«Shiki Oriori»: esperanza y cambio en el donghua

 «Shiki Oriori»: esperanza y cambio en el donghua

Nada es fijo. La vida siempre es un constante cambio y Shiki Oriori reflexiona sobre la necesidad de adaptarse a estos.

Shiki Oriori (en Netflix Latinoamérica Shiki Oriori: Sabores de la juventud) es una película de anime estrenada el 2018. Es una coproducción chino-japonesa entre CoMix Wave Films y Haoliners Animation League que presenta tres relatos: “Fideos de arroz”, “Un pequeño desfile de modas” y “Amor en Shanghai”.

Si bien estos no se conectan hasta el final, el encuentro de los protagonistas en un aeropuerto es un elemento vital, ya que nos está planteando revisar las tres historias desde la perspectiva de la migración, el movimiento y el cambio. Estos temas nos pueden hacer recordar a las obras de Makoto Shinkai tanto por sus referencias al pasado, como lo efímero, la nostalgia y la pérdida del ser amado, pero Shiki Oriori los aborda desde una perspectiva distinta.

A partir de los “valores” y características de la cultura china, la película hace hincapié en la familia, los lugares y objetos de encuentro, la esperanza de una reunión y la reconciliación entre el presente y el pasado.  

“Fideos de arroz”: ciudad, pasado y nostalgia

La primera entrega presenta a Xiao Ming, un joven adulto que vive en la ciudad de Beijing. En los primeros minutos lo vemos saliendo de una estación de tren y dirigiéndose a tomar desayuno en una tienda de comida rápida. Ahí reflexiona sobre sus sentimientos y su pasado: ¿vale la pena haber dejado su pueblo? ¿Qué recuerdos despierta en él dicho lugar? 

La dura ciudad hace que los rostros sean inexpresivos. Probablemente yo soy uno de ellos […] siento que extravié algo. Adormecidos, perdemos el sabor del hogar […] ¿Adónde fueron todos los recuerdos?

Xiao Ming, “Fideos de arroz”

Para él la ciudad es un lugar con gente distante y sin afecto, donde algo se pierde. Y ni siquiera la comida que debería hacerle recordar al sabor de su hogar logra tranquilizar su alma. Así es como comienza una narración en racconto -cuando se presenta eventos del pasado que van progresando de manera lineal hasta el momento inicial de la historia-. Xiao Ming nos presenta sus días de niñez y juventud en Hunan, cuando desayunaba sopa de fideos San Xian con su abuela. Asimismo, recuerda su adolescencia y su primer amor.     

En primer lugar, la historia nos presenta un contraste entre la ciudad (Beijing) y el campo/pueblo (Hunan). El primero es retratado como una ciudad donde siempre llueve y donde la comida -representada en la sopa de fideos- es diferente a la de su infancia: son fideos son casi perfectos, pero trae menos guarniciones y es más costosa. El pueblo de Hunan en el que nació y creció, por otro lado, es representado con colores brillantes y estaciones cambiantes (un gran verano o un lugar lleno de nieve). Y en cualquier clima, Xiao Ming recuerda que iniciaba su día tomando una sopa de fideos que se caracterizaba una preparación casera.

En estos recuerdos, vemos que el protagonista siente fascinación por la comida y su preparación, pero ante todo recuerda estos sabores con cariño porque le hace recordar a sus días con su abuela. De esta forma, la mesa y la comida son el espacio de reunión con su familia, especialmente con la abuela, quien representa su pasado.  

Algunos autores han explorado la importancia de la comida en la cultura china, como Guansheng Ma, quien señala que esta ayuda a formar relaciones interpersonales y a crear una comunidad. En ese sentido, la comida en la sociedad china es importante para establecer o fortalecer vínculos, lo cual se puede apreciar en la costumbre de invitar a comer al otro, así como de servir los platos al centro de la mesa. Esta tradición de compartir la comida y comer en grupo permite el establecimiento y transmisión de una cultura.

A partir de ello podemos entender el fuerte apego que siente Xiao Ming hacia su abuela y, especialmente, la nostalgia hacia su lugar de origen. Asimismo, el hecho de que resalte la abundancia de ingredientes en la sopa San Xian que comía en Hunan no es un detalle gratuito no es para sacarnos pica o un fanservice para los amantes del food porn xP.

Esta descripción tiene el objetivo de desmentir la pobreza del campo y hacer una crítica hacia la ciudad. Para sustentar ello podemos retomar el argumento de Guansheng Ma, quien señala que la comida suele ser signo de estatus social: la presencia de carnes o ingredientes raros suelen demostrar mayor adquisición económica y suelen ser presentados con el deseo de mostrar respeto a los invitados. Además, la importancia de la comida en la cultura china llega a ser tal que incluso cada alimento tiene un simbolismo y se utiliza para conmemorar eventos importantes, o con ella se premia o castiga algún logro.

Y es que, pese a la gran flexibilidad y adaptabilidad de la comida china (1), para Xiao Ming la comida de la capital no puede equipararse a la de Hunan.

Este componente de unión y calidez que le brinda la comida le hará recordar también otros eventos de su pasado, como el primer amor y las horas antes de la escuela. A su primer amor la recuerda con cariño: una chica de clases superiores a la que veía pasar todos los días frente al local donde él tomaba sopa. Sin embargo, nunca pudo hablar con ella, y con el tiempo dejó de verla. Pero no por ello siente angustia, lo cual muestra un personaje consciente de lo efímero de las cosas y que se caracteriza por estar acostumbrado al cambio.

De igual manera, es testigo de los cambios del negocio donde solía tomar sopa antes de ir a la escuela. Y aunque estos cambios lo apenan, Xiao Ming no se opone a ellos. Por el contrario, muestra una predisposición, tal y como la misma comida china se adapta a su entorno.

Por último, el retorno al pueblo de origen y la visita a la casa familiar con motivo del fallecimiento de su abuela, es un último signo de cambio -y aparente fin- en “Fideos de arroz”. El protagonista no percibe este evento como traumático. Lo acepta como parte de la vida, con lo cual el espectador nuevamente se reafirma en una lectura donde el protagonista tiene la capacidad de aceptar y adaptarse ante los cambios.

Xiao Ming no podrá olvidar su pasado ni su lugar de origen, y queda en él cómo reformula su relación con la ciudad.

Familia y cultura de chicas en “Un pequeño desfile de modas”

“Un pequeño desfile de modas” transcurre en Cantón. Nos presenta a Yi Lin, una de las modelos más famosas de China que cree que será próximamente desplazada por otras modelos más jóvenes. Dicho temor aumenta cuando ingresa un nuevo jefe a la compañía en la que trabaja y cuando su enamorado toma interés en una modelo que considera su “contrincante”: Shui Jing.

En este contexto, la angustia de Yi Lin provocará que se distancie de su hermana, la única familia que le queda, y de Steve, quien pese a ser su manager es la única persona fuera del hogar que la aprecia y reconoce fuera de su belleza externa.

Lo único que tengo es este cuerpo. La belleza se esfumará si lo permites […] Cuando dejé de trabajar, parecía que había desaparecido. Hay muchos reemplazos. El mundo seguirá sin mí.

Yi Lin, “Un pequeño desfile de modas”

La película resalta muchos elementos que nos podrían remitir al shōjo bunka japonés: el principio de hermandad, la vida burguesa y el consumo -moda, revistas y películas-. A partir del caso japonés, sabemos que el surgimiento de una “cultura de chicas” se dio en las grandes ciudades, gracias a un contexto de bonanza económica que permitió a un grupo de mujeres tener mayor acceso a la educación y/o la economía.

En China, una de las ciudades que se desarrolló económicamente gracias a la industria de la seda fue Cantón (Guangdong), lugar que vio hasta 1920 una migración de mujeres que trabajaron en dicho rubro. Se sabe que tuvieron una relativa independencia económica que les permitió formar gremios y no contraer matrimonio. Asimismo, la ubicación de esta ciudad fue vital para el comercio marítimo y el intercambio cultural.

Todos estos factores serán importantes para entender por qué la locación de esta historia y los temas que trata. Pero a diferencia del shōjo bunka japonés, que resalta los lazos de “hermandad” entre adolescentes en la escuela, esta narrativa coloca en primer plano la importancia de la unidad familiar y el apoyo mutuo.   

Yi Lin es un sujeto que ha interiorizado los “valores” de la economía de consumo (2) (3): como modelo -cuerpo que trabaja en la industria de la moda- se percibe como cuerpo efímero y que puede ser fácilmente desechado. Y este temor se acentúa cuando conoce a Shui Jing, joven modelo que la va desplazando en el espacio de la moda e incluso genera interés en su enamorado, quien la deja por ella. De esta manera, Shui Jing representa un sistema que promueve la competitividad entre mujeres, la preferencia por la juventud -pues son cuerpos que representan la productividad y reproductividad– y el quiebre en las relaciones de comunidad.

Como contraparte, se encuentra Lu Lu, la hermana de Yi Lin. Las dos son huérfanas y fueron criadas por separado por unos familiares. Sin embargo, cuando la protagonista obtuvo empleo en la industria de la moda decidió hacerse cargo de su hermana menor. Pese a vivir juntas, Yi Lin no le confía sus problemas a Lu Lu, lo cual provoca un quiebre en la relación familiar (4). De igual manera sucederá con Steve, manager y amigo de Yi Lin, quien pese a los años de trabajo juntos, no logra que Yi Lin sea honesta y le comente sus miedos (5).

Todo lo anterior muestra a una protagonista que ha roto con los lazos de comunidad y que se siente atomizada en la sociedad. Tal es el estado de Yi Lin que espacios como el hogar -y en especial el comedor-, que deberían permitir la unión familiar y amical, demuestran en la película la separación y el quiebre de las relaciones amicales y familiares.

Pero al final de la película, lo que paradójicamente unirá a las hermanas será aquello que causó la atomización de Yi Lin: la moda. Lu Lu tiene interés en estudiar diseño y establecer su propia compañía, en la cual desea trabajar junto con su hermana. De esta forma, ambas no solo volverán a restablecer los vínculos familiares, sino también recordar que este interés por la moda y la costura se lo deben a su madre.

El mundo cambia rápidamente. Las modas, la gente y nosotras, las modelos. Esta carrera no durará para siempre. Pero aún quiero brillar por mi hermana, mi única familia.

Yi Lin, “Un pequeño desfile de modas”

Por lo tanto, “Un pequeño desfile de modas” propone la posibilidad de un mercado de la moda y el consumo libre de la individualización y la atomización del sujeto. Esto se logrará a través de un modelo donde primen los lazos familiares y amicales, lo que se ve reflejado en el deseo de las hermanas por establecer en el futuro su propia firma de moda.

“Amor en Shanghai”: Recuperando la tradición (y el amor)

La última historia se titula “Amor en Shanghai”, y presenta a tres amigos de infancia -Pan, Li Mo y Xiao Yu- que viven durante su adolescencia en un antiguo barrio estilo shikumen.

Esta entrega nos presenta a Li Mo y Xiao Yu, quienes sienten atracción el uno por el otro, pero se tendrán que separar una vez terminen la escuela, ya que los padres de Xiao Yu desean que ella postule a la universidad de Yangpu. Sin decírselo a sus amigos, Li Mo decide sacrificar todo y postular a la misma universidad, ingresando a la carrera de arquitectura. Y aunque él es aceptado, no lo será Xiao Yu, lo cual supone una despedida para la pareja.

Dicho ingreso a la universidad supondrá una alegría para la familia, ya que encontrarán una razón para mudarse del antiguo shikumen, y con ello “progresar”y ascender socialmente. Aunque todo esto debería interpretarse como símbolo de éxito, para Li Mo aquellos sacrificios resultan ser una carga en la vida adulta. Pese a que estudió en una universidad prestigiosa y obtuvo trabajo en una compañía reconocida, siente que ha dejado de lado sus sueños y su creatividad -estos, desplazados ante la jerarquía y la obediencia a una autoridad-, así como el vínculo con sus amigos, su familia y su pasado.

Esta primera separación viene acompañada de una segunda, en la cual Xiao Yu viaja a Estados Unidos para estudiar. Vemos entonces como una constante la “idea del progreso” y la migración. Se considera de bajo estatus vivir en un lugar antiguo -pese a que el shikumen en algún momento fue símbolo de modernidad al ser un modelo arquitectónico basado en la estética occidental- y no lograr ingresar a una universidad estatal reconocida. Por ello, tanto los padres de Li Mo como de Xiao Yu estarán a la expectativa de que sus hijos logren los mejores puestos y trabajos.

En ese sentido, es tal el deseo de la familia de Xiao Yu por progresar que vemos cómo ella viaja a Estados Unidos con el fin de adquirir conocimiento en el extranjero y, en el mejor de los casos, quedarse, o retornar al país de origen para obtener un mejor trabajo. Este deseo que yace detrás de la migración se da con la expectativa de que la joven no pierda su cultura en el proceso.

Este “ideal del progreso” no solo lo vemos en las familias, sino también en la sociedad a través de la modernización de la ciudad. Al inicio de la película apreciamos que el jefe de Li Mo le encara que los inversionistas apuestan por grandes edificios. Y en la ventana de su cuarto él ve cómo, poco a poco, las zonas antiguas de Shanghai van desapareciendo.

Vemos entonces un proceso que busca “borrar” todo rastro de lo antiguo -edificios, objetos y hasta personas-, lo cual es considerado como signo de “atraso” y “pobreza”, y dar paso a lo “nuevo”. Esto lo podemos confirmar cuando Li Mo regresa al shikumen, el cual luce abandonado y casi destruido. Incluso parece habitar únicamente su abuela. De esta forma, podemos presenciar que en este ímpetu de modernización se desplaza e invisibiliza lo que se considera como “antiguo” e “inútil” o abyecto- para la sociedad (6).

No obstante, será la interacción con este espacio y con sus objetos lo que le permitirá a Li Mo reconciliarse con su pasado. Tras escuchar unos cassettes que había intercambiado con Xiao Yu, decide no abandonar su pasado y emprender un nuevo proyecto: modernizar el shikumen y convertirlo en un atractivo turístico. Con ello iría a contracorriente del sentido común: la destrucción de lo antiguo.

Finalmente, este rescate del pasado por parte de Li Mo vendrá acompañado con el retorno de Xiao Yu. Él, quien ha restaurado una zona llena de historia en Shanghai -lo cual simboliza un respeto por la tradición y el pasado-, podrá reencontrarse con Xiao Yu, quien regresa a China con el conocimiento del extranjero y la modernidad.

De esta forma, la narración propone la posibilidad de una sociedad que pueda lograr la modernidad sin que por ello tenga que borrar su pasado. Asimismo, este proceso de modernización y globalización no tiene que implicar una aculturación. Y por el contrario, se presenta a una generación de jóvenes que conciben el éxito como la posibilidad de establecer una convivencia entre la tradición y la modernidad.

CONCLUSIONES

Finalmente, llama la atención que Shiki Oriori cierre la película con los protagonistas de las tres historias en el aeropuerto. Y esto no debería extrañar al espectador, pues este espacio debe ser entendido como aquel que simboliza la esperanza de la adaptación, la comunicación y el  cambio enuna sociedad globalizada.

Por lo tanto, a partir de los temas que hemos expuesto a lo largo del artículo –el pasado, la migración, la modernidad y la tradición– vemos cómo cada uno de los personajes se ha adaptado a su entorno. Y no solo eso; los protagonistas critican algunos sentidos comunes -la pérdida del pasado, la destrucción de lo antiguo y el desplazamiento de algunos cuerpos- y proponen nuevas soluciones ante los problemas que los rodean.

La película parecería recordarle al espectador que la sociedad china, tan acostumbrada al desplazamiento y la migración, siempre encuentra una forma de adaptarse al cambio sin perder en el proceso su pasado e identidad.

Notas:

(1) Autores como Chang señalan la gran flexibilidad y adaptabilidad de la comida china, pudiendo reemplazar ingredientes o prescindir de estos. Incluso un mismo alimento puede ser preservado de diversas maneras y presentar diferentes sabores gracias a los distintos procesos de conservación que tiene la cocina china. Esta también se caracteriza por su capacidad de aprovechar al máximo los ingredientes para hacer con ellos la mayor cantidad de platos posibles. Según Kathy Lin esto se debe al principio llamado “yi xing bu xing”, en el cual se debe usar para la cocina todas las partes del animal así como el ser humano utiliza todas las partes de su cuerpo en la vida diaria.

(2) Hay que recordar que China tiene un modelo mixto, donde en el plano económico prácticamente es un país capitalista.

(3) Sobre la noción de los cuerpos en una sociedad capitalista, extractivista y tecnologizada, revisar los artículos de Mononoke Hime y Shelter.

(4) Resulta de más curioso que el nombre del personaje se asemeje al término “lala”, el cual hace referencia al lesbianismo en China. Este dato, junto con la presencia de una “cultura de chicas” -que en Japón llevó a la creación de una cultura que promovía las “amistades apasionadas” entre mujeres adolescentes- lleva a pensar en una reformulación de la “cultura de chicas” en China. En ella, se mezclarían conceptos de piedad filial y los vínculos familiares. Por ello, la película resalta esta “cultura de chicas” donde hay una fuerte relación de hermandad y amistad. Sobre las “amistades apasionadas” y el “amor espiritual” en el shōjo bunka, leer el artículo de Liz and the Blue Bird, y sobre la importancia de la piedad filial y los vínculos familiares, ver Their Story y el cine de Alice Wu.

(5) Es interesante cómo esta “cultura de chicas” permite la inclusión del homosexual -visto en la figura de Steve-, un cuerpo que, por lo general, no suele ser aceptado en la sociedad.

(6) Sobre los cuerpos abyectos, revisar el artículo de Mononoke Hime, en el cual se señala la separación entre un cuerpo “productivo” e “improductivo”, así como el lugar que le da Lady Eboshi en la sociedad a los leprosos.

Bibliografía

Chang, K.C. 2008. “Food in Chinese Culture”. En Asia Society. Consulta: 20 de octubre de 2020.

https://asiasociety.org/blog/asia/food-chinese-culture

Han, Qijun. 2019. “Diasporic Chinese family drama through a transnational lens: The Wedding Banquet (1993) and Saving Face (2004)”. International Journal of Media & Cultural Politics. Volumen 15, número 3, pp. 323-343.

Kennedy, Ryan. 2016. Fan and Tsai: Food, Identity, and Connections in the Market Street Chinatown. Doctorado en Filosofía, Departamento de Antropología. Indiana: Indiana University.

https://www.academia.edu/30904376/Fan_and_Tsai_Food_Identity_and_Connections_in_the_Market_Street_Chinatown

Li, Haili. 2019. “Representations and public discourse of Chinese family cultures across media platforms”. International Journal of Media & Cultural Politics. Volumen 15, número 2, pp. 239-247.

Lin, Kathy. 2000. “Chinese Food Cultural Profile”. En EthnoMED. Consulta: 20 de octubre de 2020.

Ma, Guansheng. 2015. “Food, eating, behavior, and culture in Chinese society”. Journal of Ethnic Foods. Volumen 2, número 4, pp. 195-199. Consulta: 20 de octubre de 2020.

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352618115000657

“LGBTQ History”, blog en A Summers’ End: Hong Kong 1987. Consulta: 26 de octubre de 2020.

https://www.asummersend.com/blog/queering-history

El shikumen, historia y modelo arquitectónico:

https://en.wikipedia.org/wiki/Shikumen

Alexandra Arana Blas

Tusán. Literata e investigadora. Ama el anime, el manga, los cómics y los videojuegos tanto como la teoría. Considera la cultura popular como fuente de reflexión y de aprendizaje.

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