Monthly Girls’ Nozaki-kun: amor en los tiempos de un mangaka

 Monthly Girls’ Nozaki-kun: amor en los tiempos de un mangaka

¿Tu sueño es ser un mangaka exitoso y planeas hacer todo lo posible para que ese sueño se concrete? Genial. Quiere decir que todavía estás a tiempo. Así es. Presta atención: arrepiéntete ahora que tienes chance. No es broma. Recapacita. Reacciona. Recula. Retrocede. Y luego, mira Monthly Girls’ Nozaki-kun y convéncete.

Por supuesto, estoy exagerando. Monthly Girls’ Nozaki-kun (Gekkan Shoujo Nozaki-kun en su título original; Nozaki y su revista mensual para chicas, para su edición en español) fue lanzado originalmente el 25 de agosto del 2011 en el sitio web de Gangan Comics. Dicho sello editorial es propiedad del conglomerado empresarial Square Enix Holdings, famoso mundialmente gracias a su compañía subsidiaria Square Enix, desarrolladora de algunas de las franquicias de videojuegos de rol más populares de la historia (Final Fantasy, Dragon Quest, Kingdom Hearts y la lista sigue).

A su vez, Gangan Comics cuenta entre sus publicaciones a títulos igual de célebres, como Fullmetal Alchemist, Akame ga Kill!, Black Butler y Kakegurui. La aparición de Monthly Girls’ Nozaki-kun, sin embargo, es inusual.

Izumi Tsubaki: especialista en yonkoma

Escrito e ilustrado por Izumi Tsubaki, el manga en cuestión no es uno tradicional, sino un yonkoma, que en español quiere decir “manga de 4 viñetas”. Entonces, Monthly Girls’ Nozaki-kun está más próximo a lo que los occidentales conocemos como tira cómica, una historieta breve que relata un acontecimiento en pocos cuadros.  Pero, mientras que la tira cómica occidental normalmente presenta paneles distribuidos de forma horizontal, el yonkoma hace lo propio de manera vertical.

De esa forma, cada anécdota suele concluir en una sola hoja, en cuatro fases diferentes. Esta configuración dramática se conoce como Kishoutenketsu, y remite a las estructuras narrativas clásicas japonesas, chinas y coreanas. En Japón, las cuatro fases llevan el nombre de kiku (introducción), shouku (desarrollo), tenku (giro inesperado) y kekku (conclusión). Cabe precisar que esta estructura contiene una etapa más que el modelo clásico aristotélico, el cual condensa el relato en tres actos: planteamiento, nudo y desenlace. Para Monthly Girls’ Nozaki-Kun, cada desventura puede contenerse en una sola hoja y contarse en cuatro momentos claves.

Al tratarse, en esencia, de una tira cómica, hay que considerar las características del formato. Es decir, este manga no tiene una narración amplia que se suceda en varios episodios consecutivos. No. Un solo capítulo se divide en escenas independientes, cada una con su propia lógica interior. Y la lógica de este manga está subordinada al género donde encaja: la comedia romántica.

Entonces, Monthly Girls’ Nozaki-kun girará en torno a los malentendidos románticos provistos por dos protagonistas: Chiyo Sakura, una estudiante de secundaria, sensible, estudiosa e idealista; y Umetarou Nozaki, objeto amoroso de Chiyo, y mangaka en ciernes que vive y muere por su oficio (mangaka es el término japonés que designa al historietista). El germen cómico se erigirá a partir de estos objetivos opuestos e irreconciliables: Chiyo ama a Nozaki, pero Nozaki solo ama a su trabajo.

Ganganonline: biblioteca manga al alcance de un click

Este yonkoma de Tsubaki-san añade otra particularidad: su estirpe digital. Y es que Monthly Girls’ Nozaki-kun apareció primero en Gangan Online, la revista virtual gratuita de Gangan Comics que funciona en el dominio ganganonline.com.

Dicho sitio web ofrece una variedad de mangas en distintas configuraciones. El acceso a algunos números es previo pago o mediante el acceso a una aplicación para celular. Asimismo, el visitante puede navegar por una serie de títulos con episodios de libre acceso. Incluso, algunos números de Monthly Girls’ Nozaki-kun se encuentran disponibles para su lectura. Hasta se pueden apreciar banners celebratorios por el aniversario de esta exitosa franquicia. Lamentablemente, la totalidad de la página se encuentra en japonés.

Pero el propósito de este texto no se ciñe al manga, sino al anime del mismo nombre, producido por el estudio de animación Doga Kobo y estrenado en la cadena TV Tokyo el 07 de Julio del 2014. Por eso, ocupémonos de lo que nos compete: lo bueno, lo malo y lo feo de la adaptación animada de Monthly Girls’ Nozaki-kun, que en verdad debería llamarse Cómo aprender a vivir como mangaka explotando laboralmente a tus amigos sin que se den cuenta.

Romance ad-honorem

El argumento del anime sigue la misma pauta del manga: una tarde cualquiera, Chiyo Sakura decide confesarle su amor a Umetarou Nozaki, su compañero de clase. Sin embargo, Nozaki, que secretamente se desempeña como autor de manga shoujo, confunde la confesión de Sakura con un pedido de autógrafo, al cual accede. La confusión empeora cuando Nozaki entiende al pie de la letra una segunda revelación de Sakura: ella admite que, en verdad, quiere estar con él. Nozaki entiende, por supuesto, que la jovencita quiere estar con él, pero literalmente a su lado por toda esa tarde, ayudándolo a pasar a limpio los bocetos de su historieta. De pronto, Sakura acaba de convertirse en la asistente ad-honorem de su amado.

La manera en que este título presenta a ambos protagonistas es ideal. Sin siquiera ser consciente de ello, el espectador puede reconocer el conflicto principal que articulará todo el drama: el amor imposible entre los protagonistas.

¿Amor a primera vista?

Esta pugna romántica irreconciliable no es original, pero no por eso la intriga deja de ser eficaz. ¿Cuántas ocurrencias es capaz de acometer Sakura para declararle su amor a Nozaki? ¿Qué tan imperturbable puede permanecer Nozaki ante las indirectas de nuestra heroína? Mientras tanto, el espectador sufre y goza con las idas y venidas de este romance, aderezado por las carencias presentes en la vida laboral de los mangakas en Japón.   

Crónica de un naufragio laboral

Y quizás aquel flanco de la anécdota sea el más interesante. Porque Monthly Girls’ Nozaki-kun no solo funciona como una comedia romántica, sino también como una crónica que desmenuza el día a día de los artistas gráficos en tierras niponas. Después de todo, Nozaki es un dibujante que se está abriendo paso en el ultra competitivo mercado gráfico japonés.

El manga de su autoría, llamado Let’s Fall in Love (que en español quiere decir Enamorémonos) se publica en Monthly Girls’ Romance, una revista típica de manga shoujo que agrupa trabajos de varios autores, y que se imprime en papel económico (como suelen ser este tipo de revistas antológicas). Además, Let’s Fall in Love también se edita en tankobons (volúmenes serializados que recopilan los episodios de un único título, los cuales pueden haber sido publicados previamente en alguna revista similar a Monthly Girls’ Romance).

Chiyo Sakura leyendo Let’s Fall in Love en Monthly Girls’ Romance

Por lo tanto, Nozaki es un mangaka con presencia en el mercado. ¿Y cómo es la vida de un artista gráfico en actividad en el Japón de hoy? Según lo que podemos atestiguar en la serie, se trata de una vida sacrificada, por utilizar una expresión benigna. Porque la historieta no acaba con el trazo final de la última viñeta. Ese es solo el comienzo.

¿Todo sea por el amor al arte?

Una vez que Nozaki concluye su primer boceto, debe recurrir a sus asistentes para que acaben de darle forma a su nueva entrega. Esto involucra a Sakura, que tiene el rol de entintadora (básicamente, ella es la que pasa a limpio el boceto).  Además de Sakura, Nozaki cuenta con tres asistentes adicionales: Mikoto Mikoshiba, que se encarga de decorar los fondos con detalles ornamentales; Masayuki Hori, responsable de diseñar las escenografías que adornarán los fondos; y Hirotaka Wakamatsu, hábil para la incorporación de sombras y texturas en la copia final que luego será enviada al editor.

El trabajo no para

Por supuesto, al tratarse de un artista de éxito relativo, Nozaki no puede darse el lujo de pagarle a sus asistentes, quienes lo ayudan de buena voluntad. Pero la necesidad de Nozaki no conoce límites: ahí están las arduas sesiones de dibujo del equipo, que puede incluir jornadas sin cenar, e incluso amanecidas; lo que sea con tal de terminar el último número pendiente. Y no hay que dejar de lado el trabajo de campo: incursiones en el exterior para encontrar material de referencia (desde modelos humanos hasta ejemplos escenográficos), y viajes a tiendas por departamento para suplir la falta de herramientas de dibujo.

Y la única recompensa que reciben los amigos/asistentes de Nozaki es la satisfacción de haber colaborado con un mangaka auténtico. ¿Dónde está la Sunafil cuando se le necesita?

¿Comedia romántica o sátira de denuncia?

Entonces, Monthly Girls’ Nozaki-kun nos permite experimentar, de primera mano, la trayectoria editorial de una historieta nipona, desde su gestación en la fase de inspiración (basta que algo mínimamente memorable le pase a Nozaki para que este extraiga su libreta y lo registre como potencial episodio próximo), hasta su tramo final, cuando el editor a cargo da el visto bueno (si es que no solicita alguna corrección inmediata).

Y en el ínterin, sufrimos juntos a nuestros héroes la enredada madeja de problemas con los que tienen que lidiar: líos románticos, obligaciones académicas, minucias cotidianas (como comprar víveres o ropa) y hasta la presión de los jefes (no solo están los rígidos plazos de entrega, sino también la imperante necesidad de ofrecer un producto que no se aleje de las expectativas del público y que no arriesgue las ventas de la casa editorial).

Ni siquiera la enfermedad disuade a nuestro mangaka favorito

Aunque no se trata de un anime de denuncia, el mensaje entre líneas es evidente: la vida de los artistas gráficos nipones es una ordalía sin fin. El estado japonés no garantiza su estabilidad económica ni protege sus derechos laborales. Al contrario, sume a los artistas en la precariedad profesional. No hay día de descanso ni vacaciones y, la mayoría de las veces, el tiempo libre de los dibujantes debe ser puesto al servicio de la revista. Eso es justo lo que demuestra la actitud de Nozaki: contra viento y marea, aunque llueva o truene, siempre prevalece su afán por ser un verdadero obrero del manga.

Amor en los tiempos del shoujo

Pero Monthly Girls’ Nozaki-kun no es un documental y, a pesar de servir de retrato del arduo día a día de un mangaka, también es una irreverente comedia romántica. Todo asomo de solemnidad es desbaratado con la introducción de un elemento inesperado. La colisión de lo ceremonioso con lo absurdo en un entorno adolescente (donde los sentimientos más extremos aguardan a flor de piel) resulta en desatinos divertidísimos, que a su vez propician disparates de mayor envergadura.

¿shoujo dentro de otro shoujo?

Además, hay un dimensión adicional que puede pasar desapercibida, y esa es la cualidad meta-dramática que posee la serie. Porque, recordemos, Nozaki es un fabricante de fantasías románticas para jovencitas adolescentes (su manga, Let’s Fall in Love, se rige bajo los preceptos del género shoujo). Al mismo tiempo, la propia historia romántica entre Chiyo y Nozaki se va desenvolviendo en una mecánica similar (y Nozaki lo evidencia cada vez que se esmera en incorporar las experiencias propias en sus ficciones gráficas). De esa forma, el espectador es capaz de reparar en las particularidades del género romántico gracias al efecto espejo que se crea por el reflejo de una ficción dentro de otra ficción.

Al final de cuentas, de eso se trata: de como el romance siempre impone sus veleidades en el papel y en la vida. En Monthly Girls’ Nozaki-kun, el amor, como en casi todas partes, es un vehículo para poner en aprietos hasta a los más avezados; y es esa vorágine la que invita al espectador a ser cómplice de nuestros héroes colegiales. Es natural que cualquiera que disfrute con las desventuras de estos adolescentes se sienta identificado. Después de todo… ¿Quién no ha sido víctima de las peores torpezas a la hora de congeniar el amor con el trabajo, los estudios, o con cualquier cosa?

rafael flores figueroa

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