El boom de los mangas durante la pandemia

 El boom de los mangas durante la pandemia

¿Hace unas semanas Jorge Nicolas Ponce Gomez escribió la nota «Mangas: el fenómeno editorial que sigue creciendo en pandemia, de la mano del streaming y un nuevo público» para la página web del Grupo RPP. En ella reflexiona sobre el crecimiento en el mercado y la venta de mangas en el Perú. Algunas de las razones que encuentra son el acceso al capital que tienen los jóvenes y la posibilidad de permanecer mayor tiempo en casa debido a la pandemia.

Para la redacción de la nota, fui contactada por Nicolás Ponce, quien me dio permiso para compartir la totalidad de la entrevista.

Nicolás Ponce: ¿Cuáles crees que son los intereses de las nuevas generaciones de lectores de manga?

Alexandra Arana Blas: Yo diría que los consumidores de anime y manga siempre han consumido géneros variados. Por ejemplo, desde que se introdujo el anime en señal abierta o en el Club Sugoi, la gente veía tanto anime shōnen (Dragon BallLos Caballeros del ZodiacoCobra), como spokon (Super Campeones), mecha (Evangelion), sentai (Ultra Siete), shōjo (Lady OscarCandy) o mahō shōjo (Sailor MoonSakura Card Captor). Pero ahora, gracias al acceso a una gran variedad de mangas en librerías y por Internet, y a la gran variedad de animes que se estrenan al año, el consumidor tiene mucho para elegir y especializarse. Por ejemplo, géneros que están creciendo y que se están consumiendo más a nivel global como el yuri, tienen una gran oferta de mangas. Incluso, si algún título japonés no satisface a los fans, ahora es posible ir a otras alternativas, como los manhuas (manga chino), manhwas (manga coreano), los OEL manga (original English-language manga) y hasta los mangas hechos en Latinoamérica.

Percibo que en mi generación, la mayoría de personas siguen consumiendo indistintamente tanto anime y manga shōnen (My Hero Academia, Jujutsu Kaisen, Shingeki no Kyojin) como shōjo (Sailor Moon Crystal, Kageki Shōjo).

Percibo que en mi generación, la mayoría de personas siguen consumiendo indistintamente tanto anime y manga shōnen (My Hero Academia, Jujutsu Kaisen, Shingeki no Kyojin) como shōjo (Sailor Moon Crystal, Kageki Shōjo).

En general, el mayor acceso a mangas por Internet y la importación de mangas al Perú permite al lector conocer nuevos títulos y explorar nuevos géneros. Asimismo, esto permitió el surgimiento de un movimiento en las universidades y otros espacios de debate, como los foros, grupos de Facebook, las redes sociales y la revista Sugoi, donde cada vez más personas se animan a estudiar la cultura japonesa a través de sus animes y mangas, y se especializan en sus géneros.

Finalmente, sobre el consumo de manga, diría que, si bien ya era algo que muchos hacíamos por Internet, con el acceso al capital, los más jóvenes ahora tenemos el interés en comprar los mangas originales. Esto porque sabemos que no solo beneficia a los mangakas, sino también dinamiza el mercado editorial y permitiría ver a Latinoamérica como un espacio de intercambio comercial con Japón, lo que a su vez nos permitiría acceder a más traducciones de manga en castellano y la importación de merchandising de anime y manga.

Una de los eventos que quizás catapultó recientemente la venta de manga en el Perú fue la pandemia, la cual brindó a algunos jóvenes con acceso al tiempo de ocio y capital, la oportunidad de consumir mangas. Asimismo, la aparición durante esta época de grupos como el Grupo de Investigación y difusión de Cultura Popular Asiática – Proyecto Sugoi (conformado el 2020 por Talía Vidal, Elizabeth Peláez, Alessandra Gamarra y yo) permitió la difusión y promoción de librerías y mangas.

Nicolás Ponce: ¿Qué les ofrece el manga que no les ofrece otro tipo de historietas o géneros literarios o audiovisuales?

Alexandra Arana Blas: Creo que, en la época de la globalización y el Internet, es imposible hablar del consumo de solo un tipo de producto. En mi experiencia y conversando con amigos, todos hasta cierto punto hemos consumido historietas, literatura, videojuegos, cine, anime, manga, entre otros. Pero -y nuevamente enfatizo en lo personal- el manga tiene una estética y un tratamiento de ciertos temas que apelan en mí y quizás en más personas de mi generación.

 

Así, por ejemplo, temas como el cuerpo, la sexualidad, la homosexualidad, el lesbianismo, la androginia, la asexualidad y la transexualidad fueron tocadas abiertamente en el anime y manga antes que en los productos pop Occidentales.

Asimismo, hay productos, como Shingeki no Kyojin, que transmiten el trauma que atravesó Japón después de la Segunda Guerra Mundial. Así, el anime y el manga a veces reflejan las heridas de la guerra y la inestabilidad social, problemas que el Perú no ha resuelto tras la guerra interna durante los años 80 y 90.

Entonces, diría que, a través de estos productos, los jóvenes de mi generación -nacidos a partir de los años 90- reflexionamos sobre la crisis social, económica y de identidad por la que atravesó el Perú durante y después del conflicto armado interno.

Además, existe la posibilidad de que el público latinoamericano, acostumbrado a las telenovelas, sienta afinidad hacia las historias que se presentan en los mangas porque en ambos vemos narrativas melodramáticas, donde el héroe atraviesa por peripecias -a veces repetitivas- y múltiples caídas hasta lograr el triunfo.

Nicolás Ponce: ¿Qué mangas dentro del yaoi o yuri crees que representan mejor las preferencias actuales del lector peruano?

Alexandra Arana Blas: Hablar de yaoi y yuri en el Perú es hablar de un mercado de nicho, pero no se puede dudar que el primero tiene más fuerza tanto a nivel de consumo como de producción local. Algunos títulos preferidos por los fans de ambos géneros son Given, Banana Fish, Citrus, My Lesbian Experience with Loneliness o Bloom into You. De hecho, recuerdo que alrededor del 2007, algunas librerías como Zeta Bookstore ya vendían mangas yaoi como Gravitation, pero ha tenido que pasar mucho tiempo para ver en mercados locales mangas yuri. Y es que el consumo del yaoi es favorecido por varias lectoras porque es la primera forma en la que se acercan a la sexualidad y el deseo.

El rechazo del yuri por parte de consumidoras de manga se dio por dos motivos. Por un lado, por la sexualización del cuerpo femenino y la reducción del deseo entre mujeres como algo pornográfico. Por otro lado, porque algunas lectoras consideran que es un género que no presenta "acción", es decir, se muestra la relación entre mujeres como asexual y la narrativa solo se centra en el desarrollo de la pareja. Sin embargo, con la popularización y expansión del género, este se ha difundido cada vez más y muestra una diversidad narrativa: desde la amistad entre mujeres, hasta el amor platónico y el deseo carnal.

Incluso, mangas como Urusekai Picnic demuestran que el yuri no tiene que ser solo un género romántico ni slice of life (recuentos cotidianos), sino también puede entrar en otras categorías como la ciencia ficción.

Finalmente, para entender las preferencias actuales del lector peruano alrededor del yaoi y el yuri, creo que debemos tomar en cuenta las obras creadas por grupos como Estudio Kampai, Producciones KATSU, Michi Michi y Mint Holic. Además, debemos tomar en cuenta títulos recientes creados por autoras peruanas, como Acuerdos Matrimoniales de EClover, Nuestro último amanecer de Merulandia, y En este lado del río de Puridraws o Purishira.

Alexandra Arana Blas

Tusán. Literata e investigadora. Ama el anime, el manga, los cómics y los videojuegos tanto como la teoría. Considera la cultura popular como fuente de reflexión y de aprendizaje.

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