«Lady Oscar»: entre la norma y la transgresión

 «Lady Oscar»: entre la norma y la transgresión

Versailles no Bara, traducido como La rosa de Versalles o Lady Oscar, es un título conocido no solo por los amantes del género shōjo, sino también por todo otaku latinoamericano nacido antes del 2000. Presenta a Oscar François de Jarjayes, última hija del Comandante de la Guardia Imperial, y criada como hombre para poder sucederlo.

Así como el anime presentaba temas transgresores para la época, como el travestismo, los otakus más jóvenes podrán encontrar en este manga varios temas refrescantes y muy actuales. Por ello, el día de hoy presentaremos, gracias a Ibero Librerías el volumen 1 de La rosa de Versalles.

Revisitando un clásico: antecedentes de Lady Oscar en el Perú

Lady Oscar o La rosa de Versalles es un título que no resulta ajeno a los jóvenes otakus. Mucho menos a aquellos que han disfrutado de los primeros animes en señal abierta ni quienes asistieron a las proyecciones de Club Sugoi en los años 90 e inicios del 2000.

Como parte del primer grupo, recuerdo la novedad cada vez que veía, cuando tenía nueve años, al personaje de Oscar, allá por el 2003 en canal 5. Por esa razón, no puedo evitar la emoción al leer el primer volumen. ¿Qué se siente, ahora a mis 27 años, visitar otra vez esta historia? ¿Qué puedo decir de nuevo sobre esta obra?

Oscar y María Antonieta. Primera página de La rosa de Versalles, ECC Ediciones (2020).

Lady Oscar llegó al Perú en 1989, diez años después de su estreno en Japón. Se trata de una obra inserta en el género shōjo, cuyos temas no solo coinciden con las propuestas que trajo el feminismo estadounidense de segunda ola en Japón -la necesidad de debatir sobre sexualidad, familia, trabajo, derechos reproductivos, entre otros- por los años 70. También tiene influencias del Takarazuka Revue, un teatro conformado exclusivamente por mujeres, donde un grupo performa un rol femenino -las musumeyaku– y otro performa papeles masculinos -las otokoyaku-, y la misma literatura de Clase S, género inaugurado por Yoshiya Nobuko en la preguerra y cuyas historias desarrollan la relación entre chicas adolescentes en un espacio exclusivamente femenino.

A la izquierda, una otokoyaku, y a la derecha una musumeyaku. Vía: Kageki Hankyu

Para el momento en el que Lady Oscar llegó a nuestro país, nuestra cultura no era ajena, en el ámbito literario, al “travestismo”. Basta recordar la imagen de la mujer-varónmujer vestida con traje de varón para poder viajar con seguridad y pasar desapercibida en la esfera pública– en algunas obras de Shakespeare como Duodécima noche, o lo que quieras, o textos del Siglo de Oro español como la Historia de la Monja Alférez Catalina de Erauso, contada por ella misma. Este uso del traje lo que crea es una narrativa con un cuerpo ambiguo o trans, que, a su vez, permitirá abordar la tensión amorosa entre la mujer-varón y otras mujeres, tal y como sucede en el caso de Viola y Olivia en Duodécima noche, y Catalina de Erauso con sus múltiples prometidas.

Anne Hathaway en el rol de Viola, en la obra Duodécima noche de William Shakespeare. Vía: The New York Times

Asimismo, se estrenó en un momento en el que el feminismo y los movimientos LGBTIQ+ en el Perú habían cobrado fuerza. Muchas escritoras e intelectuales peruanas feministas habían unido esfuerzos desde la década del 70 para articularse y visibilizarse en la escena literaria y crítica local. Y en la década de los 80’s se crearon los primeros grupos LGBT en el Perú, con el surgimiento del MHOL y el GALF.

Todo ello permitió un boom de la literatura LGBTIQ+ peruana en la década de los 90, con la aparición de obras como Las dos caras del deseo (1994) de Carmen Ollé, Ximena de dos caminos (1994) de Laura Riesco, No se lo digas a nadie (1994) de Jaime Bayly, Efecto invernadero (1992) de Mario Bellatin y 56 días en la vida de un frik (1996) de Morella Petrozzi. Estos presentaron personajes con una sexualidad no heterosexual y una performance de género que cuestionaba la dicotomía masculino-femenino.

Finalmente, en el ámbito de la literatura, del 2000 en adelante encontramos obras que unen la identidad queer con la identidad fan. Títulos que ejemplifican ello son Cromosoma Z (2007) de Jennifer Thorndike, Kimokawaii (2015) de Enrique Planas y Compórtense como señoritas (2019) de Karen Luy de Aliaga.

Para cerrar estos antecedentes, al contexto histórico-literario hay que sumarle la tendencia homosocial y la larga tradición de colegios femeninos, masculinos y católicos en la capital. Desde el lado de los colegios femeninos, estos fueron espacios predilectos -hasta casi inicios del 2000- para un sector social y económico de la población. Ellos no solamente permitieron a las jóvenes el desarrollo de sus gustos y su personalidad sin una mirada adulta o masculina que las ciñera siempre a los roles de género, sino también se situaba, en ocasiones, como un espacio medianamente transgresor. Este espacio homosocial femenino, permitía, durante festivales o celebraciones, que las chicas performaran papeles masculinos durante las obras, actuaciones o danzas del colegio. Asimismo, tampoco era un espacio ajeno a la violencia física, psicológica o verbal entre chicas, a diferencia del estereotipo de “inherente delicadeza” de la mujer.  

Por todo lo anterior, al espectador peruano, especialmente al público adolescente femenino –target original del shōjo (1)-, no le serían ajenos los temas presentes en Lady Oscar (2).  

La rosa de Versalles: shōjo y transgresión

El primer volumen de La rosa de Versalles no solo resultó transgresor en su época. También presenta algunos temas que podrían resultar llamativos para el lector contemporáneo.

En primer lugar, la obra presenta diversos tropos clásicos del shōjo: la madurez emocional y física de la joven protagonista -visto en María Antonieta y Oscar-, el desarrollo del amor heterosexual -entre María Antonieta y Hans Axel von Fersen, y más adelante entre Oscar y André-, la amistad apasionada entre chicas -en la relación de princesa y guardián entre María Antonieta y Oscar, y luego entre Oscar y Rosalie-, el principio de hermandad y la rivalidad entre hermanas -visto en Jeanne y Rosalie-, y la contraposición entre la shōjo y la mujer adulta -en el antagonismo entre María Antonieta y Madame du Barry (3)-.

En segundo lugar, de los tres personajes principales del manga, María Antonieta, Hans Axel von Fersen y Oscar François de Jarjayes, será este último el más transgresor y que resalta las dificultades de ser un sujeto no normativo en la sociedad. Pese a haber nacido mujer, el padre lo cría como hombre y lo asigna como su heredero. Ello no solo le permitirá usar un traje de hombre en el espacio público, sino también el desempeñar un rol distinto al de otras mujeres de su época. Sin embargo, ¿ello supondrá una verdadera liberación y avance para Oscar?

Esta imposición del padre sobre Oscar creará un sujeto queer, es decir, un cuerpo que se mantiene en la periferia. Estolo podemos ver en múltiples escenas del manga, como cuando decide estar al margen en el conflicto entre María Antonieta y Madame du Barry, o cuando las damas de la corte señalan que se casarían con ella si hubiese nacido hombre. De esta forma, podemos observar a un personaje que es consciente de la posición ambigua en la que se encuentra.

Sobre la ambigüedad de su posición y el matrimonio, por un lado, el padre tiene la autoridad de darle a Oscar un espacio que, por lo general, es vetado a las mujeres. Pero, por otro lado, la corte de Versalles es un espacio que no garantiza la igualdad entre sus súbditos, ya que hay una distinción de las tareas por género -en su mayoría en correlación al sexo del individuo, salvo en el caso de Oscar- y no brindan una igualdad de derechos a Oscar -como la posibilidad de que se case con otros miembros de la corte- por tratarse de un cuerpo fuera de la norma.

Esto último se debe a que, en caso Oscar contraiga matrimonio con una mujer, no podría tener hijos legítimos -importante en el sistema de herencias de la corte y de las clases altas, y vital para entender la forma cómo se concibe actualmente la familia-, y de casarse con un hombre no podría cumplir exclusivamente con un rol maternal, ni cuidar del hogar ni administrar los bienes del esposo.

Además, Riyoko Ikeda resalta esta marginalidad, al situar a Oscar constantemente como espectador incómodo ante los comentarios que realizan las mujeres sobre su “belleza” o “elegancia” (4), o cuando se señalan sus “cualidades femeninas”, supuestamente inherentes a su sexo. Esto nos lleva a un tercer punto, donde es interesante cómo -al menos en la traducción en castellano- hay una fluctuación entre los pronombres masculinos y femeninos para referirse a Oscar, lo cual resalta su carácter ambiguo.

En conclusión…

La rosa de Versalles es un shōjo que, en el primer volumen, nos presenta el crecimiento de Oscar François de Jarjayes, quien se sitúa como un sujeto marginal y fuera de la norma. Se trata de un personaje que vive en una sociedad clasista y conservadora, que encuentra paralelos no solo con la sociedad japonesa en la cual nace este manga, sino también con la sociedad peruana de los años 80’s.

Tal y como se señala en el artículo “Lady Oscar: cuarenta años de la serie animada que rompió esquemas”:

No deja de ser curioso que un producto de la cultura japonesa —conocida por su apego a las tradiciones— sea el origen de estas reflexiones. Dice Andrea de Pablo que tiene que ver con que el manga es un territorio ficcional donde la ideología oficial se pone en entredicho por medio de comportamientos y reacciones que jamás serían permitidos en la vida real. Pero, es sabido, que este material sí tiene un impacto en quienes lo consumen. El innegable poder de la ficción

Catherine Subirana (2019)

Y este poder que tiene la ficción, específicamente el manga y anime shōjo, coloca en primer plano los problemas de la sociedad para crear una esperanza utópica en el espectador. Es decir, genera una esperanza de cambio social, donde todos los integrantes de la sociedad -sea cual sea su sexo, género o sexualidad- pueden gozar, algún día, de los mismos derechos e igualdad.

NOTAS

(1) Entonces, vemos paralelos entre el contexto que permitió el surgimiento del shōjo y sus espectadoras en el contexto peruano. Para más información, sobre los antecedentes y evolución del shōjo, leer el artículo sobre Catarsis de Mōto Hagio o el video del Centro de Estudios Orientales – PUCP sobre la evolución de la literatura de Clase S al shōjo y yuri.  

(2) Público que, en comparación a la crítica y recepción que tuvo Ranma ½ en los 90’s, no criticó ni satanizó a Lady Oscar. Quizás, una razón de ello, es el rechazo hacia la homosexualidad masculina y la transexualidad femenina, en comparación al lesbianismo y la transexualidad masculina, donde la primera fue interpretada o codificada como una amistad, y la segunda presentada como pasajera.   

(3) Lo cual corresponde también a un enfrentamiento entre la joven adolescente, quien se encuentra en una etapa liminal donde no ha contraído matrimonio ni ha tenido, supuestamente, relaciones sexuales, y la mujer adulta, de quien se espera haya contraído matrimonio y tiene una sexualidad al servicio del marido -o, en su defecto, al servicio de los hombres-.

(4) En ocasiones las damas de la corte se refieren a Oscar como “elegante” y las parisinas como “apuesto”. Vemos que en ambos casos hay incomodidad, pero en el adjetivo utilizado por las mujeres parisinas, aún más. Quizás se debe a la confusión de estas sobre el sexo de Oscar, ya que creen que es hombre, mientras que las primeras son conscientes de ello y optan por usar un adjetivo que podría usarse indistintamente en hombres y mujeres.

¿Hambre de más? Te recomendamos los siguientes textos:

Arana Blas, Alexandra. 2017. Representación y mecanismos de silenciamiento de personajes femeninos queer en dos novelas peruanas de los años 90: Efecto invernadero y Las dos caras del deseo (Tesis de Licenciatura de Literatura Hispánica, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, Perú).

Burkett, Elinor. “Women’s rights movement: political and social movement” Encyclopedia Brittanica. Consulta: 15 de enero de 2021.

https://www.britannica.com/event/womens-movemen

Chalmers, Sharon. 2009. Emerging Lesbian Voices From Japan. Nueva York: Routledge.

Cuba, Lucero. 2012. Entre orgullo y resistencias. Una aproximación al movimiento LGBT en el Perú. Lima: Programa Democracia y Transformación Global. Consulta: 15 de enero de 2021. < https://democraciaglobal.org/wp-content/uploads/Entre-orgullos-y-resistencias-pdf.pdf>

Driscoll, Catherine. 2002. Girls: Femenine Adolescence in Popular Culture and Cultural Theory. Nueva York: Columbia University Press.

Escobedo, Angélica. “El travestismo en el siglo de oro español”. Retruécano. Rebeldía retórica. 1 de mayo de 2017. Consulta: 16 de enero de 2021.

El travestismo en el siglo de oro español

Frederick, Sarah. 2006. Turning Pages. Reading and Writing Women’s Magazines in Interwar Japan. Honolulu: University of Hawai’i Press.

Hartley, Barbara. 2015. “A Genealogy of Boys Love: The Gaze of the Girl and the Bishonen Body in the Prewar Images of Takabatake Kasho”. Boys Love Manga and Beyond. History, Culture and Community in Japan. Eds. Mark McLelland, Kazumi Nagaike, Katsuhiko                 Suganuma y James Welker. Jackson: University Press of Mississippi, pp. 21-41.

Ikeda, Riyoko. 2020. La rosa de Versalles. Volumen 1. Traducido por Yasuko Tojo. Barcelona: ECC Ediciones.

McLelland, Mark y James Welker. 2014. “An Introduction to “Boys Love” in Japan”. Boys Love Manga and Beyond. History, Culture and Community in Japan. Eds. Mark McLelland, Kazumi Nagaike, Katsuhiko Suganuma y James Welker. Jackson: University Press of Mississippi, pp. 3-20. 

McLelland, Mark. 2016. “From Salor-Suits to Sadists: ‘Lesbos Love’ as Reflected in Japan’s Postwar ‘Perverse Press’”. U.S.- Japan Women’s Journal. Honolulu, número 27, pp. 27-50. Consulta: 23 de setiembre de 2020. <http://www.jstor.org/stable/42771918>

Nagaike, Kazumi. 2010. “The Sexual and Textual Politics of Japanese Lesbian Comics: Reading Romantic and Erotic Yuri Narratives”. Electronic journal of contemporary Japanese studies. <http://www.japanesestudies.org.uk/articles/2010/Nagaike.html>

Robertson, Jennifer. 1992. “The Politics of Androgyny in Japan: Sexuality and Subversion in the Theater and Beyond”. American Ethnologist. Volumen 19, número 3, pp. 419-442. Consulta: 23 de setiembre de 2020. <www.jstor.org/stable/645194>

Shamoon, Deborah. 2011. Passionate Friendship. The Aesthetic of Girl’s Culture in Japan. Honolulu: University of Hawai’i Press.

Subirana Abanto, Katherine. “Lady Oscar: cuarenta años de la serie animada que rompió esquemas”. El Dominical. Suplemento de El Comercio. 22 de octubre de 2019. Consulta: 15 de enero de 2021. <https://elcomercio.pe/eldominical/lady-oscar-el-anime-que-rompio-esquemas-noticia/>

Takarazuka Revue. Página Oficial. Consulta: 15 de enero de 2021. <https://kageki.hankyu.co.jp/english/index.html>

Tsuchiya Dollase, Hiromi. 2001. “Yoshiya Nobuko’s ‘Yaneura no nishojo’: In Search of Literary Possibilities in ‘Shōjo’ Narratives”. U.S.-Japan Women’s Journal. Honolulu, número 20/21, pp. 151-178.

Alexandra Arana Blas

Tusán. Literata e investigadora. Ama el anime, el manga, los cómics y los videojuegos tanto como la teoría. Considera la cultura popular como fuente de reflexión y de aprendizaje.

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