«Aggretsuko» y «Rilakkuma y Kaoru»: la adultez en los animes de Netflix

 «Aggretsuko» y «Rilakkuma y Kaoru»: la adultez en los animes de Netflix

Devuelta a la… ¿rutina? ¿La “nueva normalidad”? La sola idea del regreso al trabajo y el tráfico, y buscar mil formas de subirnos el ánimo: ver de camino al trabajo guarde el celular, que viene el choro o ya en casa una serie, película o anime. Por eso, el día de hoy analizaremos Aggretsuko y Rilakkuma y Kaoru, dos series que parecen haber retratado casi a la perfección ese sentimiento de estrés y preocupación por la vida adulta.

Aggretsuko, o Agressive Retsuko (アグレッシブ烈子), es una franquicia basada en el personaje (un panda rojo antropomorfizado) creado por Yeti para la compañía Sanrio. Contó entre abril del 2016 y marzo del 2018 con una serie de cortos animados, y estrenó un anime de dos temporadas en Netflix en abril del 2018. Se centra en la vida de Retsuko, una oficinista que debe lidiar con las normas y jerarquías de la compañía. Estas, basadas en prejuicios absurdos, provocan en ella un estrés tal que su única forma de desahogarse es escapar al baño o al karaoke, y cantar heavy metal. En este deseo por solucionar su inconformidad en el trabajo es que decide buscar un novio y casarse. Sin embargo, a medida Retsuko se abre y confía en sus demás compañeros de oficina, esta opinión sobre el matrimonio madurará.

Rilakkuma y Kaoru es una serie en stop-motion de Netflix estrenada en abril del 2019 y cuenta con 13 episodios. Basada en la franquicia creada por San-X, su nombre es una unión de las palabras relax (リラックス, rirakkusu) y oso (熊, kuma), y cuenta tanto con mercadería como videos promocionales. Se centra en Kaoru, una oficinista que trabaja para una pequeña compañía y siente que, a medida pasan los años, su familia, compañeros y amigos la van dejando de lado. En este sentimiento de soledad es que encuentra un día a Rilakkuma, un oso flojo y dormilón que entró a su departamento y decidió instalarse ahí. Y al poco tiempo llega Korilakkuma, una pequeña osa que le encanta jugar. De esta manera, la serie explorará la convivencia entre Kaoru, su mascota Kiiroitori Rilakkuma y Korilakkuma, y el apoyo que entre ellos se brindan.

Lo interesante de ambas animaciones es que presentan como tema en común cómo es ser adulto en la sociedad japonesa, así como las normas, expectativas y sentimientos que estas dos producen en sus protagonistas.

La multiplicidad del “yo” y el jōshiki: “sentido común” y adultez en la sociedad japonesa

Para entender cómo ambas series representan y apelan a los problemas de la adultez en Japón tomaremos en cuenta a autores como Wim Lunsing y Sharon Chalmers, quienes desarrollan la tesis de que la sociedad japonesa, a través de sus roles, jerarquías y sistema legal provocan la exclusión de determinados sujetos.

Desde la juventud se le inculca al sujeto el jōshiki o “sentido práctico”, lo que se considera como “apropiado” y “normal”. En ese sentido, por ejemplo, se concibe el matrimonio como algo “natural” (shizen), un acontecimiento del cual se sirve el individuo para reafirmar ante la sociedad que ya es un adulto completo (ichininmae no shakaijin) o una adulta completa (ichininmae no onna). Con ello se traza una clara diferencia con las personas solteras, a las que se considera como hanninmae (“personas incompletas” o hasta “imperfectas” –mikon-). Dentro de un sistema de roles definidos, el matrimonio permitirá a los hombres demostrar que son adultos al proveer de bienes a su familia, y las mujeres a través de la maternidad y el ejercicio del rol de amas de casa.

El matrimonio como evento importante y que marca la adultez en Japón. Vía Nippon.com

Si bien los roles se han flexibilizado en los último años, y vemos tanto a hombres como mujeres en la esfera laboral, sigue existiendo un sistema -la familia, el trabajo, los medios de comunicación, las revistas especializadas, entre otros- donde se persuade a la mujer sobre la importancia de una crianza cercana de los hijos con el fin de evitar en ellos malas experiencias o problemas psicológicos. Asimismo, normas sociales implícitas invitan a que a estas labores se sume la del cuidado de los padres.

En ese sentido, el desarrollo exitoso de los hijos sería reflejo de una buena crianza por parte de la madre y una estabilidad en el hogar, lo cual repercute de manera positiva en la imagen social que proyecta la cabeza de familia (el padre). Con ello se busca encaminar a la mujer para que cumpla el rol de “buena madre” y “buena esposa”, ya sea dedicándose de manera exclusiva a ser ama de casa o, de ser necesario, en trabajos de medio tiempo que le permitirán luego dedicarse al hogar (1). De ser exitoso este modelo, se proyectará la imagen de una sociedad japonesa “estable”.

Los roles y la conformación de la familia japonesa. Vía Wikibooks

Otro concepto que deberán manejar los sujetos será la diferenciación entre el uchi y el soto. El uchi es lo interno, y en este se evocan sentimientos de privacidad, protección, seguridad y pertenencia. Además, es el espacio donde uno puede expresar sus verdaderos sentimientos (honne), e invita al relajo, la informalidad y al comportamiento casual. Por otro lado, el soto es lo exterior, donde se invita a camuflar los sentimientos y brindar una apariencia al exterior (tatamae) (2). Esto hace que el sujeto exprese el self de manera múltiple (3).

Los “otros” silenciados: el trato a las familias “disfuncionales”

Sin embargo, en la sociedad japonesa, todo individuo que sale de las normas será considerado como “anti social”. En una sociedad que evita que los sujetos resalten, esta “marca” supone un estigma, lo cual provoca que el individuo sea alienado, separado y hasta señalado con respecto a los otros miembros del grupo.

Tanto las mujeres sin esposo como las madres solteras se encuentran frente a una sociedad donde no pueden adquirir ni alquilar vivienda de manera fácil. Esta restricción se debe a las pocas oportunidades laborales que tienen, ya sea porque solamente pueden adquirir trabajos de medio tiempo o por la poca posibilidad de ascenso. Esta discriminación laboral se debe a que las empresas consideran a las mujeres como personal de paso, que solo se mantendrán hasta el matrimonio -demás está decir heterosexual-.

La «cultura del rechazo» hacia las madres solteras en Japón. Vía The Washington Post

Asimismo, los hijos de madres solteras o divorciadas sufren de discriminación por parte de la escuela y de sus compañeros. En el primero porque, para inscribir a un niño o niña en la escuela este debe estar registrado en el sistema familiar o koseki, y por parte del segundo, cuando los niños ven en actividades escolares la ausencia del padre. Además, existe el prejuicio de que estos niños sin padre causarán problemas. Ante este contexto, han surgido organizaciones de apoyo a madres solteras o de mujeres separadas que entre ellas se brindan apoyo, ya sea en el cuidado de los hijos como el brindar vivienda.

Por último, cabe resaltar que en este panorama la diversidad sexual tampoco bienvenida. Si bien hace unos años se ha legalizado el matrimonio LGBT en algunos distritos de Japón, la existencia de una inequidad económica provoca que algunas sexualidades divergentes, como el lesbianismo, sean sumamente marginadas. . En el caso del lesbianismo, el marcado sistema de roles y la concepción de que la adultez se alcanza con el matrimonio crea la imagen de las lesbianas como “inmaduras” e “incompletas”, ya que no cumplen con el papel de madre ni esposa. Incluso serán silenciadas en el discurso político, lo cual perpetúa una inequidad legal y económica que se verá reflejado en la dificultad para adquirir una vivienda o estar protegidas en caso sean expulsadas del hogar.

A partir de lo expuesto anteriormente es que el espectador podrá tener una mejor idea de las problemáticas retratadas en Aggretsuko y Rilakkuma y Kaoru, dos series que reflejan el sentimiento de la adultez en el Japón contemporáneo.

“KILL ’EM ALL!!!”: la inestabilidad laboral y emocional en Aggretsuko

Aggretsuko nos presenta a Retsuko, una empleada “dulce, obediente y responsable” de 25 años y soltera, quien finge estabilidad en todos los ámbitos de su vida: desde el laboral hasta el emocional y de pareja. Y como todos los que hemos visto la serie, ya sabemos cuál es su forma de desahogarse:

DEMOLER, DEMOLER la estación del tren. La única salida que encuentra Retsuko para su estrés es escapando al karaoke y cantando

En primer lugar, tenemos el retrato del ambiente laboral. Específicamente, una alusión al ideal del “sarariiman” -o asalariado- y la sacralización de las empresas en la economía japonesa. Este espacio es un segundo “hogar” para el sujeto, donde se reproducen las jerarquías propias de la sociedad. En este sentido, se considera que el individuo está en deuda con la empresa, ya que este invierte en la formación de él.

Este trabajador será considerado como un “nuevo samurái” o “guerrero corporativo”, quien da la vida por la empresa y, por qué no, por el bien de la sociedad y la economía del país. Este discurso lo podemos encontrar en Puko, amiga del colegio de Retsuko, quien agradece a la protagonista por su trabajo porque personas como ella son el sostén de la sociedad:

Una linda amistad, pero… Retsuko, ¿¡por qué cargas todo sobre tus hombros!?

Sin embargo, esta jerarquización incluye el traslado de las inequidades de la sociedad japonesa al ámbito laboral. Un ejemplo lo podemos encontrar en el trato que tiene el director Ton -quien se insertó a la vida laboral en 1987, en pleno auge de la burbuja financiera e inmobiliaria en Japón- hacia las mujeres del área de contabilidad. Él espera que las mujeres limpien su escritorio, coloquen flores y surtan con agua su hervidor. De esta manera se trata de imitar un modelo de servidumbre y ama de casa en la oficina, lo cual demuestra un inherente machismo en las relaciones laborales, especialmente por parte de trabajadores mayores (la mayoría de veces, jefes) hacia las más jóvenes:

Las mujeres inútiles son mejores que las mujeres competentes

Directo Ton (T.1, cap.1)

¿Cuánto dinero ha invertido esta empresa en su formación?

Director Ton (T.1, cap.3)

Otro ejemplo de misoginia y una cultura laboral que invisibiliza casos de abuso de poder y misoginia es el del Director General, quien duda si es real la queja hacia el director Ton, y argumenta que hoy en día los empleados se quejan por todo. Solamente cederá ante ese problema cuando se ve amenazado por Washimi, su secretaria y amiga de Retsuko.

Y al ser la oficina un ambiente jerárquico, requerirá de otro que permita a sus trabajadores -tanto jefes como empleados- entablar relaciones horizontales y expresarse abiertamente. Este espacio será el de las fiestas con bebida. La participación en estas, según Sharon Chalmers, es una muestra de aceptación, apertura y satisfacción por parte del empleado; no unirse significa rechazo, un acto de desafío y un signo de alienación. Si bien Retsuko no concibe su asistencia a las fiestas como importante, especialmente si no se siente satisfecha con el ambiente laboral, Washimi y Gori -amigas de la oficina y del yoga- le enseñan la finalidad de este: el poder entablar un diálogo sincero con sus compañeros y con el director sobre lo que le incomoda.

La fiesta con bebida como espacio donde Retsuko puede conversar «sin accidentes» con el Director Ton

Este será un punto de inflexión para Retsuko, ya que a partir de este momento será un poco más abierta con sus sentimientos, y el espectador entenderá las razones detrás de la sobre exigencia de Ton hacia los empleados más jóvenes (aunque eso no resta muchos de sus prejuicios). Sin embargo, todavía hay un elemento en la vida laboral que la protagonista debe superar: la confianza y comunicación con sus demás compañeros.

En ese sentido, la aparición de Anai, el nuevo integrante de la oficina, será importante. Él representa el temor que sienten los jóvenes al ingresar al “mundo adulto”. Este miedo reside en la presión y el “exceso de trabajo”. Y aunque el pánico de Anai está justificado -recordemos las noticias de trabajadores que fallecen o se suicidan por la sobrecarga laboral (karoshi)-, tendrá paz cuando encuentra su lugar en la oficina y sea reconocido por su habilidad en la cocina. Esto le permitirá abrirse a los demás y trabajar de manera eficiente en la oficina.

Las dos caras de Anai. Kowaidesu ne
〣( ºΔº )〣

Gracias a su relación con la protagonista, ambos aprenderán a establecer estrategias comunicativas con sus compañeros, identificar sus habilidades y confiar en ellos, ya que ese apoyo mutuo será la clave para el éxito de la empresa y crear un mejor ambiente laboral.

“DU HAS(S)T”: ¿felices por siempre? Familia y matrimonio en Aggretsuko

Cuando parece que la vida de Retsuko ha encontrado un equilibrio, regresa con fuerza un problema que era constante en la serie: la búsqueda de la protagonista por un novio, con el cual pueda contraer matrimonio y establecer una familia.

Desde la primera temporada pudimos ver cómo Retsuko percibía el matrimonio de manera idealizada: primero como una forma de escapar del trabajo, con Resasuke, luego como una forma de “madurar” antes de que “se le pase el tiempo”, con Shirota. Pero será en la segunda temporada, cuando conoce a Tadano, que la protagonista reafirmará que esto es algo que ella realmente desea (y ya no es producto de la imposición social).

La segunda temporada será vital para el desarrollo de las relaciones interpersonales en Retsuko. Por un lado, uno de los personajes que más urge a la protagonista a pensar en la familia y en el matrimonio es su madre:

De tal palo, tal astilla

Ella argumenta que el matrimonio es parte de la “realidad”. Con ello no solo apela al “sentido común” o jōshiki,del cual hablamos al inicio del artículo, sino también a la carga social que esta trae: un símbolo de “madurez” para la mujer y una “fuente de apoyo” (económico y a través de los hijos) en el futuro.

Lo digo como tu madre y nunca me equivoco

Madre de Retsuko (T.2, cap.1)

En una sociedad donde se espera que el hijo o hija no realicen actos que desagraden a la madre, la omisión de casi todos los consejos que le brinda resulta un acto de rebeldía e insatisfacción hacia las normas y prejuicios que existen en el imaginario social. Si bien al inicio accede a salir con Shirota, un funcionario público -con trabajo estable y socialmente aceptado- que es presentado como amigo de la familia, enamorarse de Tadano representa un nuevo desafío -de manera inconsciente- hacia la idea de estabilidad que tanto le insistía su madre a lo largo de la temporada.

Retsuko y Shirota. Mujer, ¿qué haces ahí?

Retsuko y Tadano se conocen en la escuela de manejo. Ella lo considera un “poco infantil”, y lo relaciona a su estatus de desempleado. No obstante, a medida conoce al personaje, descubre que es dueño de una empresa que optimiza a las compañías a través del uso de una inteligencia artificial. Él representa una forma alternativa de vivir a la que dicta el “sentido común”: no tiene vivienda fija -vive en su limosina y ahí trabaja-, es dueño de una exitosa empresa pese a que no aparenta serlo -ahí entra la importancia del traje o ropa en la sociedad japonesa como una forma de designar el estatus y trabajo-, y rechaza la importancia del matrimonio.

Y pese a que ambos están enamorados el uno del otro, el rechazo tajante al matrimonio por parte de Tadano, y la imposición de esta idea sobre Retsuko, supone un punto de quiebre en su relación. Aunque él propone unos cambios en la sociedad que pueden resultar interesantes -especialmente porque promete una reforma en el sistema económico que exalta a las empresas-, suponer que todos lo aceptarán es un error de su parte. Su incapacidad de tranzar o entender el punto de vista de Retsuko, cuando ella necesita ser escuchada y entendida, supone el fin de su relación.

Love is in the air

Finalmente, vale la pena detenerse brevemente en la elección de presentar una historia sobre el mundo laboral japonés y la búsqueda del matrimonio con personajes animalizados. La animalización es una figura literaria donde se le dota a los seres humanos de cualidades propias de los animales (3). El objetivo de esta es ligar al ser humano con la naturaleza para demostrar el caos de la sociedad -recordemos nuestro análisis de Mononoke Hime, donde se reflexionó sobre cómo Occidente contrapuso lo “civilizado” con la esfera natural-, y reflejar las jerarquías sociales y la inamovilidad del sujeto. Como Aggretsuko se centra en las jerarquías propias de la sociedad y el mundo laboral japonés, donde parece que la vida está predeterminada por las normas, simplemente parece que el recurso de la animalización se conjuga de forma perfecta con la trama.

Rilakkuma y Kaoru: la construcción de una “familia extendida”

Para los que ya éramos fanáticos de Rilakkuma no nos son raras las animaciones de este: personajes que presentaban, mes a mes, una temática sobre la cual girarían los nuevos productos de la marca. Se trataba, entonces, de una franquicia usaba la animación para generar un consumo. Sin embargo, ¿qué es lo que nuevo que propone esta serie?

Yo me relajo, tú te relajas, él/ella se relaja, nosotros nos relajamos

Esta se centra en Kaoru, oficinista que está en edad de casarse y, sin embargo, vive sola en su departamento, junto con Rilakkuma, Korilakkuma y Kiroitorii. La protagonista no se trata de un personaje nuevo en la franquicia: es aquel que busca generar una identificación con el consumidor. Al ser el público original uno femenino, muchos de los problemas que se señalan en la serie están dirigidos a los que atraviesan las mujeres en la sociedad japonesa.

A lo largo de los capítulos Kaoru sentirá cómo es dejada de lado por su familia y sus amigas, con lo cual se genera un sentimiento de soledad, y se identifica la necesidad de crear vínculos de cercanía y confianza con otras personas. En ese sentido, la aparición de Rilakkuma y Korilakkuma no solo permitirán a la protagonista romper con la rutina, sino también tener a alguien con quien reflexionar sobre sus problemas.

Un primer punto a analizar es el de la amistad entre mujeres. El primer capítulo nos presenta esta como un lazo que en algún momento fue fuerte. Sin embargo, esta relación de “familia extendida” que podría establecerse entre Kaoru y sus amigas de la universidad es retratada como inestable y pasajero. Este encuentra su fin cuando la mujer se casa; a partir de este momento ella pasará tiempo con los hijos, con el esposo, y con los amigos y familia de este.

La imagen de los cerezos en el primer capítulo será importante para entender el mensaje que se irá construyendo a lo largo de la serie: si bien los años “deseables” para que una mujer contraiga matrimonio van quedando atrás, Kaoru sigue manteniéndose vital y aprendiendo sobre sí misma. En ese sentido, no tiene por qué sentirse como un “desecho” de la sociedad (5).

Kaoru y compañía contemplando lo efímero de la belleza en el árbol de cerezo

Un segundo elemento a tomar en cuenta es la relación que Kaoru tiene con su familia. Kaoru, como hija, es vista de manera utilitaria: ya que Satoko, la esposa de su hermano, no se lleva bien con la madre, le insisten que regrese y ponga paños fríos entre las dos. Esto se debe a que la madre y su cuñada no coinciden en el rubro que debería desarrollar la granja familiar. No obstante, cuando el negocio propuesto por la última va bien, la relación entre las dos mejora, y de manera explícita le piden a Kaoru que ya no regrese.

De esta manera se puede identificar que las hijas mujeres en Japón o las esposas de los hijos son percibidas como aquellas que deben estar al cuidado de la madre del esposo. Con el matrimonio, se considera que la mujer entra a formar parte de la familia del esposo, por lo que es importante que tenga una buena relación con la suegra y le sirva en todo lo que necesita. Kaoru, quizás consciente de este sometimiento hacia su familia, desea no regresar a su pueblo porque quiere ser libre de la casa familiar.

En ese sentido, en el último capítulo, cuando el mismo hermano, le pide que no regrese al pueblo, le está otorgando de manera simbólica -como la cabeza de familia– la libertad para que siga viviendo en Tokio.

Asimismo, podemos ver en la serie una exposición sobre las dinámicas familiares en Japón. El capítulo dos nos presenta a Tokio, un niño que vive en el mismo edificio que Kaoru, y vive solo con su madre, quien está todo el día en el trabajo. Cuando le preguntan por su padre, opta por el silencio. Este puede ser señal de vergüenza, ya que una mujer sin esposo tiene una posición inestable en la sociedad japonesa, y los niños sin padre son vistos como “diferentes”.

Es así como la serie presenta en Tokio a otro personaje que es apartado por la sociedad y que, gracias a la compañía de Kaoru, Rilakkuma, Korilakkuma y Kiroitorii -su familia extendida- podrá encontrar hogar (uchi), aquel lugar seguro donde puede expresar sus verdaderos sentimientos.

La soledad de Tokio

Un último punto que la serie pone en cuestión es la del “sentido común”. Por ejemplo, cuando Kaoru le cuenta a Sayu, una compañera de su oficina, que desea adoptar un gato, esta le responde que es “sentido común” qué eso no es apropiado para una mujer soltera. Se trata de una norma implícita que, no obstante, Kaoru no aprendió ni le encuentra sentido. Con ello se muestra el absurdo detrás de algunas de estas normas y “sentidos comunes”.

Otro “sentido común” que se presenta al final de la serie es que “las cosas viejas son feas y de gente pobre”. Este discurso dicho por Tokio representa una forma de pensar extendida que rechaza lo antiguo con el motivo de mostrar un estatus y seguir promoviendo el consumo. Sin embargo, Kaoru le señala que en realidad hay que valorar los objetos y los espacios por lo que son y lo que fueron, ya que son valiosos por la carga emocional que llevan consigo.

A partir de esta última reflexión es que nos encontramos con una serie que busca rescatar lo antiguo y que invita a respetar cada etapa de la vida. En otras palabras, no todo lo antiguo debe ser desechado ni visto como inútil, y no se debe apresurar a que las mujeres contraigan matrimonio, ya que la vida es un proceso de aprendizaje y valoración de uno mismo.

Bye-bye, Rilakkuma
( ; ω ; )

Un balance final

Por lo tanto, Aggretsuko y Rilakkuma y Kaoru son dos series animadas en Netflix que presentan la problemática de la adultez femenina en Japón. Si bien en ambos hay una persistencia en la búsqueda del matrimonio -sin presentar una solución o alternativa a dicha imposición-, se invita al espectador a respetar los tiempos en los que cada sujeto opta por casarse. Incluso se llega a sugerir, a través de personajes como Washimi, que el matrimonio no es para todas las personas.

Es interesante cómo en los últimos años hay varios  animes que abordan esta temática. Además de los analizados el día de hoy, otros que también abordan la adultez son Wotakoi y Kobayashi-san Chi no Maid Dragon. Al tema de la madurez y la vida laboral, se suma el de la identidad fan u otaku, y cómo esto no anula la sexualidad. Estos animes valdría la pena analizar en una siguiente ocasión.

NOTAS:

(1) Frente a esta problemática, hay animes como Love Live! que optan por anular la presencia masculina o del padre para prolongar o suspender la obligación del matrimonio. Se trata de un mundo alterno -que en una primera impresión da la apariencia de un girls’ power o liberación femenina- donde las mujeres pueden ocupar puestos de poder y altos en el trabajo, ya que no hay presencia masculina. De esta forma lo representado en el anime no choca con las nociones de verosimilitud -verdad, realidad- del público japonés.

(2) Quizás podemos establecer algunas semejanzas con el principio del rostro o miànzi, vistos en el análisis de Their Story.

(3) En otras palabras, el individuo tiene diversas formas en las cuales puede hacer “autorreferencia” o se concibe a sí mismo.

(4) Ejemplos en la literatura lo podemos encontrar en La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa y en el cuento Bestiario de Julio Cortázar, o en el cine en Zootopia.

(5) Las mujeres solteras han sido consideradas en Japón como un lastre para la sociedad. Esa discriminación se puede apreciar en mayor medida hacia las “viudas de la guerra”, mujeres mayores que en su momento no pudieron contraer matrimonio debido a la gran tasa de mortalidad masculina durante la Segunda Guerra Mundial. Un ejemplo de esta discriminación hacia las mujeres solteras de la tercera edad lo podemos encontrar en uno de los episodios de Flip Flappers.

¿Hambre de más? Te recomendamos los siguientes textos:

Lunsing, Wim. 2001. Beyond Common Sense. Sexuality and Gender in Contemporary Japan. Nuevo York: Routledge.

Chalmers, Sharon. 2009. Emerging Lesbian Voices From Japan. Nueva York: Routledge.

https://www.washingtonpost.com/world/asia_pacific/in-japan-single-mothers-struggle-with-poverty-and-with-shame/2017/05/26/01a9c9e0-2a92-11e7-9081-f5405f56d3e4_story.html

Alexandra Arana Blas

Tusán. Literata e investigadora. Ama el anime, el manga, los cómics y los videojuegos tanto como la teoría. Considera la cultura popular como fuente de reflexión y de aprendizaje.

Leave a Reply