Re-inauguración del Museo de Saint Seiya
Hace algunos días le comenté a un grupo de amigos que tomaría algunas fotos en el museo de Saint Seiya. Su pronta respuesta no se hizo esperar, estaban sorprendidos porque no sabían que había un museo de tan prestigioso anime y un poco más sorprendidos porque cubrir un evento como este me alejaba de mi área de labor.
Si todavía leen esta nota me gustaría que supieran dos cosas: La primera, vi la serie cuando era niño (¿quién no la ha visto?) y la segunda es que tengo una memoria frágil.
Llegué al lugar y me encontré con una fila que llegaba hasta la puerta del museo. Había un invitado especial, Yamil Ayala, la voz de Aioria de Leo. Decidí esperar a que se despeje la multitud para poder fotografiar al invitado, mientras tanto caminé entre las vitrinas y me quedé sorprendido con la increíble y cuidada colección que se exhibía. Cuando tomaba algunas fotos reconocí en la vitrina un objeto que se encontraba enterrado en mí memoria. Me acerqué y lo observé por un momento, recordé el regalo de mí hermano. Sonreí.
A partir de ese momento me fui cautivando a tal punto que por momentos dejé de tomar fotos para poder observar, miré a mi alrededor y encontré a hombres y mujeres de todas edades, padres e hijos, hermanos, amigos,compañeros de trabajo, enamorados y personas solas. Conversé rápidamente con algunos de ellos y encontré un común denominador en la mayoría de historias. Todos relacionaban al anime en cuestión con alguien: un padre, un hermano o un amigo.
Paso el tiempo y las personas habían despejado el lugar donde se encontraba el invitado y el responsable de tan laborioso trabajo.
Detrás de la línea de seguridad trataba de averiguar quién estaba a cargo, de pronto un grupo de personas gritó ¡Jorge! Un hombre de saco volteó de manera sonriente para poder contestar el llamado. Era Jorge Vásquez el organizador del evento quien satisfecho por la amplia concurrencia;se acercó a ellos amigablemente dando calma a los apasionados fans.
Al preguntarle a Jorge Vásquez cual es el objeto que atesoraría, dentro de su colección de más de 6800 piezas, me respondió: “Yo creo que las que me dio mi papá, en el año 1995. Me las regaló por navidad y esas las guardaría con todo cariño para mis hijos”. Es allí que me doy cuenta de la trascendencia del anime y por ende del museo. El Museo, no es solo un lugar con la colección más grande de Saint Seiya: son navidades, regalos, familia, recuerdos,tardes, juegos, etc. Ese sábado me di cuenta que no tenía la memoria tan frágil.