Majo no Tabitabi: Cinismo mágico

 Majo no Tabitabi: Cinismo mágico

¿Quién es esta hermosa chica que lleva un broche que señaliza su status de bruja, cuyo pálido cabello aletea…? Sí, eres tú. Siempre será Elaina, el centro y origen de su propio universo ficticio. Narcisista, cínica y ambiciosa, pero nunca menos grandiosa. Majo no Tabitabi es una obra no apta para aquellos que esperaban vivir un viaje inspirador y conocer personas llenas de bondad.

«Literature», opening de Majo no Tabitabi.

Hay muchas aristas que podrían dar pie a escribir diversos artículos sobre el que fue uno de los títulos más populares de Otoño 2020. Con una premisa simple y relativamente episódica, Majo no Tabitabi trata sobre el largo viaje de Elaina, una chica prodigio que se graduó como bruja a los 14 años. Sus aventuras van desde reencontrarse con su maestra y ayudar a sus alumnos, hasta visitar un hogar con indicios morbosos de abuso infantil, por ejemplo.

Aquello que me motivó a escribir esta nota fue una reseña negativa sobre el anime que leí en internet, la cual estaba fundada principalmente en que toda la historia y sus elementos son cínicos. Hay muchas cosas que se le podrían criticar a la serie, pero aquí eligieron bajarle el dedo porque “si quiero recordar que el mundo apesta, mejor veo las noticias”. Considero que esta clase de enfoque no debería ser relevante al puntuar (objetivamente) una serie.

Humor pálido

Hablando exclusivamente del anime, para mí Majo no Tabitabi califica como un slice of life debido a su carácter episódico, y a que Elaina experimenta algo de las vidas diarias de las personas que conoce en su aventura. A mí no me molestó que su personaje casi no haya sido desarrollado a lo largo del anime, pero esta sí podría ser una crítica válida. No hay mayor motivación en ella más allá de ganar dinero, comer, llevar una buena vida y ser elogiada.

Elaina reaccionando ante a una bolsa llena de dinero.

Es entendible, en ese caso, que el espectador opte por determinar qué tanto se puede relacionar con la personalidad de Elaina, o si es que le cae bien o no. Y bueno, también es comprensible que no cualquiera aprecie a una persona narcisista con monólogos arrogantes y que ama que le inflen el ego. Sin embargo, más allá del tema de sus motivaciones y su desarrollo, el personaje de Elaina es coherente, funcional y pertinente con el universo ficticio que plantea la historia.

Como bien lo describe la crítica, se trata de un viaje a través de un mundo nihilista y morboso cuya fuerza motora es un protagonista narcisista. Pero este no es planteado exageradamente, ni se acerca a ponerse modo Akame ga Kill! aún en su episodio más violento. Mi punto es el siguiente: ¿Qué tiene de malo con que el autor opte por que su mundo ficcional juegue cómicamente con el morbo? ¿Por qué estaría mal que la mayoría de personajes tengan siempre algo de maldad?

Pesimismo del bueno

Uno de los episodios que más me gustó fue el 6, y creo que ejemplifica muy bien el sentir del universo de Majo no Tabitabi. Elaina llega a una ciudad en la que las personas no pueden decir mentiras, y observa a sus alrededores que todo anda muy silencioso. Los guardias lo introducen como un territorio en el que no hay mentirosos, y se ríen cínicamente al decirle “¡bienvenida a este país maldito!».

Segmento del episodio 6 de Majo no Tabitabi. Para observar las expresiones, la indiferencia y el disfrute de los pobladores ante la pelea. Las respuestas de Elaina son también muy propias de ella.

A Elaina parece no importarle mucho –para variar- las circunstancias ni el comportamiento de la gente, más allá del factor curiosidad que la llevó a entrar al país porque sí. Como se puede apreciar en el anterior segmento del episodio, el poblador da a entender que las personas simplemente no pueden evitar mentir. Que, por naturaleza, el hablar siempre con la verdad desencadenará en peleas.

No obstante, esto es presentado como un asunto trivial e incluso con un tono burlesco. Majo no Tabitabi no pretende ser un ejemplo de valores o moral, ni busca satisfacer a la audiencia con una enseñanza o reflexión detrás del cinismo que presenta regularmente en cada episodio. Más que no tomarse en serio a sí mismo, la serie parece ser fiel a la actitud de la propia Elaina respecto a sus alrededores: nihilista, adoptar un rol más de espectador, de evitar involucrarse en problemas ajenos en la medida de lo posible.

La plata mueve al mundo, y tanto Elaina como su cliente Estelle lo saben muy bien.

Cada mundo en lo suyo

Algunas personas compararon a la serie con Kino no Tabi: The Beautiful World, y el autor de la reseña hizo hincapié en el “compás moral” del protagonista de aquel anime. Indica que este sí ayudaba a las personas que lo necesitaban, y que sí era empático con ellas. Elaina, por otro lado, solo lo hacía si ella se beneficiaba de alguna manera, por lo que sus motivos son –citando textualmente- “menos relacionables y admirables”. Pues, ¿bien por él?

Las reflexiones “filosóficas” de Elaina al final de cada aventura reflejan claramente su estilo de vida y forma de ver las cosas, por lo que podrían tranquilamente no gustar o resultar cuestionables para alguien que no le cuadra su personalidad. Sin embargo, eso, por sí solo, no da para calificarlo de “bueno o malo” en función a si estás de acuerdo o no con ella. Uno no debería pretender que las obras de ficción coincidan con sus propias visiones, ideas, creencias, etc.

Es grandiosa, pero Elaina es un personaje ficticio. El universo del anime es ficción.

Que el cinismo y morbo de Majo no Tabitabi te cause repulsión, te de risa o te entretenga es una cuestión personal de cada espectador. La ficción no tiene por qué equipararse con cómo funciona el mundo real. Lo importante es que cada universo ficcional sea coherente y consecuente con las reglas que él mismo establece. Una temática, por si sola, no es ni buena ni mala. Aquello que determina esto último es la implementación y ejecución de la misma.

El veredicto

En cuanto a mi valoración personal, Majo no Tabitabi me pareció un buen anime que bordea entre un 7 o 7.5/10. El arte, la animación y el uso del sonido son impecables. Estos contribuyen a establecer ese estilo de comicidad mórbida, que de alguna forma trivializa situaciones moralmente cuestionables y marca la indiferencia y el egoísmo de muchos personajes. Un par de episodios me aburrieron un poco, pero la mayoría me resultaron entretenidos.

Saya y Elaina.

A mí sí me gusto Elaina, pues me encanta su diseño y el hecho que no tenga reparos en mostrarse como realmente es. Me refrescó que no sea una protagonista idealista, que busque hacer el bien por bondad y porque es lo “correcto” ser bueno con los demás. Ella tampoco es una mala persona, y en particular lo que más disfruté fueron sus interacciones con Saya, quien está obsesionada con su existencia.

Como mencione anteriormente, hay varias cosas que podría uno criticarle al anime. Sin embargo, no considero que la elección del autor de crear un mundo pesimista y deprimente, envuelto con una premisa aparentemente inspiradora y mágica, sea una de ellas. ¿O acaso reclamamos el por qué en un cute girls doing cute things todos los personajes son un pan de dios, libres de cualquier clase de cuestionamiento moral o actitud repudiable?

Le duela a quien le duela, Elaina tiene con qué jactarse de ser hermosa. (あずーる – https://www.pixiv.net/en/users/5838770/illustrations)

Kenny Nagahama

Estudio Comunicaciones. Háblame de anime, fútbol y Adachi.

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