Pisando fuerte: El fenómeno webtoon y su entrada a la animación japonesa

 Pisando fuerte: El fenómeno webtoon y su entrada a la animación japonesa

Era la década del 60 y, según Joon Yang Kim, los estudios de animación surcoreanos empezaron a ser subcontratados por la industria del anime para participar en la animación de las historias que eran provistas por Japón. Sin embargo, Sawada Yukari señala que en los años 80, los nombres de los animadores eran reemplazados por nombres japoneses en los créditos, lo que no cambió hasta la mitad de la década del 90. El primero de abril de este año, se estrenó Tower of God y el primer crédito en solitario que se vio en la pantalla durante el opening, reservado para los nombres más importantes en la producción, fue el de SIU, el autor surcoreano del comic en el que está basado el nuevo anime, realizado por Telecom Animation Film, un estudio japonés. Esto, señoras y señores, es el fenómeno webtoon y su entrada a la animación japonesa.

Eto…¿qué es el webtoon?

La palabra webtoon proviene de la unión de web y cartoon, así que podría traducirse como historieta para web. No obstante, para los recién iniciados, es importante entender que no cualquier cómic publicado en internet puede ser considerado un webtoon, ya que más allá de su soporte de difusión, se trata de un formato de origen surcoreano que tiene ciertas características que parten de su concepción para ser consumidos en dispositivos digitales, especialmente, smartphones. En ese sentido, hay varios rasgos que los diferencian de nuestros amados mangas, como el hecho de que se basan en la lógica del scrolling vertical, es decir, el desplazamiento de arriba abajo que es propio, por ejemplo, de la lectura de páginas web como está que están revisando. De esta manera, los autores tienen un lienzo casi infinito donde se disponen las imágenes y los textos que tampoco siguen la distribución de viñetas tradicional. En Corea del Sur, es muy común la snack culture que, de acuerdo con Ah-young Chung, se refiere a lo siguiente:

Consumir información y contenidos culturales en un corto tiempo en lugar de involucrarse en una lectura profunda

Fuente: Benoit Travers

De este modo, los webtoon se caracterizan por tener poco texto y las imágenes, que son el elemento predominante, se encuentran bastante separadas en el espacio blanco lo que permite una lectura descansada, sencilla y rápida de izquierda a derecha (otra diferencia importante) que puedes hacer mientras esperas a tus chingu, tu oppa o tu noona bajo tu árbol de sakura preferido. Un punto muy importante es que debido a que se trata de un contenido digital, el gasto de impresión ya no impide que los gráficos sean a color e, incluso, pueden incluir otros efectos como animaciones simples o música que puedes disfrutar mientras lees. Actualmente, este formato cuenta con gran popularidad a nivel mundial, pero ¿cómo empezó todo esto?

Acompáñenme a ver esta triste y luego feliz historia

Cuando se anunció el anime de Tower of God, además de webtoon, se mencionó otra palabra para referirse al material fuente en el que está basada la historia y esa era manhwa, el nombre con el que se le conoce al cómic de Corea del Sur (independientemente de si es impreso o digital) y que se considera el antecesor de la historieta web. Su camino de evolución fue complejo a causa de muchas circunstancias históricas que incluyen a la anexión de los territorios coreanos por parte de Japón, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea así como la competencia en el mercado surcoreano del cómic con el manga.

Era 1945, la ocupación japonesa llegaba a su fin, así que finalmente el manhwa podría retomar su desarrollo que tuvo su inicio en 1909 con la primera tira cómica y esta vez estaba apoyado por el gobierno, ya que Paula Fernández señala que se decretó la prohibición de productos culturales japoneses como el manga y el anime (sí, el apocalipsis que todos tememos). En ese sentido, los surcoreanos tendrían que consumir los productos de su industria local, pero como señala Fernández la popularidad de su similar japonés no disminuyó, sino que aumentó debido a que el manga seguía ingresando por el mercado negro en desmedro de la historieta surcoreana. Esta es la parte triste, pero ¿qué ha cambiado desde entonces para que incluso algunos sectores de la industria del manga estén considerando adoptar el formato webtoon?

La década del 90 es clave, pues en primer lugar, Fernández apunta que en 1997 se impuso en Corea del Sur una censura a los contenidos de los cómics en favor de la juventud, así que los autores que querían enfocarse en la crítica social adulta, tratamiento de la violencia o realismo se chocaban con las restricciones al manhwa impreso, así que decidieron migrar a la web. En esos mismos años, la autora señala que el mismo gobierno se enfocó en la expansión, desarrollo y abaratamiento de las telecomunicaciones, así que había una posibilidad de aumento de consumo de contenidos digitales. La autora señala que esta conjunción de circunstancias fue visibilizada por los dos principales monstruos en cuanto a portales de internet en Corea del Sur: Naver, propietaria de Webtoon (con mayúscula pues es el nombre de una de las plataformas para publicar webtoon) y Daum, que luego se fusionó con Kakao Corp. quienes crearon sus secciones para historieta web en 2004 y 2003 respectivamente. A ellos se les sumaría Lezhin Comics en 2013 terminando de formar esta triada principal del poder, aunque los fans saben que hay muchas más plataformas (gratuitas y de paga).

En este periodo, se ubica la primera generación de creadores de webtoon a las que pertenece un estudiante universitario sin educación artística formal que en el 2002 decidió crear su sitio web y un año después publicaría en Daum su trabajo debut, la icónica Love Story, también llamada Hello Schoolgirl. El nombre de ese chico era Kang Full (o Kang Pool) y, de acuerdo con Korea.net, consiguió un récord de 2 millones de visitas en un día.

Es más un Big Bang en la industria del webtoon a través del nacimiento de un genio creador como Kang Pool antes que una expansión gradual de la industria. Kang Pool era tan poderoso. Cuando sea que él actualizó sus series, todo el servidor de internet se volvía inestable.

Entrevistado Z citado en Pyo, Yang y Joon 2019

Para los fans, es indiscutible que uno de los máximos atractivos del webtoon radica en sus historias que se centran en una amplia variedad de temas transmitiendo mucho a partir de gráficos muy expresivos y la simpleza en la diagramación de la página. Eso ya se encontraba, según Hyung-Gu Lynn, en la cálida y excéntrica comedia de la historia de amor entre un trabajador de cuello blanco y una colegiala en Hello Schoolgirl. El autor apunta a que el formato de esta primera generación se puede definir como diarios pictóricos o ensayos visuales con narrativa episódica y se encuentran ejemplos de esto en otros importantes títulos como Marine Blues, Snow Cat, Pape Popo Memories y Lunapark

Pape Popo Memories y Marine Blues. Fuente: Kim’s Licensing.

Con este nuevo sistema establecido, nació la segunda generación de autores de webtoon que, además, se vieron beneficiados no sólo con el éxito de sus predecesores, sino con los efectos a largo plazo de un fenómeno con el que los millones de fans de la cultura surcoreana deben estar familiarizados: el hallyu conocido también como korean wave u ola coreana. Paula Fernández explica que desde 1993 el gobierno surcoreano desarrolló un proyecto para exportar la identidad de su país a través de la globalización de sus industrias culturales entre las que se encuentran los K-dramas o el K-pop y, para convertir el plan en una realidad, tenía que apoyarlas. De este modo, Lynn apunta que el estado financia festivales de animación, manhwa (aquí entiéndase como impreso) y webtoon a nivel nacional e internacional, monitorea la piratería, invirtió en la creación de agencias y asociaciones dedicadas al estudio y promoción de contenidos digitales, motivó el desarrollo de departamentos artísticos afines en universidades, creó fondos para estudios en el extranjero, etc. En resumen, participó en la misma apuesta que los creadores y las plataformas, la cual está rindiendo importantes frutos.

Actualmente, Corea del Sur es un uno de los países con la mejor conexión a internet del mundo (prácticamente el cielo para los que estamos haciendo teletrabajo) y el mayor uso de dispositivos digitales. Lynn destaca la alta difusión de su banda ancha y su velocidad así como la mayoritaria posesión de teléfonos inteligentes que no plantean dudas de la popularización del webtoon  en su país natal. Korea.net señala que el 80% de surcoreanos leen webtoon en plataformas digitales y estas ya tienen versiones en inglés, chino y otros idiomas, lo que amplifica su audiencia al resto del mundo. ¿Cómo fue en el caso de Tower of God?

Subiendo la Torre o ¿cómo llegamos al anime de Tower of God?

Había una vez un chico llamado Lee Jong Hui, que era como tú y como yo. Había estudiado arte y al igual que muchos muchachos surcoreanos se fue a sus dos años de servicio militar obligatorio (las fanáticas del K-pop que esperan el regreso de sus idols con light stick en mano estarán familiarizadas con ello). Durante esos dos años, Jacob Parker-Dalton señala que Jong Hui tuvo la idea de una historia que decidió publicar a su regreso bajo el pseudónimo de SIU en el Challenge Corner de la plataforma de Naver, Webtoon, pues era un concurso abierto para exponer los comics web de novatos con miras a probar suerte con los lectores. Si conseguía llamar la atención, obtendría la oportunidad de un contrato profesional para una serialización. Era el año 2010 y, como en todo buen shōnen, nuestro héroe perdió esta primera batalla y no ganó el concurso.

No obstante, Lynn menciona que SIU siguió publicando Tower of God durante seis meses sin mucha reacción hasta que recibió el llamado y como en su caso, el 80% de los autores de Webtoon son reclutados por concursos similares en el que se enfrentan a otros cerca de 120 000 aspirantes. La competencia es dura, pero Jane Yeahin Pyo, Minji Jang y Tae-jin Yoon destacan que es una puerta directa para los novatos que, en el caso de Corea del Sur, a veces no suele estar abierta por el sistema de aprendiz/asistente-maestro que se suele seguir para ascender a la publicación de trabajos propios. Del mismo modo, Lynn afirma que, para las plataformas, implica una apuesta sin mucho riesgo, pues se constata la calidad y aceptación de un producto a partir de estas publicaciones piloto. Además, este sistema pone de relieve la importancia del público como factor ya que la publicación en web permite, por un lado, un contacto directo con los seguidores o críticos que se sienten más involucrados con la historia así como con los creadores y, por otro lado, sirve como un punto de retroalimentación constante sobre las preferencias o tendencias. Sin embargo, más allá de ello ¿qué significa conseguir el contrato en realidad?

Fuente: Naver

A nivel económico, Liynn señala que significa un pago mensual por tu obra que se suma a los ingresos por publicidad y a las regalías por el uso de tu título o personaje y si hablamos de cifras reales los artistas top, es decir, con las series más populares y/o la mayor reputación recibían en 2015 entre 5 000 y 6 000 dólares mensuales mientras que la mayoría de los creadores gana entre 1 000 y 3 000 dólares mensuales. Al año, Lynn precisa que en ese año el 7.7% de todos los autores recibe 40 000 dólares y el 47.7%, 10 000 dólares. En este marco, hay que considerar el trabajo demandante que implica cumplir con los deadlines y las demandas editoriales al mismo tiempo que se trata de mantener la calidad, el público y la vida propia. Adicionalmente, Paula Fernández señala que el 7.7% son los que pueden llevar una vida verdaderamente cómoda con sus ganancias considerando el costo de vida en Corea del Sur. Entonces, ¿todo es horrible? No se trata de eso, pero es una realidad que hay que considerar y que de seguro experimentó SIU cuyo trabajo, Tower of God, es uno de los máximos éxitos de la plataforma Webtoon que aún publica religiosamente un episodio de su obra cada lunes, pero por el que también obtiene una ganancia. Ahora bien, siguiendo con su historia, es momento de pasar a la siguiente parte: el OSMU.

One source, multiple use.

A partir de los webtoon (historias y personajes) Wonho Jang y Jung Eun Song establecen que se han producido toda una serie de productos culturales que incluyen películas, dramas, musicales o juegos online. Hacer una lista parece interminable, pero Ji Hoon Park, Jeehyun Lee y Yongsuk Lee destaca los éxitos en audiencia de los dramas Misaeng (2014) y Cheese in the trap (2016), adaptaciones de las obras de  Yoon Tae-ho (Daum), y Soonkki, (Webtoon), respectivamente. El procedimiento para que estos productos audiovisuales y Tower of God se realizaran fue más o menos así considerando la información disponible sobre la industria del K-drama. Lee, Park y Lee describen que lo central para las productoras son los guiones (una verdad universal, amigos) y es difícil encontrar buenos escritores sin arriesgar, por eso prefieren adaptar webtoons que demuestran calidad y popularidad que además es un extra para convencer a los canales de querer transmitir sus dramas. En ese sentido, los autores precisan que las plataformas como Webtoon, con base en el OSMU, ya tienen listos catálogos de títulos con potencial para la adaptación y hay practicantes en las productoras revisando webtoons que pueden ser interesantes apuestas (el trabajo soñado).

En el caso del acuerdo entre Crunchyroll y Webtoon, siguió un esquema similar como lo afirman las declaraciones iniciales de la Administradora General del servicio de streaming que ahora también tiene su propia productora de contenido original:

Estamos extremadamente emocionados de estar asociándonos con Webtoon…Webtoon tiene un tremendo catálogo de contenido y creadores que resuenan profundamente con nuestra audiencia y no podemos pensar en mejor manera de deleitar a los fans que trayendo estas historias a la vida a través de la animación.

Joanne Waage

Se puede especular sobre cuánto dinero recibieron la plataforma y SIU a partir de los 20 000 a 100 000 dólares que Lee, Park y Lee afirman que suelen costar los derechos televisivos de un drama de 16 a 24 episodios, pero una cuestión es clara: el fenómeno webtoon ya ha entrado a la animación japonesa y se vienen dos animes más basados en The God of High School, de la autoría de Yongje Park con la animación de estudio MAPPA y Noblesse, de la pluma de Jeho Son y Kwangsu Lee encargada a Production I.G..

Ok. Te entendí, pero ¿por qué tanto escándalo?

Bueno, si un producto audiovisual tiene éxito, los realizadores son felices, porque recibirán dinero al igual que reputación y el público será feliz porque habrá disfrutado una buena historia. Sin embargo, si Tower of God, The God of High School y/o Noblesse tienen éxito podría pasar lo siguiente (esta es la parte de las teorías conspirativas):

  • Se abriría la puerta para toda una camada de creadores e historias que serían una corriente de aire fresco para el anime. Los que leen webtoon saben a lo que me refiero, pues hay una variedad de narraciones que tienen a todos esperando cada semana para que salga el episodio gratuito en la app de su preferencia. Acción, ciencia ficción, comedia, drama, terror, psicológico, etc. hay para todos los gustos y colores.
  • Otros webtoon podrían ser adaptados y la gran cantidad de fans del formato estarían más que felices. Un anime de Solo Levelling podría ya no ser algo que se consiga con junta de firmas y no necesariamente tendría que ser realizado por Crunchyroll. Otros servicios de streaming o canales de difusión podrían seguir el modelo que ya demostró ser exitoso y traernos sorpresas gratas para todos.
  • El webtoon podría acceder como propiedad intelectual a otros espacios de mayor envergadura (como ejem ejem Hollywood) al entrar desde el anime. No sé si se lo han preguntado, pero ¿por qué no adaptaron Tower of God a la animación surcoreana? La respuesta es que actualmente el anime es una marca (hay un video de Gigguk que lo explica muy bien) debido a la popularidad que ha alcanzado a nivel mundial y ello es lo que ha generado tantas discusiones sobre qué es anime. Ahora muchos productos animados son etiquetados como tal cuando no son japoneses o no cumplen con ciertos rasgos que son señalados como los más comunes, pues ello llama la atención de las audiencias, sobre todo las poco familiarizadas con la animación japonesa. El público ve la sección de anime de Netflix e instantáneamente asume que eso es anime y son consumidos con esa premisa que los imbuye de la mística y de la popularidad del mismo. Tower of God como historia basada en un webtoon, un manhwa para web entraría con esa misma etiqueta y como tantos otros anime podría sumar puntos para futuros live action occidentales que sean adaptaciones de otros comic web del mismo país de origen.
  • Finalmente, una adaptación de un webtoon parte de la idea de que hay una audiencia esperando ver el mundo del cómic trasladado a otro medio, lo que incluye una fidelidad en la historia pero también en el diseño de los personajes si hablamos de animación. En ese sentido, en la misma línea de lo anterior y considerando la variedad de estilos de dibujo de los webtoon, quizás se iniciarían nuevas discusiones sobre cómo se debe ver un anime o una redefinición de ello (por favor, pensemos en la paz mundial). Esto no sería nada malo, sino quizás una evolución natural del medio sobre lo que habría que pensar en su momento si nuevos webtoon son adaptados al anime.

Tower of God está en su episodio 10 del anime de los 13 que tiene programados y el webtoon está en el capítulo 481 (para acceso gratuito), lo que nos indica que en las próximas 3 semanas podrían moverse fichas importantes que no sólo planteen una segunda temporada (incluso muchas más si se considera el tamaño de la obra sin contar el resto del universo de Talse Uzer), sino un cambio importante en la industria del anime y el webtoon que esperemos que sobre todo sea para beneficio de los autores y los consumidores. Seguiremos atentos a lo que ocurra.  

Si quieren revisar más sobre la industria del webtoon, aquí les dejo algunos artículos:

Alessandra Gamarra

Investigadora de anime y manga, comunicadora audiovisual, guionista y editora de video. Uno de mis mejores amigos es un ninja rubio, quisiera correr el Hakone Ekiden, aprender alquimia y conseguir un álbum completo de Umibozu. Autora de la tesis "El camino del dolor" sobre Naruto Shippūden. Firme creyente en las historias que entretienen y motivan a la reflexión social.

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