«Sen to Chihiro»: El sueño de una niña

 «Sen to Chihiro»: El sueño de una niña

Este artículo está dedicado a una de las obras cinematográficas más populares de Hayao Miyazaki: El viaje de Chihiro (千と千尋の神隠し Sen to Chihiro no Kamikakushi). Pareciera casi imposible que alguien no haya visto o escuchado sobre esta película animada y mucho se ha hablado sobre ella, pero al ser una amante empedernida de esta obra, es justo y necesario que un texto más sea dirigido a la existencia de esta obra maestra.

Un comienzo fuera de lo común

Comencemos describiendo un poco de qué va la historia, Chihiro es una niña de aproximadamente 10 años que deja atrás su escuela, sus amigos y su antiguo hogar, para mudarse a un nuevo lugar junto con sus padres. Desde los primeros segundos de la película, podemos notar que Chihiro es una niña testaruda y un tanto miedosa. Así que este cambio de hogar le resulta bastante intolerable, aburrido y triste. Rumbo a su nuevo hogar, en el auto junto con sus padres, podemos ver que Chihiro no tiene ni la más ligera emoción por conocer el nuevo lugar al que se dirigen. Pero el giro de suspenso y misterio empieza a los pocos minutos que sus padres toman un extraño atajo y llegan a un tipo de templo antiguo que les intrigará tanto que tienen la gran necesidad de bajar del auto y adentrarse en ese templo que servirá (sin que ellos lo sepan) como una especie de puente o portal entre el mundo humano y el mundo mágico al que Chihiro deberá enfrentarse sola.

El viaje espiritual de Chihiro

Sin rebelar algunas de las partes más cruciales de esta película (si es que aún no ves esta película) se puede percibir el mundo casi irreal que se debela a los ojos de Chihiro, a partir del primer momento trágico y hasta terrorífico que sufre con sus padres al cruzar aquel templo. Un mundo que cobra vida justo cuando comienza a caer la oscuridad de la noche. No podemos negar que hay una gran belleza en este nuevo mundo que Chihiro está presenciando, a pesar del miedo y confusión que nos transmite la pequeña niña, hay un deleite visual en las luces, las construcciones y  los colores que trae este lugar (característica de las producciones del Studio Ghibli).

Mucho se ha hablado o especulado si este lugar representa un tipo de “viaje espiritual” para la pequeña Chihiro. ¿Por qué de la nada tendría que aparecer ante ella un mundo en el que tiene que arreglárselas para sobrevivir ella sola? ¿Por qué tiene que enfrentarse a situaciones tan dolorosas y difíciles? ¿Acaso una niña de diez años tendría que vivir esta experiencia? Se puede hablar mucho de esta hipótesis y vamos, ¿quiénes somos para negar la posibilidad de esto en una película así? Pero Miyazaki bien ha explicado que la película está basada en un personaje real, en un viaje que tuvo con uno de sus amigos de trabajo, este llevó a su pequeña hija de la cual Miyazaki se inspiró para realizar esta obra. Si ya has visto la película, deja tu consideración está idea del “viaje espiritual”, seguramente te dejará algunas buenas ideas al respecto.

¿El viaje de Chihiro tiene similitud con Alicia en el País de las Maravillas?

Al tratarse de una historia sobre una niña que se cuestiona el por qué de su mundo, de las reglas que lo rigen y de sus emociones al respecto, pudiera ser que ambas obras tengan alguna relación. Pero eso sería una similitud creada más por los espectadores que por la propia obra. Si bien una de ellas es una creación dentro de la cultura occidental y a la otra, al contrario pertenece totalmente al mundo oriental, se debería apreciar a cada una por su contenido en particular e individual. En el viaje de Chihiro encontramos una gran variedad de elementos de la cultura japonesa, mismos que Miyazaki es capaz de plasmar de una manera mágica y al mismo tiempo melancólica en esta obra. Chihiro está en una constante situación de auto reflexión, descubrimiento de su personalidad, a la vez que lucha con un pasado que la atormenta pero que al mismo tiempo forma parte de ella. Todos estos puntos sin duda son parte del crecimiento del ser humano y realmente son procesos dolorosos y difíciles para todo aquel que se enfrente a ellos. Miyazaki nos muestra que desde la infancia nos enfrentamos a estos aspectos de la vida.

Haku, el Shinto y la naturaleza

Ahora, es inevitable que no se hable sobre este personaje: Haku. Se trata del fiel amigo de Chihiro, un niño que es aproximadamente de la misma edad que ella. Siendo un niño, Haku es el dios del río de aquel pueblo-mundo. Durante toda la película podremos apreciar que es el personaje que más ayuda a nuestra pequeña protagonista, no solo le advierte desde un inicio a Chihiro sobre el peligro de su mundo, sino que la protege y sobre todo la ayuda a encontrar el camino que ha de llevarla a regresar a su mundo. Es curioso que el Dios Haku o como lo llaman: Amo Haku, sea un niño, a pesar de tu joven edad podemos ver la valentía y pureza que hay en su interior. El otro lado de Haku que impacta a Chihiro es que, puede cambiar su forma a la de un dragón de la cultura japonesa, ya que él es el dios del río. En este punto se puede pensar en la fuerte influencia del Shinto de Japón y cómo de alguna manera se plasma en la cinta.

Hay dos aspectos al respecto que sería interesante planear.

La experiencia personal emotiva ante la belleza de la naturaleza

La cultura japonesa tiene este elemento que resulta impresionante y tan significativo. El reconocimiento de la belleza de la naturaleza. “Una profunda admiración de un ¡oh! ¡ah! ante la belleza del paisaje del País del Sol Naciente. Es un profundo sentimiento, entrañable e inefable de su encuentro con el fascinosum et tremens de la naturaleza”.

Encuentros constantes y de renovación con la naturaleza

Sin entrar mucho en detalle sobre religiones, sabemos que en la gran mayoría de estas, la asistencia pública a los lugares en los que se llevan a cabo las ceremonias es una práctica común y se realiza de manera comunal. Pues en el caso del shinto: “La espiritualidad japonesa no contiene tal ceremonial de culto público; pero sí incluye una renovación periódica con encuentros personales con la naturaleza de carácter ambiental individual. En efecto, muchos japoneses buscan encuentros de comunión íntima con la naturaleza con la frecuencia y modalidad que su apretada jornada laboral les permite”.

Amor y Naturaleza

El amor y respecto que se tienen a los dioses de la naturaleza, según el shinto es una experiencia que nos abre la perspectiva y nos hace repensar los limites de nuestro pensamiento respecto a la importancia de la naturaleza y el papel del ser humano en y con ella. Una niña y a su vez su amigo,  que recuerda su pasado gracias a la ayuda, primeramente de la fuerza y poder natural de un río y en segundo lugar del amor que surge entre el humano y su reencuentro con un elemento de la naturaleza. Esta mancuerna nos puede brindar una nueva visión de nosotros mismos, o eso es lo que no puede invitar a pensar esta película.

1 SHINTOÍSMO: EL CAMINO DE LOS DIOSES DE JAPÓN,  Lanzaco Salafranca, Federico. Universidad de Sophia, p. 20

2 SHINTOÍSMO: EL CAMINO DE LOS DIOSES DE JAPÓN,  Lanzaco Salafranca, Federico. Universidad de Sophia, p. 21

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