Conociendo el universo Lolita

 Conociendo el universo Lolita

NOTA IMPORTANTE: Las investigaciones sobre la lolita usadas en este artículo están basadas en producciones académicas de los periodos 2005-2014. No obstante, se han realizado actualizaciones para el presente análisis gracias a los aportes de Lolimafia, la comunidad oficial de lolitas en Perú.

Cuando escuchamos la palabra Lolita, nos viene a la memoria la protagonista de la famosa novela de Vladimir Nabokov publicada en 1955. No obstante, la lolita de la que tratará este artículo alude a una estética denominada por sus seguidoras (como, por ejemplo, las lolitas peruanas) como fashion lolita.

Como sostiene Vanessa Huaytan, administradora de Lolimafia, la comunidad lolita del Perú, el estilo lolita «está inspirado principalmente en el Victoriano y Rococó; al ser la mezcla entre lo elegante y extravagante, es más una versión pop de la ropa de esos periodos al darle esa pizca juvenil con una presentación de prendas coloridas».


Fuente: Pinterest

¿POR QUÉ LOLITA?

Muchas lolitas son conscientes de la connotación negativa asociada al nombre de su adorada estética, y a menudo hará todo lo posible por negar todas las asociaciones con la obra homónima de Vladimir Nabokov. Otras afirman que es un misterio total, o afirman que el nombre fue elegido de una manera completamente arbitraria y sin una comprensión real de lo que trata dicha novela. En ese contexto, asumir que solo porque esta estética y la lolita de Nabokov tienen un antepasado común todas las seguidoras de este estilo son fieles devotas del escritor ruso es entender de forma prejuiciosa y superflua cómo funcionan ciertos conceptos y cómo es que interactúan con la literatura, la moda y otras expresiones de la cultura pop japonesa. Por consiguiente, es pertinente analizar el uso que hacen los japoneses del término Lolita para comprender cómo lo han asimilado o reinventado hasta convertirlo en el fenómeno que es hoy.

Izquierda a derecha: Sue Lyon y Dominique Swain, protagonistas de las versiones cinemátograficas de Lolita en (1962) y (1997), respectivamente

LOLITA EN OCCIDENTE Y ORIENTE

De acuerdo al blog de estética juvenil F Yeah Lolita, el significado de la palabra ‘Lolita’ ha cambiado a lo largo de los años, y en Japón esto no es la excepción. Es por esto que (y apelando a un fragmento parafraseado del artículo que elaboré sobre el Lolicon), es necesario rastrerar los orígenes etimológicos de este fenómeno. En ese contexto, se rastrea a la lolita en la concepción del ‘El Complejo Lolita’ (derivado del inglés ‘The Lolita Complex’), término compuesto que fue acuñado por Russell Trainer en 1966 en su libro del mismo nombre. Este texto era una pieza de estilo sensacionalista, un falso estudio psicológico que estaba destinado a excitar y venderse a cuestas de la popularidad de la polémica obra de Nabokov.

Poco después de la publicación, ‘El complejo Lolita’, se tradujo al japonés como su abreviatura ‘Lolicon’, y así terminó apareciendo en Stumbling Upon A Cabbage Field (1974), un manga-parodia de Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas (1865). A finales de los 70 y principios de los 80, el Lolicon empezó a usarse como referencia a los personajes femeninos favoritos de los fanáticos de este tipo de mangas. Así también, muchos de los primeros personajes de anime que tenían el término ‘Lolita’ formaron parte de las historias para chicas adolescentes (Shoujo), y parecía haber un estigma significativamente menor contra el término en ese momento: parecía tener una definición mucho más «domesticada» (y en ese sentido «femenina») en un sentido patriarcal, de la que incluso puede tener hoy en día. Aunque la moda Lolita no se llamaría así hasta muchos años después, tanto la chica Lolicon como la chica Lolita tenían sus raíces en estas épocas.

ETIMOLOGÍA LOLITA

Existen lolitas en Japón que están tan molestas como las lolitas occidentales por la connotación negativa que las asocia al personaje de Navokov. Es por esto que muchas incluso adoptaron una ortografía diferente de la palabra original para diferenciarse, (al menos en un sentido lingüístico). Mientras que Lolita normalmente se escribe «ロ リ ー タ», muchas eligen la variación «ロ リ ィ タ», en la que la «i» habitual se sustituye por una «i» pequeña. Sin embargo, muchas publicaciones y tiendas en línea usan el típico «ロ リ ー タ». Asimismo, hace unos años atrás, en el oeste, las lolitas se referían frecuentemente a la moda con la pronunciación / ortografía japonesa de ‘rorita’ por exactamente la misma razón.  Por otro lado, Terasa Younker, especialista en cultura popular japonesa, sostiene que dado que las seguidoras de esta estética tienden a ignorar las normas sociales y hacer lo que quieren, no estarían en realidad tan preocupadas por el tipo de ideas erróneas que los extraños puedan tener sobre ellas a partir de las connotaciones de su nombre, puesto que de ser así nunca habrían aceptado ser partícipes de una estética tan polémica.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LA LOLITA

De acuerdo a diversos estudios y registros documentales, no hay un origen oficial de la lolita, más sí diversas teorías que proponen su nacimiento estético derivado de otras modas que incluyen también la producción local.

De acuerdo a F Yeah Lolita, uno de movimientos estéticos que influyó en la creación de la Lolita surgió en Japón a fines de los años 60, a partir de las modas promocionadas por marcas como Natural Kei. Esta se caracterizaba por sus «románticos» diseños de inspiración victoriana, los cuales se extendieron a la cultura popular a partir de tendencias bohemias que emulaban lo campestre. Pronto no solo las jovencitas, sino hombres y mujeres de todas las edades se inspiraron repentinamente en un ideal de vida más romántico y simple. Desde la música, los muebles, y por supuesto la ropa que utilizaban, nos recordaban a los queridos personajes de la teleserie americana Little House on the Prairie (1974-1983), más conocida en Latinoamérica como “La familia Ingalls”. 

De acuerdo al portal de moda Rebels Markert, otra vertiente de la lolita la coloca como descendiente directa del Doll Fashion, una moda que se desarrolló a principios de la década de 1980, popularizada por la marca Pink House y por el estilo de casa de muñecas desarrollado por la marca Milk. Durante este tiempo, aquellas que lucían esta estética de muñecas eran llamadas Olive Girls debido a su amor por las publicaciónes de este estilo en la revista Olive Magazine .

A mediados de la década del ochenta, muchas Olive Girls comenzaron a usar atuendos más brillantes, más diversos y visualmente más llamativos cuando fueron a ver a sus artistas favoritos tocar en vivo, muchos de los cuales firmaron con la etiqueta independiente más importante de la época, Nagomu Records, luego de lo cual sus fanáticas terminaron ganándose el título de Nagomu Girls.

En los noventa, las bandas de rock inspiradas en el estilo visual Kei surgieron en la escena, y el mundialmente famoso grupo X Japan lanzó su álbum debut. Algunas de las características del visual Kei incluían trajes y vestidos exagerados, maquillaje femenino y una obsesión con los elementos visuales sobre todo lo demás. La popularidad de X Japan visibilizó más la moda lolita, dado que las lolitas góticas (de quienes hablaremos con detalle más adelante) eran sus más grandes fanáticas.

A finales de los 90, la lolita empezó a tener más visibilización digamos, mediática, gracias a sus apariciones en revistas de moda. Es la época del boom lolita, y con ella empieza a ser conocida como tal tanto en Japón como en el extranjero. Lo que resultó en nuevas e innovadoras marcas dedicadas a la cultura, así como en una diversificación masiva del género. A medida que la moda lolita fue adoptada por el mundo occidental (manteniendo sus raíces aún firmemente plantadas en Japón), una gran cantidad de otros subestilos lolita como la Lolita Punk y la Lolita Country hicieron de esta estética más fuerte, variada y llamativa que nunca. 

Revistas con modelos vestidas como Lolitas punks

LOLITA Y LA MODA VICTORIANA

Como se mencionó al inicio de este artículo, uno de los personajes influyentes en la creación de la estética lolita fue la protagonista homónima de Alicia en el país de las maravillas (1865) que llegó al Japón moderno a través de la literatura occidental que fue adaptada a la propia cultura popular japonesa a través del manga y el anime. A partir de personajes como este, la infancia victoriana fue entendida por los japoneses como un estadio idílico de total felicidad e inocencia, algo que no estaba tan alejado de la mentalidad de los propios ingleses decimonónicos (es decir, de los que nacieron y vivieron durante el reinado de Victoria I, desde el 20 de junio de 1837- hasta el 22 de enero de 1901). Según Terasa Younker, para los hombres victorianos, recordar su niñez era recordar una época marcada por un rígido sistema social que los obligó a una edad temprana a comenzar sus estudios fuera de casa, mientras que sus hermanas siguieron usando enaguas y continuaron su educación en el ámbito doméstico, razón por la cual aquellos que llegaron a convertirse en escritores (tocados por la nostalgia del paso del tiempo) empezaron a difundir “…la imagen de la niña como símbolo de la perfecta infancia afincada en el reino de lo doméstico-familiar”. En ese contexto, Younker sostiene que la idealización de la infancia victoriana aprehendida por los japoneses a partir de la literatura y la cultura popular sería, en parte, la responsable de la predilección de la moda lolita por una estética juvenil y conservadora: “un diseño de blusas que evitaran la exposición del pecho y el cuello, así como de un vestido de corte infantil que llegara hasta la pantorrilla y que fuera mucho más ligero que un vestido adulto de la época con una crinolina más pesada”.

LOLITA Y EL ROCOCÓ

Otra de las modas europeas que influyó en el estilo lolita fue el rococó, surgida en Francia a mediados del siglo XVIII, el cual se caracterizó por ser una estética ligera, más acorde con la vida alegre, relajada y llena de ocio de la aristocracia local. Su temática favorita eran los ambientes campestres o de recreación pastoril pintados con tonos suaves y pasteles, los cuales servían de atmósfera perfecta para recrear las actitudes y aficiones despreocupadas y sensuales de los nobles de la monarquía francesa. Una evidencia contemporánea del gusto rococó en Japón es el hecho de que el creador de la marca lolita Innocent World declaró el aporte de este estilo en la creación de uno de sus diseños con el nombre de “vestido abultado a lo Pompadour”, el cual consta de una falda abultada que recuerda a la que solía vestir la famosa marquesa en los retratos de su pintor favorito François Boucher. No obstante, dada la predilección de los japoneses por una esencia puritana que no encontraba en un estilo de un corte más bien maduro y sensual como el rococó, Younker sostiene que “…lo único que el diseño lolita habría tomado del modelo francés es su obsesión por el detalle y la pomposidad”.

LOLITA EN LA LITERATURA, MANGA Y ANIME

Ya habíamos hablado de como Alicia (en el país de las maravillas) se convirtió en un referente estético icónico para la moda lolita. No obstante, surgieron otros personajes que inspiraron también el ideal de una vida en la pradera inherente en esta estética, como el caso de Ana (de las tejas verdes), personaje inspirado en la novela (infantil) homónima de la escritora decimonónica canadiense Lucy Maud Montgomery, que, como Alicia, tuvo su propia versión animada en los ochentas. Otro personaje influyente es Ira, la protagonista del manga Banana Bread no puding, escrito en 1977 por Yumiko Ōshima, quien padece algunas perturbaciones mentales que la motivan a actuar como una niña, y cuya estética además inspiró los diseños del creador de Baby The Stars Shine Bright, una de las marcas de ropa lolita más famosas dentro y fuera de Japón.

A partir de la decada del 2000, aparecen personajes de manga y anime con una estética bastante similar a la lolita. A continuación señalaremos algunos casos, como el de Le Portrait de Petit Cossette (2004), una serie de ovas donde la protagonista, Cossette, es un fantasma (presumiblemente) de una época pasada que sufre la maldición de estar atrapada en un cuadro por toda la eternidad. Otro ejemplo es Gosick (2011), cuyo relato se desarrolla en un país europeo ficticio a inicios del siglo XX y cuya protagonista, Victorique de Blois, posee una estética inspirada en la Inglaterra victoriana. Por último, en Paradise Kiss (2005), aparece Miwako Sakurada, quien en algunos capítulos suele usar atuendos extravagantes y originales inspirados en el estilo lolita.

No obstante, debe reconocerse también que a partir de la entrada al nuevo siglo se han registrado casos interesantes donde sí aparece la lolita. Uno de ellos es el anime Yamato Nadeshiko Shichi Henge (2006), donde existe un grupo de lolitas góticas que tienen el papel de antagonistas (cómicas) de la serie. En el terreno del manga, destaco dos casos interesantes. Uno es Ibitsu, manga de terror de Haruto Ryo, donde la lolita actua como el personaje terrorífico de esta historia. El otro es Cat Street (2004-2007), escrito por Kamio Yoko. En esta serie aparece Momiji Noda, una colegiala lolita que diseña sus propios atuendos con ayuda de la protagonista de la trama.

En la literatura, destaca el papel protagónico de la lolita en Shimotsuma Monogatari-Yanki-chan to Rorita-chan, novela ligera del 2002 escrita por Novala Takemoto que cuenta además con una adaptación manga y una película (Kamikaze Girls). Esta obra nos narra la vida de Momoko Ryugasaki, una estudiante de bachillerato que decidió convertirse en lolita motivada por su amor al rococó francés; y en Ichiko, una yankee (digamos, una “estudiante pandillera”) que conoce por azares del destino y con la cual formará una curiosa y entrañable amistad.

Como sostiene Vanesa de Mafialolita, «Novala takemoto nos explica que la lolita es un ser individual, que se reconoce a sí misma como una princesa más no como una niña, una mujer que es capaz de renunciar a todo para ser feliz a su manera».

CLASIFICACIÓN DE LA LOLITA

Si bien se han señalado algunos estilos temáticos de la estética lolita, como el punk, country, y las ahora populares versiones gore y sailor, desde que comenzó este fenómeno, ha ido evolucionando a tal punto que sería tedioso y quizás insuficiente nombrar todas las categorías conocidas. De acuerdo a Kathryn Hardy Bernal, teórica e historiadora cultural autodeclarada seguidora de este estilo, esto se debe en parte a que pasó de ser una estética subterránea e insular, donde sus adeptas a menudo creaban sus propias prendas, a una tendencia de diseño cada vez más mundial. Esta es la progresión natural para cualquier «subcultura típica» hecha visible a través de la estética. Es por esto que en su análisis del fenómeno lolita la especialista describe las tres principales categorías del movimiento, o, digamos, de la denominada «lolita de la vieja escuela».

El estilo clásico de la Lolita (classic lolita en inglés) es la manifestación más conservadora de esta estética, y dicta reglas y regulaciones bastante específicas sobre elementos permisibles de diseño que muestren dicha esencia. Es un estilo más maduro: menos adornos, un escote alto, mangas largas, y vestidos no tan esponjosos, con colores menos brillantes o diseños florales con colores más cálidos. Faldas con dobladillos por debajo de la rodilla, capas y capas de enaguas, y/o medias muy largas o medias completas.

Classic Lolita. Fuente: Pinterest

Lolita gótica, conocida también como Gosurori (en pronunciación japonesa) o GothLoli (una contracción inglesa de ‘Gótico’ y ‘Lolita’), es el estilo evidentemente de mayor inspiración victoriana e influído también por la moda gótica, ya que se basa en el uso del color negro y la referencia al luto victoriano, maquillaje pesado en los ojos y una predilección por los accesorios como cruces, crucifijos y rosarios. La lolita gótica también puede adornar sus prendas con antigüedades genuinas como broches o colgantes y cuentas negras. Aunque haya vínculos estéticos, este estilo difiere del «típico» aspecto gótico occidental en tanto esta «endulzado» por el aspecto infantil o de muñeca.

Ghotic Lolita
Fuente: Kathryn Hardy

Lolita dulce (o Sweet Lolita) es la versión que destaca por concentrar los aspectos más tiernos de esta estética: pone más énfasis en un diseño rococó dulce o en tener la muñeca victoriana más bonita. Su vestido es una explosión de espuma, lazos y volantes, y se caracteriza por tonos de color pastel: rosa pálido, azul bebé, salmón, azul claro, limón, amarillo mantequilla, malva o verde suave, a veces mezclados con blanco o crema, incluso azul marino, frambuesa o negro. Si el vestido de la lolita dulce no es monocromático, tendrá un patrón con un bonito borde o un estampado completo que puede ser una casa de muñecas, motivos florales, rosas, frutas (comúnmente fresas y cerezas), pasteles, caramelos, helados y / o personajes de cuentos de hadas como Alice in wonderland (a menudo contra un fondo de cuadros, rayas o manchas). Asimismo, si la usuaria usa una tela estampada es clasificada como Country Lolita o Country Sweet Lolita, una subcategoría de la Sweet Lolita

Sweet Lolita

LOLITA Y FEMINISMO: rompiendo mitos

Terasa Younker señala el comentario de una lolita que entrevistó mientras estuvo estudiando este fenómeno en Japón en el 2011: “Nosotras nos vestimos para nosotras mismas”, a partir del cual se infiere que las seguidoras de esta moda han encontrado en la lolita una estética que las aleja de la mirada sexual masculina. Ellas son muy enfáticas en este punto y tienen mucho cuidado de diferenciarse de las maid que trabajan en los Maid Café; es decir, de jóvenes que trabajan en restaurantes cuya temática es atender al público vestidas como la versión japonesa de las mucamas europeas de inicios del siglo XX, así como de otras mujeres que se visten como su personaje favorito de anime y manga y se dejan tomar fotografías por el público(cosplays). Así también, la investigadora de esta tendencia sostiene que “…con su énfasis en la modestia, la extravagancia y su actitud narcisista de no hacer caso a quien no quieren, la lolita no se considera atractiva para los hombres japoneses en general”. Esto se debería a que ellos estarían más asustados que seducidos por una lolita que, aunque muestra símbolos externos de infantilidad, demuestra que es una mujer adulta que tiene el suficiente valor y confianza en sí misma como para usar este tipo de traje en público y, por lo tanto, no sería (ni buscaría ser) fácilmente aprovechable en un sentido sexual.

De acuerdo con la Escala Para Medir la Agencia Personal y Empoderamiento [ESAGE], la agencia es la habilidad que poseen los individuos para actuar acorde a sus intenciones, significados, motivaciones y propósitos. La agencia y los conceptos psicológicos previamente descritos y aplicados son procesos que ocurren a nivel individual. No obstante, el desarrollo de la agencia usualmente tiene implicaciones a nivel social: “Una vez que la agencia comienza a impactar en la familia, los colegas, las organizaciones y la comunidad, se convierte en empoderamiento”. De acuerdo con lo anterior, si bien las japonesas han encontrado una fuente de agencia en la moda lolita, esta no ha generado un impacto a nivel externo que la transforme en empoderamiento. Según Terasa Younker, esto se debería a que “casi cuarenta años después de su concepción, la idea de escapar de la realidad sigue estando en el centro de la filosofía de vida de la lolita”. No obstante, las nuevas investigaciones antropológicas sobre la lolita señalan que no es una tendencia en ellas el deseo de emular una fantasía de vida infantil: “no queremos ser niñas, no escapamos de nuestro rol de ser un adulto, sólo disfrutamos ser uno mismo acoplando estas prendas al día a día”.

Younker sostiene también que las lolitas podrían encontrar un problema para desarrollarse en el ámbito laboral: “…trabajar en una empresa o tienda especializada en la moda lolita se ha convertido en una de las pocas opciones viables para las mujeres que deseen vestirse como niñas todos los días”. Otro aspecto negativo que según la teórica tendrían las lolitas (especifícamente japonesas) es que la presión social dirigida hacia las lolitas les dificulta encontrar pareja, e incluso si lo hacen, es probable que está las presione para que acepten el matrimonio y la vida de ama de casa. No obstante, la historia de Vanessa Huaytan demuestra que, en el caso específico de occidente, existen lolitas que actualmente (y con mucha perseverancia también, claro está) pueden vivir como tales sin que ello irrumpa el desarrollo de sus metas personales y profesionales: tiene un trabajo y una pareja como cualquier mujer adulta de nuestros días. Asimismo, la joven peruana confirma esta idea al manifestar su propio sentir lolita:

Ser lolita es una búsqueda de individualidad y encontrarse a sí mismo dentro de este estilo, no buscamos ser como las mujeres victorianas o rococó, creo que lo que si tomamos, y no son todas las chicas que siguen el estilo, es realzar nuestros talentos para gozo propio. Te comento que evitamos en lo posible usar la palabra infantil para que no imaginen los hombres cosas que no son…»

CONCLUSIÓN

A través de este artículo se evidencia cómo la lolita, más allá de ser una estética nipona alternativa que ha derivado en un estilo transnacional, funciona como una expresión de rebeldía, deseo y sentir de sus usuarias contra los roles de género impuestos a través de la vestimenta; actitud que las dota de agencia y del potencial que las convierte en mujeres empoderadas. No obstante, es necesario precisar también que, además de interpretar en ellas una actitud feminista expresada mediante la estética, las lolitas son una expresión de diversas dimensiones histórico-culturales, artísticas, spicológicas y colectivas que se condensan en un ser original y diverso, pero que no por ello deja de ser tan humano como cualquiera de nosotros.

Agradecimientos especiales:

Agradecimientos especiales a Vanessa Huaytan, administradora de la comunidad lolita del Perú (Lolimafia), por la información actualizada brindada sobre las lolitas.

Les dejamos el Link de la página de Facebook de la comunidad Lolimafia: https://www.facebook.com/Lolimafia/

¿Te gustó este artículo? Puede consultar las fuentes utilizadas aquí:

Textos teóricos:

Gutierres, María. “Kamikaze girls: la Lolita oriental en la literatura». Revista Ecos de Asia (2014).

ESAGE. «Escala Para Medir Agencia Personal y Empoderamiento». Interamerican Journal of Psychology, 2007.

Hardy Bernal, Kathryn Adele. The Lolita Complex: a subculture of Japanese fashion and its paradoxes. Auckland University of Technology, 2011.

Monden, Masafumi. Japanese Fashion Cultures: Dress and gender in Contemporary Japan. Bloomsbury Publishing, 2014.

Younker, Terasa. «Lolita: Dreaming, Despairing, Defying». New York University, 2011.

Textos nativo-digitales:

http://www.fyeahlolita.com/2013/11/

https://ginghamrose.com/2017/12/11/lolita-fashion-in-media-cat-street/

https://www.rebelsmarket.com/blog/posts/lolita-fashion-what-is-it-and-where-did-it-come-from

https://storymaps.arcgis.com/stories/591ba140bd4c42efaa4ad8f43610fb72

https://egl.livejournal.com/4928918.html

Elizabeth Pelaez

Literata amante del misticismo, la tradición y la cultura popular japonesa. Sus intereses son el shojo, el seinen y cualquier anime o manga que lleve a alguna reflexión de vida.

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