La narratología de Cowboy Bebop

 La narratología de Cowboy Bebop

Hace veinte años se estrenó uno de los mejores ánimes de la década de los noventa –la cual tuvo picos muy altos como Sailor Moon (1992), Slayers (1995), Rurouni Kenshi (1996), The Vision of Escaflowne (1996), Evangelion (1996) y Trigun (1998)–, me refiero a Cowboy Bebop (1998). Aunque Shinichirō Watanabe (nacido en la antigua capital imperial de Kyoto en 1965) ya se había hecho conocido por varios trabajos anteriores, entre los que destaca su labor como co-director de los cuatro OVA de Macross Plus (1994), su nombre se terminó de consolidar como uno de los referentes de la animación japonesa con la historia de Spyke Spigel, ese cruce afortunado de Bruce Lee y Philip Marlowe.

Imagen tomada de https://www.teepublic.com/throw-pillow/2678422-see-you-space-cowboy

A continuación, haremos un pequeño comentario de la primera obra maestra de Watanabe -las otras dos son Samurai Champloo y Terror in Resonance– utilizando algunas herramientas de la narratología. Según este campo de estudio, todo relato es un acto de comunicación entre dos seres ficcionales creados por el autor: el narrador y el narratario. El primero es el sujeto de la enunciación representado por la obra y es el responsable de la selección de las peripecias contadas, de las palabras pronunciadas por los personajes, del orden de la historia, etc. El segundo, en cambio, es quien debe decodificar este mensaje y puede estar explícito o implícito en el discurso. En el caso de Cowboy Bebop, es aquel a quien están dirigidas las palabras finales de cada episodio de la serie (“See You Space Cowboy”).

Como ya lo hemos mencionado, la narración de los hechos o diégesis corre a cargo del narrador, el cual puede ser homodiegético, cuando se trata de un personaje secundario o testigo de la historia; homodiegético, cuando es el protagonista principal; y heterodiegético, cuando estamos ante un ente ajeno al universo ficcional representado. En ese sentido, Watanabe es bastante clásico porque utiliza a este último tipo de narrador. Sin embargo, dicha elección parte de su preferencia por el estilo cinematográfico del siglo XX más que del modelo de la literatura decimonónica; ya que, como veremos a continuación, la voz que cuenta la historia no incurre en los excesos de la omnisciencia, sino que se sitúa en un grado cero de conocimiento respecto a lo hechos narrados, salvo en los pocos flashbacks dispersos en la serie.

La focalización es el punto de vista que adopta el narrador y determina la cantidad-calidad del discurso que se invierte para contar una historia. Existen tres tipos de focalizaciones: la omnisciente (el narrador se coloca en una posición de superioridad sobre los hechos narrados), la interna (en la que se muestra el monólogo interior de uno o varios personajes como en los episodios finales de Evangelion) y la externa (en la que se describe el comportamiento de los personajes y las situaciones que generan, sin juicios o valoraciones). Esta “visión desde fuera” es la privilegiada en Cowboy Bebop, ya que los hechos son presentados como por una cámara muda que no interviene en lo que ocurre y que solo se restringe a mostrar cómo se desenvuelve la trama ante el espectador, quien es el encargado de cerrar el sentido de lo que está viendo y que además debe deducir el ethos de cada personaje a partir de su manera de comportarse y de las decisiones que toma. Por esta razón, cobra una gran importancia la construcción de los mismos, porque su psicología solo puede ser deducida a partir de los diálogos, silencios y gestos de cada uno de ellos, magistralmente pensados en esta obra.

Como vemos, la historia noir y adulta de Cowboy Bebop fue contada de una manera que se adecua perfectamente a su propósito comunicativo: captar un fragmento en la vida de cinco seres que por razones azarosas se juntaron para recorrer el espacio, como cinco planetas cuyas órbitas incompatibles, apenas se alinearon por un instante, para deleitarnos con su música.

eltripodedehelena

Estudié literatura e historia del arte. En la actualidad, me dedico a la docencia universitaria. Me gusta la música de los ascensores, las mascotas silenciosas y el té.

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