que tenía su madre en su lecho de muerte.

Por favor alguien salve a Midori-chan!

Este es el punto de quiebre en la historia. Aparece Masamitsu. Le da un beso con la flor en la mano. “No recibiré uno de vuelta?” Parece que se han enamorado al instante.

El enano no aparecía al inicio con una flor en el pecho hasta que comienza una relación con Midori. Simboliza la unión con la niña de las camelias. En el gorro de Midori también aparece una flor amarilla, además ella está feliz.

Oh no, acá vamos

El enano parece haberla inducido a un sueño placentero en el cual está Midori rodeada de sus padres nuevamente en un ambiente de felicidad. Se hace alusión al colegio que es lo que Midori más desea. Por ello vuelve a aparece la imagen de las camelias con la mochila, pero ya no en un contexto fúnebre. Aparte, aparece un cuadro al fondo con flores amarillas. Como hemos visto, no suelen aparecer flores así porque así en el film entonces no es casualidad que en un momento de felicidad aparezcan al fondo en el sueño.

«Midori-chan, vendrás conmigo?»

El nombre del capítulo ha marcado el fin de la historia «Canción final: bajo la flor del cerezo». Ahora la protagonista es esta flor que también está vinculada a la muerte por lo efímero de su florecer, pero también juega un rol importante en los amantes que se suelen separar (como en «5 centímetros por segundo» de Makoto Shinkai»). La distancia entre pétalo y pétalo que se desmprende enmarca una futura separación. Aquí no puede ser más claro, sobre todo cuando se sabe que él morirá en unos instantes cuando va a comprar comida y un ladrón lo asesina para robarle.

Busca a su amado quien ya está muerto al igual que ese árbol de cerezo. Por qué la vida es así con Midori? Qué hizo ella para merecer todo esto?
((╬◣﹏◢))

En este momento de dolor absoluto de Midori, la querida niña de las camelias, tiene una alucinación donde ve a los del circo con los pétalos de sakura volando encima. En este instante la animación cambia y ella aparece con un palo de madera que usa como bate para «matar» ese dolor que proviene del maltrato que recibió esta niña-flor. Su inocencia terminó por extinguirse.

Última imagen de Midori: la niña se funde con el color de las camelias. RIP

Y así termina la vida de Midori y la aparición de las flores con ella. Aquí en los créditos se vuelve a mencionar a las flores expresamente y cómo no pensar en la mancha de sangre vertida en el jardín por la espada del dios Susanoo que hizo florecer por primera vez a las camelias en Japón uwu la vida de Midori también se siente así: vino de un lugar sangriento como el desamparo de la calle y pobreza y aunque encontró el amor romántico (como la princesa de Susanoo), se le fue arrebatado y no hubo para ella un final feliz :c

PD: hay otras películas japonesas donde también la camelia se asocia como un presagio de muerte. Busquen «Youth of the beast» del gran Seijun Suzuki de 1963.

Talia Vidal

Investigadora de cine japonés. Un día en su infancia vio el programa de marionetas japonesas de canal 7 "Me lo contaron en Japón" y no hubo vuelta atrás.

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